Trenes exclusivos

Locomotora Eléctrica de Zhuzhou es una empresa óptima en la fabricación de productos ferroviarios de alto estándar y en la planificación del tránsito ferroviario urbano moderno.

En noviembre de 2009, la gerencia general de la compañía suscribió un contrato con el gobierno municipal de Esmirna (Turquía) para la línea 1 del tren ligero. Esmirna, una bella ciudad portuaria, cuenta con numerosas construcciones antiguas. Para no afectar la fisonomía de esta histórica ciudad, la línea del tren ligero fue diseñada rodeando las edificaciones antiguas, por lo que tiene muchas curvas (la más cerrada tiene apenas unos 30 metros de semidiámetro). Para satisfacer las demandas del cliente turco, los ingenieros de la compañía replantearon muchas veces el diseño y el plan de construcción. Finalmente, acordaron emplear los vehículos más convenientes para las curvas cerradas. Según Li Jun, gerente de explotación y responsable de este proyecto, solo con el uso de un bogie articulado, los vagones de 23,6 m de largo fueron capaces de recorrer, de forma segura y suave, los carriles que tenían muchos declives y curvas. Además, estos vagones de diseño especial para la ciudad de Esmirna llevan la fuerza impulsora en cada uno de ellos y, de esta manera, pueden separarse o unirse según el flujo de pasajeros. En octubre de 2011, el primer vehículo con este diseño fue entregado, oficialmente, a la ciudad. En marzo de 2012, la línea 1 del metro de Esmirna entró en funcionamiento e, inmediatamente, debido a su seguridad, rapidez y moderno diseño, se convirtió en un atractivo más del Festival Internacional de las Artes que se celebró en ese verano.

En un vínculo que parece predestinado por el cielo, la compañía Locomotora Eléctrica de Zhuzhou, ubicada en la provincia de Hunan, (centro de China), tuvo una nueva ocasión para cooperar con Turquía, un país a miles de kilómetros de distancia. En agosto de 2012, luego de una competencia intensa con empresas de diversos países, obtuvo la licitación para el suministro de trenes para el metro de Ankara, con un pedido valorizado en 390 millones de dólares. La empresa enfrentaba otra vez el desafío de brindar un exclusivo diseño conforme a las necesidades de Turquía.

Según el contrato firmado por ambas partes, los vagones que recorrerían la nueva línea del metro de Ankara deberán estar hechos de acero inoxidable. En comparación con los tradicionales vehículos de aleación de aluminio, los vagones de acero inoxidable cuentan con una mayor resistencia, pero requieren de una alta técnica de soldadura. Los obreros emplearon las técnicas más avanzadas y, finalmente, acabaron los vagones de alta resistencia, soldando más de 7000 placas de acero inoxidable. En el contrato se ponen en relieve ciertas condiciones, como el ancho especial de los vagones, estrictos estándares para la seguridad y una apremiante fecha de entrega. Al referirse a la forma en la que la compañía superó las dificultades y logró cumplir con el contrato a tiempo, el gerente de explotación, Li Jun, señala: “Nuestra principal ventaja radica en nuestra alta tecnología, la cual dista ya poco de la de los fabricantes extranjeros de primera fila mundial. Además, la resistencia de los chinos en el trabajo es incomparable. El contrato había determinado unos 20 meses para la entrega de los trenes, un plazo sumamente estricto para los proyectos llevados a cabo por firmas extranjeras. Es más, la parte turca exigía siempre una entrega adelantada. El equipo de producción renunció a sus vacaciones y trabajó día y noche. Al final, entregamos los primeros vehículos con ocho meses de anticipación”.

El proyecto del metro de Ankara no solo es el pedido más grande en el sector de los trenes urbanos que China ha obtenido en Europa, sino que también ha significado el inicio de la exportación de tecnología en este campo a dicho continente. Gao Chunhong, gerente general de la sucursal de CSR en Estambul, recuerda que el contrato exigía que la tasa de localización debiera llegar al 51 %. De este modo, la parte china y la firma turca MNG establecieron una empresa de capital mixto, destinada a la fabricación de trenes urbanos, locomotoras eléctricas, unidades de tren y otros trenes de alta velocidad, así como a brindar servicios de posventa, mantenimiento y reparación. La empresa de capital mixto planificó la construcción en dos periodos. En el primero, se edificarían las plantas y las instalaciones para la fabricación, y se dispondría de una capacidad de producción anual de 200 vehículos para el tránsito ferroviario urbano y de 100 locomotoras eléctricas para cumplir así con las cláusulas del contrato y, a la vez, satisfacer la demanda de mercado de los países colindantes con Turquía. En un segundo periodo se construirán las plantas de reparación, con capacidad para atender a 150 vehículos al año. Según Gao Chunhong, esta empresa de capital mixto no solo creará muchos puestos de trabajo en Turquía, sino que, además, impulsará el desarrollo de las industrias en cadena.

Para la compañía Locomotora Eléctrica de Zhuzhou, esta segunda cooperación con la parte turca está llena de desafíos, pero profundizará también el conocimiento mutuo. “Los turcos se asemejan mucho a los chinos del norte. Tienen un caballeroso carácter y son muy determinados al solucionar los problemas. Por supuesto, lo más impresionante es la simpatía que los colegas turcos sienten por los chinos”, sostiene Li Jun.

El ayer y hoy de la compañía

La ciudad de Zhuzhou se encuentra en el este de la provincia de Hunan. El clima subtropical húmedo y monzónico, los gigantescos árboles de banano entre los elevados edificios y las luces a la orilla del río Xiangjiang, el cual atraviesa toda la ciudad, constituyen la primera imagen de los foráneos, quienes creen que se trata de una ciudad perezosa y de ritmo lento. Sin embargo, Zhuzhou es una de las famosas bases industriales de China. Con 78 años de historia, la compañía Locomotora Eléctrica de Zhuzhou es conocida como la cuna de la fabricación de aparatos y equipos para el transporte ferroviario en China.

La firma se fundó en 1936, cuando la pobre y débil China aún no era capaz de fabricar su propio tren. Por aquel entonces, la participación de esta compañía —aún solo dedicada a la reparación de locomotoras de vapor— en el transporte ferroviario Sur-Norte de China alcanzó una gran iniciativa. En 1958, sobre la base de la tecnología importada de la Unión Soviética, la empresa fabricó la primera locomotora eléctrica del país. En 1978, la compañía reparó y despidió la última locomotora de vapor, y dedicó toda su capacidad productiva a las locomotoras eléctricas. Hasta la fecha, más de 5000 locomotoras eléctricas, de 40 modelos, han salido de la compañía, las cuales recorren no solo China, sino también países de Asia y África. En el año 2002, la empresa incursionó en el sector de la producción de aparatos de tránsito ferroviario urbano y, en su calidad de contratista general nacional, rompió el monopolio de los fabricantes extranjeros en el mercado chino. De las 27 grandes y medianas ciudades de la parte continental de China que cuentan con metro, 10 de ellas han usado productos de la compañía.

El 19 de diciembre de 2013 fue el día en el que la compañía abrió sus puertas al público. Centenares de visitantes de diferentes edades y procedentes de diversas zonas del país, quienes habían hecho su solicitud por Internet, fueron invitados a inspeccionar las plantas de la empresa, donde no solo observaron los productos, sino que también escucharon la presentación de los ingenieros sobre los nuevos proyectos de investigación y explotación, y probaron los trenes más recientes: el tranvía de condensador de alto rendimiento y piso bajo (super-capacitor low-floor trams) y el tren de levitación magnética de mediana y baja velocidad (medium and low speed maglev train). ¿Por qué se seleccionaron estos modelos? Liu Youmei, científico jefe y miembro de la Academia de Ingeniería de China, y Zhou Qinghe, presidente y gerente general de la compañía, coinciden en una respuesta: porque son modelos que están más relacionados con el concepto de “bajo carbono y viaje verde”, lo que muestra el rumbo de innovación y los planes futuros de la compañía, una responsabilidad que las empresas estatales también deben asumir.