CNPC en América Latina
CNPC en América Latina
Por AN XINZHU
SAPET Development Perú, sucursal de CNPC, organiza actividades con las escuelas locales.
EN noviembre de 2014, la compañía PetroChina, empresa perteneciente a la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC, por sus siglas en inglés), adquirió todas las acciones de Petrobras en Perú por 2600 millones de dólares, registrando un récord de compra de las empresas chinas del sector energético en la nación andina.
Como la tercera mayor empresa petrolera del mundo, CNPC opera en 38 países. En América Latina, han sido puestos en marcha proyectos de petróleo y gas natural en Venezuela, Ecuador, Perú, Costa Rica, Colombia, Cuba y Brasil.
Además de por sus cuotas mercantiles, por el sobresaliente comportamiento de CNPC en el cumplimiento de su responsabilidad social en ámbitos como administración y tecnología ha merecido una buena acogida en campos petroleros y pueblos de América Latina. Gracias a sus esfuerzos por proteger la selva, el proyecto de los Andes, en Ecuador, recibió el Premio al Mejor Desarrollo Sostenible/HSE, otorgado por World Oil.
Compromiso con la seguridad y la protección medioambiental
Por la cuenca del río Amazonas, se extiende la mayor selva tropical del mundo, en la que viven muchas tribus indígenas. Por su especial ubicación geográfica y los variados ecosistemas que allí conviven, las organizaciones internacionales dedicadas a la protección medioambiental prestan mucha atención a esa zona.
Algunos proyectos del CNPC puestos en marcha ya, en Ecuador y en Perú, están en la Selva del Amazonas y el campo petrolífero del proyecto con inversión mixta en Venezuela está en el lago de Maracaibo. Dichos proyectos exigen mucho de las operaciones.
Wang Yana, investigadora del Instituto de Economía y Tecnología de CNPC, destaca que, ante el cada vez más exigente ambiente ecologista y las políticas de protección medioambiental más estrictas cada día, CNPC respeta y obedece rigurosamente las leyes y normas internacionales sobre protección medioambiental y va estableciendo y mejorando su sistema administrativo, así como la adecuación de sus métodos a la región latinoamericana, cuya meta es “contaminación cero”, “emisión cero” y “accidentes cero”.
En Ecuador, la mitad de un campo petrolífero de la compañía Andes Petroleum, de la que CNPC es accionista, se encuentra en un área natural protegida, o sea, una región priorizada para su protección medioambiental. Al asumir las operaciones, CNPC definió un plan de tres años contra la contaminación de la selva.
El uso de mejores motores en las operaciones de la Andes Petroleum disminuye la contaminación del aire, el informe ambiental de cualquier escalón operativo debe ser entregado a tiempo, no se puede enterrar el cieno hasta que reciba tratamiento inocuo, el agua que brota del suelo del campo petrolífero se devuelve al flujo subterráneo, el gas asociado explorado se usa en la generación de electricidad y después de terminar las operaciones, la empresa devuelve el suelo a su estado original, cuanto antes.
Con el objetivo de aprovechar al máximo el reciclaje de los recursos, la empresa ha invertido en un centro de tratamiento para la protección del medio ambiente. Luego de tratarse, se recuperan los desechos orgánicos y se emplean como fertilizante orgánico. Los desechos inorgánicos se envían al centro de reciclaje reconocido por el gobierno local, al tiempo que se le aplica un tratamiento integral a las aguas residuales, con lo que se consigue la emisión cero de aguas residuales provenientes del campo petrolífero.
Cuando CNPC emprendió el proyecto del lago de Maracaibo, en el fondo del lago había mucho lodo, así como cables y tubos para las instalaciones eléctricas y del campo petrolero. En la superficie, había muchos equipos, por lo que existía un gran riesgo para la seguridad y la protección medioambiental. CNPC hizo una evaluación de riesgos de cada escalón productivo y elaboró un detallado proceder y reglamentos de operación, con el objetivo de evitar accidentes, como explosiones en el pozo petrolero, y de reducir al máximo la producción de basura industrial. Hoy en día, el agua del lago de Maracaibo es límpida.
Pozo del proyecto de los Andes en Ecuador.
Ganar confianza con tecnología
El campo petrolífero de Talara, en Perú, es uno de los más tempranamente explotados del mundo, con más de cien años. A comienzos de la década del 90 del siglo XX, este campo quedó sin operar y al borde de la quiebra. Cinco empresas extranjeras pugnaban por operar ese campo antes de que la empresa china se hiciera cargo. En ese momento, funcionaba una décima parte de los 5000 pozos, en las zonas 6 y 7, y la producción promedio de un pozo era de tres barriles. La mayoría de los pozos quedaron sin extracción.
Como la situación geográfica de Talara es muy similar a la de la cuenca de la bahía Bohai, CNPC utilizó la madura tecnología de excavación con que contaba el país, logrando efectos muy evidentes. Excavaron el pozo más profundo de Talara y el primer pozo horizontal de Perú, así como varios pozos con un volumen de producción de mil barriles. Con sus efectivas medidas, CNPC recuperó los pozos que estaban sin producir y desplegó su potencial para excavar los pozos más antiguos.
El mencionado campo petrolífero experimentó un veloz aumento de la producción en solo tres años. Después de más de cien años y luego de haber estado al borde de la quiebra, la producción anual de petróleo de Talara se elevó de 600 mil barriles a 2,2 millones, lo que fue considerado, en los medios peruanos, “la gran noticia del sector petrolero de Perú”.
Fue el primer proyecto de CNPC en América Latina. La mayoría de los campos petrolíferos latinoamericanos, al igual que el de Talara, han entrado en una fase superior de su explotación, es decir, su explotación es cada día más difícil y el incremento del volumen de producción genera un gran desafío.
CNPC asumió las operaciones de viejos campos petrolíferos de Venezuela y Ecuador. Después de analizar la reserva existente, CNPC empleó un grupo de tecnologías avanzadas de excavación y recuperó la vitalidad productiva de esos campos. En Venezuela, en el campo de Caracoles, que antes había quedado en desuso, se logró, en tres años, el volumen de producción más alto de su historia.
La “tecnología china” no solo ha dado nueva vida a antiguos campos petrolíferos, sino también ha ofrecido empleos. Los trabajadores locales en las sucursales de CNPC en América Latina son más del 88 %, desempeñando un importante papel en las líneas de producción y en los puestos administrativos.
Hoy en día, el sector petrolero de América Latina reconoce a CNPC y comparte con la empresa china sus ricas experiencias y su tecnología para la explotación de petróleo y gas natural, el incremento de la producción en viejos campos petrolíferos, la explotación de alquitrán y la operación de pozos horizontales. En julio de 2014, en ocasión de la visita del presidente chino, Xi Jinping, a cuatro países latinoamericanos, CNPC firmó acuerdos de cooperación en petróleo y gas natural con Venezuela y Cuba.
Mejoría en las zonas residenciales locales
Para los que viven cerca de los campos petrolíferos de CNPC en América Latina, la llegada de las empresas chinas no solo significa creación de empleos, sino también mejoría de vida.
CNPC colabora con gobiernos locales y organizaciones no gubernamentales de Venezuela, Ecuador, Perú y otros países en la organización de eventos sociales benéficos en ámbitos como educación, atención médica y producción, mejorando las condiciones de la infraestructura local.
A los sitios distantes y aislados, donde están las tribus primitivas de la selva, CNPC envía equipos médicos ambulatorios, proporcionando asistencia sanitaria y los medicamentos necesarios. Con el establecimiento de estaciones de telecomunicación, ayuda a los integrantes de las tribus a conectarse con las ciudades cercanas.
Las empresas mixtas, de las que forma parte CNPC en Venezuela, participan activamente en la construcción de viviendas y otras labores obligatorias previstas por los gobiernos locales, lo que ha beneficiado a más de 10 mil lugareños.
Caico Seco es un buen ejemplo. Se trata de una pequeña aldea indígena del poblado petrolero de El Tigre, en Anzoátegui, este de Venezuela. CNPC ayudó a los lugareños a plantar yuca y transformó la zona en una importante área de procesamiento. Más de 50 familias viven en esa pobre aldea, a la que CNPC incluyó en su plan de desarrollo, luego de hacer una evaluación.
La compañía invitó a técnicos en agricultura del país a hacer una investigación sobre las características naturales de la zona, las condiciones de sus tierras y la capacidad laboral de los aldeanos. Luego, decidieron ayudar a los lugareños a plantar yuca. El casabe (torta hecha con harina de yuca) es un alimento saludable y un plato básico del lugar.
CNPC y la empresa petrolera venezolana invirtieron, conjuntamente, en crear una zona modelo de plantación de yuca, con una superficie de 30 hectáreas. El proyecto ha beneficiado a más de 300 aldeanos y hace que muchas familias se libren de la pobreza. Julio Correa, gerente de la planta de procesamiento de yuca, asegura que “los aldeanos depositan sus esperanzas en esta planta y esperamos que la renta se use para reinvertir, de modo que se vaya ampliando la planta y la superficie de plantación”. Julio Correa es optimista sobre la venta del casabe.
Aprender comunicándose con los lugareños
Cada día, más empresas chinas del sector energético entran en América Latina. Dichas empresas no solo respetan las leyes locales, también han asumido su responsabilidad social, tal cual hacen las compañías transnacionales occidentales.
Andes Petroleum tiene como accionistas a CNPC y a Sinopec, otra empresa petrolera china. En 2006, recibió el capital de la empresa canadiense Encana en Ecuador. Cerca del campo petrolífero, viven indígenas de siete etnias distintas en más de 100 zonas residenciales. Entre esos grupos había conflictos todo el tiempo y muy poca seguridad.
Al principio, igual que otras empresas del sector energético, el proyecto de Andes Petroleum fue fuertemente rechazado por los lugareños. Los representantes de la empresa visitaron a las máximas autoridades de los grupos étnicos, conversaron con ellos con sinceridad y escucharon sus ideas. Con el paso del tiempo, los habitantes de aquella zona supieron que el proyecto chino mejoraría su vida.
Según Wang Yana, la Andes Petroleum ha establecido una sistemática comunicación entre la empresa y el gobierno local, los habitantes de la zona y sus empleados.
Con fondos de Andes Petroleum, se compraron dos autobuses escolares, resolviendo el problema del traslado de 500 alumnos. Gracias a su financiamiento, se han creado más de diez huertos, propiciando empleo a 1500 personas indirectamente. La empresa también ofrece capital a las fundaciones y organizaciones no gubernamentales locales para la educación de los jóvenes, la asistencia sanitaria, la prevención de enfermedades y la construcción de zonas residenciales, entre otras.
Los habitantes de la zona han reconocido el valor de las ayudas. Con la coordinación de Andes Petroleum, se entablaron conversaciones, en 2007, entre varios grupos que tenían contradicciones entre sí, llegando al acuerdo de mantener la “paz eterna”. Hoy día, la empresa es considerada como “la más atractiva” y los trabajadores que han conseguido el certificado de capacidad laboral concedido por la entidad son reconocidos por todas las compañías de Ecuador.
En 2009, Andes Petroleum fue calificada por la EP Petroecuador (empresa pública de hidrocarburos de Ecuador) como la mejor empresa petrolera extranjera entre todas las que dan importancia al desarrollo sostenible. Los ecuatorianos de Tarapoa destacan que “CNPC es la primera empresa de la historia petrolera de Ecuador, que ya suma 45 años, que transmite sinceridad y amistad, llegando personalmente a donde vive la gente”.