La estimulación temprana gana adeptos en China
Niños juegan a gusto en el parque infantil de Guangzhou.
EL parque deportivo de Fangzhuang está muy animado los sábados. Este parque dentro del barrio residencial se construyó con el propósito de ofrecer a los habitantes de los alrededores un oasis, pero se convirtió en un campo de juegos para niños. La esquina suroeste del parque está equipada por toda clase de atracciones infantiles e incluso algunas son acuáticas. Lin Yitong, de tres años de edad, es un asiduo visitante del parque. Como vive cerca, va cada fin de semana.
“Los niños de hoy son muy felices. Tienen mucho para divertirse”, dice la mamá de Lin Yitong.
En realidad, el parque de atracciones o el club destinados a los niños son novedades que han surgido, en los últimos años, en China. En Beijing, la capital del país, tales instalaciones tampoco podían contarse unas decenas de años atrás. Sin embargo, gracias al desarrollo económico, el Gobierno puede invertir más fondos en la educación y la diversión de los niños, así como las familias también tienen más poder adquisitivo para gastar en esos rubros.
Wang Fang, mamá de Yitong, pertenece a la generación de los años 70 del siglo XX y creció en Handan, provincia de Hebei.
“Durante toda mi infancia, el único juguete que tenía era una muñeca que me regaló mi mamá en mi quinto cumpleaños. Podía jugar alegremente con unas hojas caídas en el suelo”, dijo sonriendo Wang Fang. Muy diferente a su niñez, su hijo tiene en casa una habitación llena de juguetes, desde construcciones de madera hasta muñecos de los dibujos animados que se mueven a control remoto.
En realidad, el cambio de los juguetes a los que puede acceder un niño chino demuestra las gigantes vicisitudes que ha vivido la sociedad china durante 30 años de reforma y apertura. En 1978, el ingreso disponible per cápita de los habitantes urbanos era de solo 343 yuanes, número que ascendió a 24.565 en 2012, es decir que se multiplicó por 71. La cantidad media de los miembros de una familia fue de 4,56 en 1978 a 2,86 en 2010. Según el censo demográfico de 1982 realizado entre 100.000 habitantes, solo 599 tuvieron antecedentes académicos universitarios. Pero en 2010, había 8930.
Nueva familia,nuevo modo de crianza
Muchas familias chinas de hoy en día corresponden a la estructura 1-2-4, es decir, un niño, una pareja y cuatro abuelos. Por supuesto, a medida que la política de planificación familiar sea más flexible, tal estructura irá cambiando. Por ahora, el niño es el centro de la familia y no tiene compañero de juego.
“Los niños de hoy no padecen ninguna necesidad en cuanto a lo material, pero sí un poco de soledad”, comentó Zhang Lifen, mamá de una niña de 9 años. Para que su hija tenga compañeros de juego, Zhang siempre ha intentado mantener relación con colegas y amigos que también tienen hijos, así como los padres de compañeros de estudio de su hija en la escuela.
“No es para hacer algo fuera de lo normal, solo se trata de que los niños puedan estar juntos y jueguen juntos. Entonces ellos necesitan tener más contactos con otros de su misma edad”, explicó Zhang.
Al momento de viajar, por ejemplo, algunos padres solicitan en Internet un viaje en grupo con familias que tengan niños de edad cercana, no importa de qué provincia sean.
“A veces, quieres ir a un lugar, pero a tu alrededor no hay nadie que quiera ir. En este caso, puedes aprovechar Internet. El venir de diferentes lugares también favorece a los niños para que amplíen su visión e intercambien sus conocimientos”, afirma la mamá de Ji Ji, niño de seis años que ha viajado con ella y otras familias a Gansu y Shaanxi.
Internet ofrece innumerables plataformas de intercambio, inclusive si se busca algo con fines educativos. Aparte de los conocimientos y experiencias compartidas, se organizan también actividades para el encuentro de los niños y sus padres. A Wang Xiaoying, mamá de una niña de dos años y medio, le interesan mucho tales actividades.
“Estos encuentros suelen ser muy interesantes y lo más importante, son gratuitos”, dijo Wang.
Junto con las instituciones que se dedican a la estimulación temprana y la educación infantil, los foros en algunas páginas web organizan actividades como pintar, leer y hacer manualidades, para que los niños las realicen en grupo. Eso contribuye a que aprendan cómo convivir y cooperar con otros de su misma edad. Es importante, sobre todo, para aquellos menores de tres años de edad, porque la mayoría de los jardines infantiles de China solo aceptan niños que ya han cumplido tres años, así que se ven obligados a quedarse en casa y ser cuidados por sus padres.
Yueyue vive en Huilongguan, un barrio residencial del distrito de Haidian, en Beijing. Como sus padres trabajan de lunes a viernes, lo cuidan sus abuelos.
“Nuestros padres cuidan muy bien al niño. Come y duerme bien. Pero no tienen muchos medios para educarlo en áreas como el control emocional, el desarrollo de la inteligencia y la convivencia con otros, etc.”, comenta Wang.
Un niño lee en el ordenador en la librería provincial de Hainan. Fotos de CFP
Estimulación temprana, alegre infancia
“Tenemos aquí un niño de dos años, cuidado por sus abuelos durante el día. Como los abuelos no saben cómo comunicarse con el niño, éste siempre juega solo y casi no habla”, dijo Wang Shiwei, asesor en pedagogía del jardín infantil de Fangzhuang. Según Wang, como los padres del niño están muy ocupados y no tienen tiempo para educarlo, decidieron llevarlo a esa institución especializada para que les ayudaran a educarlo y guiarlo.
“En las clases tratamos de explotar la capacidad latente del niño a través de juegos y toda clase de actividades creativas, ayudándoles a desarrollar destrezas como la concentración de la atención y la motricidad, resolver problemas y tener espíritu de cooperación”, dijo Wang.
La clase siempre exige a los padres que acompañen a sus hijos. “Ellos pueden dar una mano en las actividades y, además, aprender un poco sobre la estimulación temprana”, explica Wang.
Rojo, Amarillo y Azul es una de las primeras instituciones que se dedican al estudio de la estimulación temprana en China y se fundó en 1998. En aquel momento, la “estimulación temprana” todavía era una palabra desconocida por los chinos, pero ahora, los jardines infantiles de tal tipo se han expandido por toda la ciudad.
Zhu Xiaoyan, solo de ocho meses, es llevado todos los días por su abuelo al Centro de Gymboree, en Chong-wenmen. Sus padres lo inscribieron allí y lo acompañan a clases los fines de semana. Siendo miembro del Centro, Xiaoyan puede venir a jugar cuando guste. Allí hay salas multifuncionales, espaciosas e iluminadas, equipadas de montones de juguetes y accesorios recreativos.
“Algunos de nuestros miembros son de tres o cuatro meses. Las clases ayudan al bebé a practicar la capacidad de coordinación corporal y desarrollar sus órganos sensitivos”, dijo Vicky Wang, asesor educativo de Gymboree.
“Quisimos traer al niño aquí porque puede aprender muchas cosas. Los niños, cuando están juntos, se imitan mutuamente. Por ejemplo, cuando ve a otros niños gateando, lo hace igual. No quiero que le pase como al hijo de mi vecino que no sabe cómo gatear a pesar de haber cumplido un año de edad”, me informó el abuelo de Xiaoyan.
La estimulación temprana tiene ya muchos años en boga en Occidente, así que abundan toda clase de teorías y estudios. Siendo una marca estadounidense, Gymboree es exaltada por muchos padres.
“Creo en la importancia de la estimulación temprana. Vivía en el extranjero y sé que la estimulación temprana es muy popular en Francia y Alemania. Mi hijo empezó a venir aquí desde los cinco meses de edad. Aunque es caro, me parece que vale la pena. La influencia es imperceptible, pero, por ejemplo, en cuanto a su personalidad, esto le ayuda a aprender cómo controlar su ánimo”, dijo la mamá de la niña Tutu.
Los niños, menores de tres años de edad, juegan con mucha alegría en los centros de estimulación temprana. No sufren ninguna carga de estudio. Aprenden en medio de juegos y desarrollan su imaginación y creatividad en actividades que son bien diseñadas.
Inspiración cultural
A los niños de la década de los 70 y 80 del siglo pasado les gustaba leer “libritos de dibujos animados”. Como incluían fotografías de paisajes o dibujos animados de cuentos clásicos, tanto chinos como extranjeros, eran destinados a los niños que ya habían aprendido algunos caracteres. Casi no había lecturas para los de menos edad. En la actualidad, en el mercado doméstico hay todo tipo de historietas para los infantes de diferentes edades. Y los temas tampoco se limitan a cuentos clásicos, sino que dan prioridad a desarrollar la capacidad del niño.
“Cuando tenía seis meses, empecé a dejar a mi hijo Dingding leer historietas que le ayudaran a conocerse a sí mismo y a su alrededor. Por ejemplo, leyó la historieta Salen las pequeñas manos, que le enseñó a identificar diferentes partes de su propio cuerpo. Después de leer Tomas sopa, limpia la mesa, aprendió que en caso de derramar un poco de sopa debía limpiar el lugar que había ensuciado. Ahora, tiene dos años y medio, y le gusta leer historias más complicadas”, contó Yang Le, trabajadora de la prensa de Beijing.
Como una historieta cuesta normalmente decenas o más de veinte yuanes y, a veces, al niño no le gusta lo comprado, Yang Le prefiere llevar a su hijo al salón de historietas donde, con una tarjeta de la biblioteca, puede leer a su gusto montones de libros de dibujos animados.
El salón de historietas surgió dos años atrás en China y está en pleno desarrollo. La mayoría de estos salones son privados. Las personas interesadas pueden pedir prestado libros de aquí y también participar en actividades celebradas en el lugar como, por ejemplo, las clases de artesanías, juegos interactivos, grupos de lectura, etc. Esto, además, ofrece una plataforma para tener contactos con otros niños.
Recientemente, el salón de historietas que frecuenta Yang Le promueve un “plan de bebé”, estimulando a los niños a contar sus propias historias y pintarlas en papel, elaborando su propia historieta.
“Después de leer tantos cuentos ilustrados con dibujos, ellos tienen algo en mente. En el proceso de elaborar su propia historieta, saben idear el argumento y dibujar lo que quieren contar. ¡Es una excelente práctica!” dijo Yang Le.
En realidad, los niños en la ciudad cuentan con una oferta cultural muy diversa. En Beijing, hay teatro y conjunto teatral de marionetas especialmente para los niños. Los aficionados también tienen oportunidades de interpretar papeles en algunas representaciones organizadas por ciertas instituciones.
Los gobiernos locales también invierten en la construcción de centros de estimulación temprana. La Comisión Municipal de Educación de Beijing planea sostener 300 centros distribuidos en comunidades de la ciudad en 2014, con el propósito de profundizar la enseñanza a los bebés de 0 a 3 años, ofreciendo guía gratuita sobre educación infantil a sus familiares. En Beijing, los bebés de 0 a 3 años pueden escoger cualquier centro y participar en actividades relacionadas con la estimulación temprana.
El crecimiento saludable y alegre de los niños atrae la atención de todos los círculos sociales porque su salud física, psicológica y su nivel académico deciden el futuro del país.