China ha evitado el descontrol de la población
EL 21 de septiembre de 1949, durante la I Sesión Plenaria del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, el presidente Mao Zedong informó que China tenía una población de 475 millones de habitantes. Hasta el 1 de julio de 1953, esta cifra se había elevado a más de 600 millones. Según las estadísticas, en 1970, el promedio de hijos por cada pareja china era 5, mientras que la población había llegado ya a los 830 millones.
28 de diciembre de 2013. La política que permite que las parejas, donde uno de los cónyuges es hijo único, puedan tener un segundo hijo, fue aprobada por el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional. CNSPHOTO
28 de diciembre de 2013. En la ciudad de Xi’an, un anciano y un niño disfrutan de la música. CFP
Con el fin de desacelerar el crecimiento poblacional, desde 1953 comenzaron a plantearse recomendaciones sobre el control de la natalidad. En 1982, “la planificación familiar” era una política estatal redactada en la Constitución china. La planificación familiar exigía que más del 90 % de matrimonios de la etnia han tuviesen solo un hijo, pero los casos especiales para tener un segundo hijo debían ser aprobados por ciertos procedimientos. En cuanto a las minorías étnicas, se promovió la planificación familiar, pero no era obligatoria. Luego se reajustó la política, según las condiciones de diversas zonas de China. Por ejemplo, desde 1984, las parejas del campo, que viven con una sola hija, pueden tener un segundo hijo. La planificación ayudó a China a evitar el descontrol de su población.
“A lo largo de más de 40 años, China ha reducido la natalidad en más de 400 millones”, señala Mao Qunan, portavoz de la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar de China. La tasa de crecimiento vegetativo de la población descendió del 25,8 %, en 1970, al 4,95 %, en 2012, la mitad del nivel mundial.
China ha mantenido un bajo nivel de natalidad. A finales de 2012, su población era de 1354 millones de habitantes, y la natalidad, unos 16,35 millones. No obstante, en 1970, la natalidad era de 27,39 millones.
Las inevitables consecuencias negativas
Por supuesto, la política de hijo único puede traer algunas consecuencias negativas. El hecho de que una numerosa población contribuya al desarrollo económico del país ya no es una gran ventaja para China. Hasta 2012, la población laboralmente activa de menos de 60 años se había reducido en 3,45 millones, en comparación con el año 2011. Li Bin, director de la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar de China, ha advertido que después del año 2023, la población laboralmente activa disminuirá en unos 8 millones por año, y que la velocidad de envejecimiento de la población se acelerará. Para la década de 2030, la población de la tercera edad llegará, aproximadamente, a los 400 millones de habitantes, lo que significa un cuarto de la población total, en comparación con la séptima parte que representa ahora.
“La disminución de la mano de obra significa que la ventaja que la numerosa población tenía sobre la economía china, se está reduciendo”, considera Zhang Yi, subjefe del Instituto Social de la Academia China de Ciencias Sociales. La nueva política de planificación familiar es una de las medidas más importantes para mejorar la estructura poblacional china.
Los problemas en aquellos matrimonios que han perdido a su hijo único serán cada vez más obvios. Las familias que se encuentran en esta situación aumentan en 76.000 por año. Hasta el año 2010, el número de las familias con los padres mayores de 50 años que han perdido a su hijo único ha superado el millón. La pérdida del hijo único ha sido uno de los motivos de la oposición de muchas familias chinas a la política de planificación familiar.
¿ Quieren los chinos un segundo hijo?
Hoy en día, hay una política de planificación sobre el segundo hijo, pero de las 20 millones de familias en las que, por lo menos, uno de los padres es hijo único, ¿cuántas quieren tener un segundo hijo?
Li Lei, de 32 años, es el gerente de proyectos en una compañía de información tecnológica y tiene una sola hija de 1 año y medio. “Yo quisiera un segundo hijo”, dice. “Temo que mi hija se sienta demasiado sola. Quisiera que tuviera un hermanito. Esto ayudará mucho a la formación de su carácter y a su salud psicológica”.
Según la investigación de Zhai Zhenwu, jefe del Instituto de Población y Sociedad, de la Academia de Población de la Universidad Renmin de China, aproximadamente el 50 % ó 60 % de los matrimonios chinos que están en condición de hacerlo desean tener un segundo hijo.
“Aunque mi mujer y yo somos hijos únicos, no queremos un segundo hijo. Para mantenerlo, tendríamos que dedicar mucho dinero y esfuerzos. Esto perjudicará nuestra calidad de vida”, considera Cheng Gang, de 32 años.
Yin Zhigang, subjefe del Instituto de Investigación Poblacional de Beijing, considera que la apertura de la política del segundo hijo puede producir, en corto tiempo, un pequeño crecimiento de la natalidad, el cual no durará mucho. “Debido a los altos costos de la vida y de la educación, muchas familias jóvenes que están en capacidad y condiciones de tener un segundo hijo, no lo desean. La baja natalidad es un pensamiento formado en la mente de estas familias”, indica Yin.
Cambios en la planificación familiar. CFP