Por NUESTRA REDACCIÓN
25 de octubre de 2017. Xi Jinping saluda a los periodistas presentes en el Gran Palacio del Pueblo en Beijing, después de ser reelecto como secretario general del Comité Central del PCCh. Cnsphoto
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25 de octubre de 2017. Xi Jinping saluda a los periodistas presentes en el Gran Palacio del Pueblo en Beijing, después de ser reelecto como secretario general del Comité Central del PCCh. Cnsphoto
El reciente XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh), en el cual se anunció el ingreso del país a “una nueva época”, despertó el interés de la comunidad internacional por analizar y comprender la situación que atraviesa la segunda economía del mundo. Sin embargo, para entenderla apropiadamente es necesario también reflexionar sobre la manera en que China ha llegado a esta etapa crucial en su desarrollo.
En diálogo con China Hoy, el destacado politólogo y economista español Ramón Tamames destacó tres combates que China ha venido llevado adelante en los últimos años: la lucha contra la pobreza, la lucha contra la corrupción y la lucha contra la contaminación atmosférica. Teniendo en cuenta su particular camino de desarrollo, Tamames recomendó que China dedique mayores fondos a la educación, a la sanidad, a las pensiones, al consumo y a hacer que su población viva mejor y alcance una prosperidad sostenida.
“A mí me parece que la ‘nueva normalidad’ ha sido buena. Afortunadamente China ha decepcionado a los autores que pronosticaban su desastre. No ha habido un desastre chino; por el contrario, la economía se ha reorganizado en otra dirección mucho más positiva”, declaró Tamames, quien es también consultor económico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Al igual que Tamames, el senador mexicano Luis Humberto Fernández resaltó el combate librado contra la corrupción y el hecho de que en cinco años se haya sancionado a alrededor de un millón y medio de funcionarios y que haya habido 2,5 millones de investigaciones. Para el senador Fernández, los puntos más importantes del reciente XIX Congreso Nacional del PCCh fueron la reafirmación de China por una apertura económica y la decisión de universalizar la cobertura sanitaria en el país.
En su opinión, la situación actual de la economía china –que ha podido capear acertadamente las consecuencias de la crisis financiera de 2008– se debe también a las disposiciones tomadas en el XVIII Congreso del PCCh de 2012, cuando se orientó la economía hacia el consumo interno y se impulsó un incremento en los salarios. “Esto ha derivado no solo en un alza del PIB, sino en que China cuente hoy con la clase media más amplia del mundo. Hay más chinos con ese estatus que toda la población de Europa junta”, puntualizó Fernández.
Un papel cada vez mayor
A su turno, Carlos Aquino, reconocido profesor de Economía Internacional y Asiática de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú), recordó que China es hoy el mayor socio comercial de más de 140 países, el mayor inversor en África y una nación que cada vez proporciona mayor ayuda económica y financiera, por lo que la situación que atraviese el país asiático es de mayúscula importancia para el mundo.
En ese sentido, Aquino valoró positivamente el manejo del país por parte del presidente chino, Xi Jinping. “Ha demostrado ser un líder que está llevando a China a una senda de crecimiento y desarrollo económico, pero especialmente la ha situado como una potencia mundial”, manifestó en diálogo con China Hoy. Aquino consideró que será esta generación de dirigentes chinos la que permitirá que China se consolide en el mediano plazo como un país con un nivel de vida moderadamente próspero –la meta concreta para el año 2020– y que en un largo plazo alcance a situarse como una potencia de primer nivel en el plano militar y económico.
“En un mundo acechado por la incertidumbre, con un creciente proteccionismo en EE. UU. y algunos países de Europa, con conflictos regionales, con la amenaza del terrorismo global, un líder fuerte como Xi Jinping asegurará a China una senda de desarrollo estable”, estimó el analista peruano.
Por su parte, el presidente del Instituto de Planeamiento Estratégico de Argentina, Jorge Castro, puso un especial énfasis en la experiencia china de gobernación y en la posibilidad de que esta pueda inspirar a otras naciones en vías de desarrollo. Castro señaló que el milagro económico de China en los últimos 38 años es inseparable del liderazgo asumido por el PCCh y del sistema político de la República Popular China. Ambos factores explican no solo el sostenido crecimiento económico del país, sino también que más de 700 millones de habitantes se hayan librado de la extrema pobreza, y que China cuente hoy con una nueva y pujante clase media de aproximadamente 300 millones de personas.
“La experiencia china indica que no hay separación entre lo político y lo económico. Por eso, la acción del Estado es necesaria para el desarrollo económico, de modo que actúe como impulsor y guía estratégico de largo plazo”, apuntó Castro, quien trajo a colación la advertencia realizada por el politólogo estadounidense Samuel Huntington en su libro El orden político en las sociedades en cambio, en el que se señala que no hay desarrollo económico si no se funda en una fuerte y estable institucionalidad política.
“Institucionalidad, estabilidad y visión de largo plazo son los tres componentes esenciales en los que se funda el crecimiento económico sostenido”, dijo Castro. “Por eso, la experiencia china es absolutamente transmisible y utilizable por los países emergentes y en desarrollo, especialmente los de América Latina”.
Asimismo, Ismael Montero García, quien es investigador del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México, manifestó que el XIX Congreso Nacional del PCCh permitió apreciar los pilares que sostienen a un país como China: la lucha contra la corrupción, el combate a la pobreza, la fortaleza ideológica del régimen, la lucha contra la desigualdad de ingresos (cuyo resultado es el crecimiento de la clase media china), el fortalecimiento de las empresas estatales y la apertura económica.
Como mexicano, Montero consideró que el país azteca aún sigue observando a China como un país lejano, cuando en realidad se trata de “un vecino de la cuenca del Pacífico”. “Lamentablemente en México, China aún nos sigue quedando demasiado lejos, pues seguimos apegados a EE. UU.”, opinó Montero, quien indicó que debido a las contradicciones que amenazan el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México debe estar mucho más atento a la situación política y económica de China.
La zona financiera de Lujiazui en Pudong, Shanghai.
Defensa del medio ambiente
Peter Larrea Parra, economista boliviano e investigador de la Comunidad de Estudios Chinos y Latinoamericanos, resaltó que el camino de progreso que piensa seguir China en esta “nueva época” –y que fue expuesto en el informe del presidente Xi Jinping ante el XIX Congreso Nacional del PCCh– esté en consonancia con el desarrollo sostenible y la preservación del medio ambiente.
Larrea valora que el impulso del desarrollo ecológico en China incluya la generación de leyes de protección ambiental, la implementación de un modelo económico basado en la armonía con el medio ambiente circular y bajo en emisiones de carbono, la promoción de innovaciones tecnológicas ambientales, el desarrollo de las finanzas ecológicas, el aumento de la eficiencia energética, la promoción del uso de energías limpias, entre otras medidas.
“China ha logrado unificar esfuerzos globales en este tema dentro de su política interna, como son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, y ha logrado también afrontar el desafío del cambio climático con mecanismos de adaptación, mitigación y el impulso del cambio en la matriz energética del país”, apuntó Larrea, quien no solo destaca que China asuma un rol en la mejora de su medio ambiente local, sino también su disposición de apoyar las causas globales en materia de desarrollo sostenible.
Acercamiento a América Latina
Finalmente, Gustavo Carabajal, editor jefe del diario uruguayo La República, aseguró que la política china de los últimos años de acercamiento a América Latina ha generado mucha expectativa en los gobiernos de la región, como por ejemplo en el del presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, quien todavía espera poder concretar un tratado de libre comercio con el país asiático.
En medio de los vaivenes de la situación económica actual, Uruguay –indica Carabajal– viene apuntalando su mirada en torno a una de las políticas más ambiciosas impulsadas por el presidente Xi Jinping: la Iniciativa de la Franja y la Ruta. “Uruguay anhela participar en la construcción de la Franja y la Ruta para mejorar la conexión entre nuestros pueblos y lograr nuevos avances que permitan un desarrollo conjunto enmarcado en un proyecto que contemple, como ejes fundamentales, la paz duradera, la apertura y la inclusión”, dijo.
De ahí que Uruguay aspire también a convertirse en una ventana para el desembarco de China en el Mercosur (agrupación que incluye también a Brasil, Argentina y Paraguay). “Pero no solo hay razones económicas, sino también profundos vínculos políticos”, precisó Carabajal. “El firme objetivo del presidente Xi Jinping de propiciar un crecimiento con equidad, que mejore la calidad de vida de la gente y promueva una más justa distribución de la riqueza, está plasmado también en el programa con el que el Frente Amplio (el partido gobernante en Uruguay) conduce por tercera vez los destinos del país”.
Mucho es lo que se seguirá escribiendo y analizando sobre la China de las próximas décadas. Por lo pronto, se espera que con el paso del tiempo, el interés por los asuntos chinos vaya en aumento en América Latina, a la espera de que ambas partes puedan abordar el tren de alta velocidad del desarrollo.