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2016-May-11 10:47

Oportunidades para la cooperación chino-LA

Por LI JINZHANG*

 

Stand de carne de ternera de Brasil en la VI Feria Internacional de Alimentos y Bebidas de China. CFP

 

Durante las dos sesiones anuales que se clausuraron el pasado mes de marzo, se aprobó el XIII Plan Quinquenal de Desarrollo Económico y Social (en adelante, XIII Plan Quinquenal). Desde el primer plan quinquenal iniciado en 1953 hasta hoy, China ha aplicado consecutivamente doce planes. Durante este proceso, el país ha pasado de una situación de extrema pobreza y debilidad a convertirse en la segunda economía del mundo. Los sucesivos planes quinquenales han desempeñado un papel vital para el desarrollo económico y social de China.

 

Un robot capaz de jugar al ajedrez chino en una exposición. CFP

 

Plena confianza en un crecimiento del 6,5 %

 

Según el XIII Plan Quinquenal, en los próximos cinco años la economía china mantendrá un ritmo de crecimiento promedio anual del 6,5 % o superior, y el PIB y la renta nacional deberán haber doblado para 2020 los registros de 2010, todo lo cual pone de manifiesto tanto prudencia como plena confianza en el futuro.

Si decimos prudencia es porque la meta de crecimiento económico difiere poco de anteriores previsiones, pero dependerá de una serie de cuestiones, tanto internas como externas, que ha de afrontar la economía china. Desde el punto de vista interno, han aparecido contradicciones y riesgos acumulativos que se manifiestan en una menor tasa de crecimiento y que implican sufrimiento por la reestructuración económica, por el cambio de los motores económicos y por una mayor presión a la baja. A nivel global, la economía está experimentando un profundo ajuste y una lenta recuperación, con un reflujo del comercio internacional y fluctuaciones en los mercados financieros y de materias primas, a lo que hay que añadir elevados riesgos geopolíticos. Bajo la actual situación, sacrificamos el alto ritmo de crecimiento para aspirar a uno de calidad, para promover un cambio de modelo y una actualización estructural de la economía china, y sentamos las bases para un desarrollo económico a largo plazo, saludable y sostenible. Se trata de una elección razonable y sensata.

Si decimos que tenemos confianza es porque este ritmo de crecimiento seguirá estando entre los mayores del mundo y porque esta confianza se basa en varios aspectos: en primer lugar, como mayor país del mundo en vías de desarrollo y con una población de más de 1300 millones de habitantes, China tiene un enorme potencial para el desarrollo de su economía y un relativo margen de maniobra. En segundo lugar, los ajustes estructurales de la economía china ya han conseguido resultados notables: cada día mejora la calidad de su desarrollo y el sector servicios ya supone el 50,5 % del PIB, superando por primera vez la mitad del total, mientras que se atribuye al consumo el 66,4 % del crecimiento del PIB en 2015. Y en tercer lugar está el crecimiento de los sectores de la alta tecnología y manufactura de equipamientos, más veloz que el de otras industrias y cuyas innovaciones contribuyen cada vez más al crecimiento económico.

Internet acelera sus pasos para fusionarse con otras industrias y los sectores emergentes se desarrollan rápidamente. El año pasado el registro de nuevas empresas aumentó un 21,6 % interanual. Esto supuso un incremento diario de 12.000 empresas, las cuales juegan un papel fundamental en la estabilización del mercado laboral y en la promoción de la actualización sectorial.

 

Intensificación de cooperación en capacidad productiva

 

La actual economía china está entrando en la nueva normalidad. Ante la ralentización económica de China, la comunidad internacional, incluidos los países latinoamericanos, se preguntan si el efecto derrame les afectará negativamente.

A partir de los problemas y oportunidades que enfrenta la economía china, el XIII Plan Quinquenal propone cinco ideas de desarrollo: innovación, coordinación, desarrollo verde, apertura y compartición. Se trata no solo de inyectar nueva energía al comercio exterior, a la inversión y a la cooperación sectorial de China, sino también de crear nuevas oportunidades para la cooperación chino-latinoamericana.

En primer lugar, las innovaciones y optimización de la estructura sectorial ayudan a elevar la calidad y el nivel de la cooperación chino-latinoamericana. Durante largo tiempo, el comercio al por mayor de materias primas y de productos primarios y manufacturados protagonizó una cooperación que ha hecho contribuciones imborrables al desarrollo económico de ambas partes.

Actualmente, el precio internacional de las materias primas está bajo y presenta fluctuaciones, y el cambio del modelo de la estructura económica de ambas partes ha entrado en una fase decisiva.

El XIII Plan Quinquenal sitúa la innovación en un lugar primordial en la estrategia estatal de desarrollo, intensificando la inversión en este sector, con la meta de que hasta 2020 la proporción de los fondos del conjunto de la sociedad invertidos en investigación y desarrollo haya llegado al 2,5% del PIB y la tasa de contribución de los adelantos científicos y tecnológicos al crecimiento económico haya alcanzado el 60%. Por otra parte, el Gobierno va a poner fin de forma activa y prudente a las “empresas zombis” y eliminar la sobrecapacidad productiva a través de la adopción de medidas como la reorganización o anexión, o la liquidación por quiebra. Con la estrategia Hecho en China 2025, se impulsará el cambio de modelo económico y la actualización de las industrias tradicionales. Gracias a la cooperación chino-latinoamericana en capacidad productiva, la optimización de la estructura sectorial de China elevará en gran medida la calidad de la cooperación chino-latinoamericana para diversificarla y garantizar su calidad. En el futuro esta cooperación bilateral será fundamental y supondrá una gran oportunidad para impulsar el ajuste de la estructura sectorial.

 

Impulsar el comercio agropecuario

 

La segunda oportunidad que el XIII Plan Quinquenal ofrece a América Latina es la ampliación de la cooperación agropecuaria. Con una población de más de 1300 millones, a medida que aumente su nivel de ingresos crecerá la clase media, la cual aspira a una mayor calidad de la vida, por lo que, consecuentemente, crecerá la demanda de productos agropecuarios de calidad. Desde el pasado mes de junio, cuando China eliminó la prohibición de importar carne de ternera procedente de Brasil, el 16 % de la exportación de la carne de res brasileña es a China, que se ha convertido en el principal mercado del país suramericano. Confiamos en que en el futuro más productos cárnicos de buena calidad procedentes de Brasil, Argentina y otros países latinoamericanos lleguen a nuestra mesa.

La cooperación entre ambas partes tiene buenas perspectivas. China tiene mucha población y poca tierra cultivable, por lo que depende de las importaciones agropecuarias, una tendencia que irá en aumento. Por su parte, América Latina cuenta con tierra fértil, pero necesita capital y capacidad para su explotación. La fertilidad del suelo latinoamericano atrae a las empresas chinas del sector, deseosas de trabajar con sus contrapartes locales para llevar esa relación de cooperación a un más alto nivel.

Una de las metas fijadas por el XIII Plan Quinquenal es la aceleración de la implantación de la agricultura moderna. Se trata de desarrollar una gestión a gran escala, de fomentar la incorporación de innovaciones científicas y tecnológicas y de progresar en el uso de la agricultura ecológica. Dado que los países latinoamericanos, entre ellos Brasil, poseen una rica experiencia en la gestión de la agricultura moderna y a gran escala, la cooperación chino-latinoamericana en este aspecto tiene un brillante futuro.

 

III Feria Internacional de Textiles y Ropa en Sao Paulo (Brasil). Cnsphoto

 

Más demandas en materia prima

 

La tercera oportunidad que el XIII Plan Quinquenal ofrece a América Latina procede del hecho de que la economía china mantiene un crecimiento estable y su demanda de materias primas sigue aumentando. El motivo de que el volumen de comercio haya caído se debe al descenso periódico de su precio y a la revaluación del dólar estadounidense, no a la caída de la demanda por parte de China. De hecho, tanto el volumen en especie como en cuotas de importaciones en el mundo continúan su tendencia ascendente: las importaciones de petróleo crudo en 2015 aumentaron un 8,8 % interanual, registrando un récord histórico, las del mineral de hierro un 2,2 %, y las de soja, más de 44 %.

Aunque el XIII Plan Quinquenal ha pronosticado un descenso del ritmo de crecimiento económico de China, el volumen global de su economía ha sobrepasado los 60 billones de yuanes. Es decir que, actualmente, un incremento porcentual de un punto en el PIB equivale a un incremento de 1,5 puntos de hace cinco años y de 2,5 puntos de hace diez. La enorme base económica y un más moderado ritmo de crecimiento económico generan un incremento de la demanda china, por lo que el país continuará importando materias primas procedentes de América Latina durante un largo periodo.

Además, el XIII Plan Quinquenal establece que se dediquen esfuerzos a impulsar una nueva ronda de apertura al exterior de alto nivel en materia de tecnología, incluyendo intensificar la aplicación de estrategia en las zonas de libre comercio, suscribir más acuerdos de libre comercio con los países latinoamericanos, ofrecer más facilidades a comerciantes e inversores, promover la tramitación del comercio internacional en una sola ventanilla, estimular innovaciones comerciales, así como ampliar ensayos de cibercomercio transnacional.

Como enfatiza el primer ministro chino, Li Keqiang, en el último Informe sobre la Labor del Gobierno, el desarrollo de China avanza a base de afrontar desafíos y no hay bache que no podemos superar. Transformar las crisis en oportunidades, ésa es la actitud para lograr que la economía china camine contra el viento y se transforme a base de reformas. En la actual situación económica mundial, siempre y cuando confíen en sí mismas, avancen de la mano, se esfuercen por explorar un modelo de cooperación adaptado a la nueva época y eleven su calidad, China y América Latina vivirán la próxima primavera de su cooperación.

*Li Jinzhang es embajador de China en Brasil.

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