“Las empresas mexicanas pensaban que les iba a ir mejor más rápido”
EL Centro de Estudios Mexicanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con el respaldo de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing, realizó el foro “China y las Américas”. Allí participó el Dr. Jorge Basave, un académico mexicano que ha realizado estudios especializados sobre las empresas mexicanas que operan en China. Sobre su situación actual y retos conversó con China Hoy.
El profesor Jorge Basave lleva años analizando la situación de las empresas mexicanas en el extranjero. Rafael Valdez
China Hoy (CH): Profesor Basave, algunos empresarios latinoamericanos sostienen que para entrar en China es indispensable tener un socio chino. ¿Es este el caso de las empresas mexicanas?
Jorge Basave (JB): No de las empresas grandes. Lo que han hecho las mexicanas es comprar empresas que no son locales. Por ejemplo, Bimbo compró a Panrico, una empresa española que ya estaba operando aquí. El caso de las empresas pequeñas es muy distinto, pero aún así yo creo que buscar un socio chino implicaría dedicar mucho tiempo al conocimiento de la otra parte hasta tener confianza. Más bien me parece que lo que sí necesitarían es un parque industrial que les ofrezca la infraestructura para establecerse.
CH: ¿Cómo les está yendo a las empresas mexicanas en China?
JB: Yo creo que algunas pensaban que les iba a ir mejor más rápido, por ejemplo, Bimbo. Esta empresa lleva más de 20 años de haber comenzado a producir en el extranjero, sobre todo en Centro y Suramérica, y hoy es la empresa mexicana en Estados Unidos que más empleo da. Mi impresión es que Bimbo pensaba que iba a poder establecer una red de distribución mucho más rápido de lo que lo ha hecho. Le está yendo bien, tiene el know-how de un mercado como el mexicano que tiene ciertas similitudes con el chino. En México hay cientos de miles de pequeñas tienditas por todo el territorio y debes tener la logística para lograr que tus productos lleguen a esas tienditas porque no solo le vendes a los grandes supermercados. En China también hay algo parecido. En los hutong llegan los productos en bicicletas y motos. Esa es una forma de distribución muy compleja, pero no creo que Bimbo consiga armar tan rápido esa red de distribución que en México le tomó unos 40 años.
En resumen, a las empresas de alimentos les está yendo bien. Por otro lado, tenemos a las empresas que producen partes de automóviles. Por ejemplo, a una filial de Alfa que fabrica motores de aluminio le está yendo muy bien porque el mercado automotriz en China se está expandiendo.
CH: Usted ha calificado a las empresas mexicanas en China como “especiales”. ¿A qué se refiere?
JB: Se trata de empresas que provienen de México, un país en desarrollo que no tiene todavía todas las capacidades en cuanto a tecnología, nivel educativo, investigación y desarrollo científico. Sin embargo, ciertas empresas mexicanas sí las tienen porque han ido aprendiendo a medida que se han internacionalizado, por eso digo que son empresas atípicas respecto a las demás empresas mexicanas que no han salido al extranjero.
Las compañías de países como México que han atravesado un proceso de internacionalización llevan más de 20 años afuera y eso les da una capacidad de competitividad muy alta.
CH: Empresas como Bimbo, Gruma, Mexichem y Cemex, antes de llegar al mercado chino, invirtieron en Estados Unidos y Europa. Operar en esos mercados les permitió absorber tecnología. ¿Fue suficiente ese entrenamiento previo para luego llegar al mercado chino?
JB: No es que haya sido suficiente ni que el mercado chino lo requiriera, sino que llegaron a China en el momento adecuado. Las empresas mexicanas que salieron a invertir al exterior tuvieron una ventaja en comparación con las argentinas y brasileñas. Esa ventaja es la cercanía al mercado estadounidense porque operar ahí significa estar expuesto y competir en un mercado desarrollado que es mucho más sofisticado y beneficiarse de todos los conocimientos científicos, los sistemas de innovación y la mano de obra capacitada que hay en ese mercado. Igual ocurre en Europa y todo eso sirve para llegar al mercado chino.
Entonces, el punto que quiero enfatizar es que los empresarios, académicos y las autoridades de China cuando analizan las empresas mexicanas, lo deben hacer no solo tomando en cuenta su tamaño y su capacidad de desarrollar tecnología como hacen las grandes multinacionales, sino también por su nivel de competitividad para establecerse en el mercado. Actualmente son siete u ocho empresas grandes mexicanas que producen en China, pero muchas otras tienen oficinas de distribución, además de las más pequeñas que también producen, pero que es muy difícil cuantificar.
CH: Ya que menciona a las más pequeñas. Latinoamérica es básicamente una región de pequeñas y medianas empresas (Pymes). En el foro, usted afirmó que, sin el apoyo gubernamental, es muy difícil que las Pymes puedan acceder a un mercado como el chino. ¿Considera que el gobierno de México o algún otro país latinoamericano lo estén haciendo y, si es así, cómo lo han hecho?
JB: Es muy interesante plantear eso en un país como China donde el Gobierno realmente impulsa a sus empresas a que salgan al exterior. En Latinoamérica no creo que exista eso, salvo en cierta medida en Brasil que sí ha apoyado a sus empresas. En México, muy poco o casi nada. El único proyecto exitoso que conozco es Tecva que reúne a unas 150 pymes de la industria informática que ya han llegado a Europa. Pero esa iniciativa es insuficiente, yo creo que hay empresas que con una adecuada política industrial tendrían mucho más éxito.
CH: Actualmente, el Gobierno chino está impulsado nuevas zonas de desarrollo económico, por ejemplo, en Xi’an y Zhengzhou. Las autoridades chinas han afirmado que son espacios propicios para que pymes latinoamericanas entren en el mercado chino…
JB: Estoy seguro de que lo que están ofreciendo es una infraestructura adonde pueden llegar las empresas en un mercado que está creciendo de forma impresionante. Sin embargo, para venir a China se necesita financiamiento y apoyo de los gobiernos latinoamericanos. Ese primer paso que da el lado chino es muy importante, lo que hace falta es que nuestras autoridades estén conscientes de que hay esto aquí y que lo promuevan en nuestros países.