Los comerciantes de Yiwu en Chile
Cheng Jianxin fue uno de los primeros chinos en ir a Sudamérica.
CHILE, que para los chinos se ubica, justamente, en el otro extremo del planeta, es considerado como el “país más lejano de China”.
Sin embargo, a pesar de la gran distancia, tiene una profunda relación con China. Chile fue el primer país de Sudamérica en establecer relaciones diplomáticas con China, en apoyarlo en la recuperación de su puesto en la ONU, en reconocerlo como país fundador de la OMC, en respaldar su ingreso a esa organización, en reconocer su estatus de economía de mercado y en suscribir un TLC.
Desde el año 2000, cada vez más comerciantes chinos van a Sudamérica a emprender sus negocios. Cheng Jianxin, proveniente de Yiwu, fue uno de los primeros. Hoy en día, bajo los cargos de presidente de la Cámara Chile-China de Yiwu, vicepresidente de la Asociación de Comerciantes Chinos en Chile, vicepresidente de la Asociación de Amistad de los Chinos Residentes en el Extranjero de la ONU, entre otros, Cheng Jianxin ha asumido la responsabilidad de ser un líder para los chinos que residen en el exterior, mientras que explora, laboriosamente, la tierra sudamericana.
En la década de 1990, Cheng viajó, primero, a Brasil y luego a Chile. La seguridad y transparencia del sistema político de Chile son importantes motivos para atraer a los comerciantes extranjeros.
En esa época, no había muchos comerciantes yiwuneses en Chile. Inicialmente, Cheng llevó las camisetas de Yiwu a ese país sudamericano. El bajo precio atrajo enseguida a los chilenos, quienes hacían grandes colas para comprarlas. El ingreso diario era de unos 40.000 dólares.
Al recordar los primeros días de la vida en Chile, Cheng sostiene que era muy dura y que el lenguaje era el mayor obstáculo. Con el paso del tiempo, y gracias a sus esfuerzos, pudo levantar varias empresas dedicadas a los negocios en Santiago e Iquique, y se estableció en ese hermoso país.
En 2006, liderados por Cheng, más de 40 comerciantes de Yiwu fundaron la Cámara de Comercio Chile-China. Según palabras de Cheng, la fama de los comerciantes yiwuneses ha sobrepasado a la de los wenzhouneses, pues todo el mundo sabe que en Yiwu está el mayor mercado de pequeñas mercancías del mundo.
“La vida es muy difícil al llegar a otro país. Afortunadamente, ahora tenemos nuestra propia organización, que puede ayudarnos cuando estemos en dificultades”, destaca Cheng. “Por otro lado, la organización proporciona información a los chinos residentes en el extranjero sobre cuál producto se vende bien, entre otras funciones”.
El estudio de las leyes es una importante tarea para la Cámara. Frecuentemente, Cheng convoca a los chinos residentes en Chile para que estudien las leyes de dicho país e invita a las instituciones judiciales locales a dar clases. “Si quieres ganarte el respeto de la población local, en primer lugar, debes acatar la ley”, sostiene Cheng.
La Cámara se dedica también a la causa benéfica. Cada vez que la patria se ve afectada por una catástrofe natural, ellos organizan donaciones. Además, han hecho contribuciones respecto a la adopción de huérfanos chilenos y al mejoramiento de la vida de los discapacitados de ese país.
Cheng Jianxin en la inauguración de la Asociación de Comerciantes de Veleros de Zhejiang.
El armonioso contacto entre ambas naciones es también una garantía para los negocios en el futuro. Según Cheng, Chile no solo tiene una larga historia de amistad con China, sino que también destaca por su valioso ambiente de negocios dentro de Sudamérica.
Cheng ha sido testigo, durante muchos años, de cómo la gestión de los chinos residentes en esa tierra ha promovido, en gran medida, la elevación de los ingresos de la población local y la fusión cultural.
Los chilenos son optimistas y a ellos les gusta gastar y usar tarjetas de crédito, incluso, cuando compran cosas pequeñas. Normalmente gastan todo lo que ganan antes de fin de mes. Luego de conocer a Cheng, algunos amigos chilenos van acostumbrándose a ahorrar dinero.
Cheng Jianxin dice que, antes, algunos amigos chilenos tenían la costumbre de comprar, en septiembre, los productos propios de la Navidad. Ahora, aplazan la compra hasta noviembre, pues en ese mes pueden regatear con los chinos, preocupados por no llegar a vender todos sus productos. “Antes tiraban los árboles después de Navidad. Ahora los empaquetan para poderlos usar el próximo año”, recalca Cheng sonriendo.