Por HELMUT MATT*
Vista panorámica del Bund de Shanghai. CFP
Por HELMUT MATT*
Vista panorámica del Bund de Shanghai. CFP
El pueblo chino se ha levantado”. Con estas palabras, el 1 de octubre de 1949, el presidente Mao Zedong proclamó no solo la victoria de la revolución, sino también la fundación de la República Popular China. Esta fecha histórica marcó el nacimiento de la Nueva China.
Sin embargo, en el transcurso del siglo que precedió a ese día, China sufrió varias invasiones, beligerancias y una larga guerra civil. Estos desastrosos acontecimientos trajeron consigo sufrimientos inimaginables y una enorme devastación interna del país.
Durante ese tiempo, China era uno de los países más pobres del mundo, y constantemente sufría de hambruna y explotación. La esperanza de vida promedio de los ciudadanos chinos era de 35 años, una cifra que resalta la magnitud del sufrimiento durante dicho periodo de la historia china.
Cuando se fundó la República Popular China, el Partido Comunista de China (PCCh) y el Ejército Popular de Liberación –las únicas dos organizaciones nacionales que permanecieron intactas– enfrentaron una montaña de obstáculos. El país estaba en ruinas, el transporte y el tráfico estaban paralizados, la agricultura hasta cierto punto había sido destruida y el sistema de riego se había dañado irreparablemente debido a la explosión de muchas represas durante la guerra.
Pero este sufrimiento no se limitaba al campo. Debido a la especulación y la administración corrupta, las líneas de suministro de alimentos en muchas ciudades se rompieron, dejando a la gente literalmente muerta de hambre en las calles.
Poco después de su victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa, los comunistas desplazaron su enfoque a tareas más urgentes, como la remoción de escombros ocasionados durante el conflicto y la remodelación de la sociedad para que coincidiese con sus objetivos. Fue de esta manera que se sentaron las bases para la nueva y moderna China que conocemos hoy en día.
Debido a la falta de experiencia, se cometieron errores y se produjeron desventuras, especialmente durante los primeros años después de la revolución. El PCCh, no obstante, logró estabilizar los cimientos de la joven nación e hizo de la defensa de la soberanía un principio nacional irreversible. Pero nadie en ese momento pudo haber previsto la historia de éxito que el desarrollo económico y social de China contaría.
Aunque en los primeros años después de la liberación, el país todavía tuvo que hacerle frente a una serie de dificultades y contratiempos, las medidas que Deng Xiaoping tomó en 1978 marcaron un giro decisivo crucial. El éxito de las nuevas políticas de reforma y apertura, aunque inicialmente llevadas a cabo con cautela, quedaron claras desde el principio.
La revitalización de la economía fue evidente en poco tiempo. En el lapso de unos pocos años se había establecido una dinámica inexorable que convirtió a China en un país líder entre las potencias económicas más importantes del mundo.
20 de junio de 2015. Ding Quanjun, como guardián de la antigua Tumba Shihaohu, es testigo de los gigantescos cambios sucedidos en la aldea de Shihaohu, Hubei, en estos 30 años.
Una nueva fase de desarrollo
El XIX Congreso Nacional del PCCh tendrá lugar el próximo 18 de octubre. Con alrededor de 90 millones de miembros, el PCCh es hoy el mayor partido político del mundo. En la actualidad, China está nuevamente en el umbral de una nueva fase de desarrollo, tanto desde el punto de vista económico como social. Aunque el PCCh se ha centrado principalmente en el crecimiento y el volumen desde el comienzo de la reforma y la apertura, el Partido aún es consciente de los diferentes marcos que han surgido en la era postindustrial.
Al ser el país con la mayor población a nivel mundial, el desarrollo de China ha alcanzado un nivel en el cual los viejos paradigmas económicos han alcanzado sus límites en muchos aspectos: la calidad del aire ha alcanzado un nivel crítico, en algunos casos nocivo para la salud, y ciertas metrópolis con frecuencia sufren fuertes atascos de tráfico que terminan paralizándolas. La aparente bendición del desarrollo se ha convertido en un peligro en muchos lugares.
De este modo se ha hecho cada vez más evidente cuán estrechamente relacionados están el nivel y la calidad de vida de la gente con las decisiones políticas y económicas que establecen tendencias. Mientras tanto, el PCCh se ha planteado objetivos ambiciosos en cuanto a la modernización y el desarrollo del país, manteniendo una orientación clara a pesar de su complicado punto de partida.
En 2021 el PCCh celebrará su centenario. De acuerdo con sus planes, para entonces el país habrá erradicado la pobreza en su gran mayoría. Una condición previa importante para alcanzar este objetivo es asegurar que la economía local continúe aumentando, y que su crecimiento anual relativamente fuerte se mantenga.
Un desarrollo sólido es obligatorio para el aumento proyectado del PIB y del ingreso per cápita del pueblo chino para el año 2021. El Gobierno chino está llevando a cabo una serie de pasos y proyectos para alcanzar este objetivo, como, por ejemplo, reducir el exceso de capacidad de producción y optimizar la estructura económica nacional. Cabe mencionar que la lucha contra la corrupción también representa un enfoque importante.
Mayo de 2017. Agricultores de la provincia de Henan obtienen una gran cosecha de sandías.
Fortalecimiento de la oferta
El estadounidense William Jones, experto en asuntos internacionales y director de la oficina en Washington de la revista Executive Intelligence Review, dijo en entrevista con la agencia Xinhua que, bajo el liderazgo del PCCh, China recorre el camino del desarrollo sostenible y ha logrado un gran progreso en este sentido.
Según Jones, se trata de un logro que ninguna otra persona o país en la historia de la humanidad ha podido igualar. “Creo que el PCCh merece un gran aplauso por el desempeño que ha logrado y también por los enormes cambios que ha traído a China y al pueblo chino”, sostuvo.
Además de asegurar que el PCCh ha analizado sistemáticamente las cambiantes circunstancias desde el final de la Guerra Fría, el experto dijo que a través de inteligentes cambios estratégicos, el Partido ha logrado guiar al país en el camino del desarrollo sostenible. Como ejemplo, Jones citó el plan de revivir el comercio a lo largo de la antigua Ruta de la Seda.
Las debilidades persistentes en la economía mundial también han impulsado la búsqueda del Gobierno chino de nuevas soluciones. A pesar de que en el pasado la política económica de China se centraba principalmente en el comercio internacional y las exportaciones, ahora se está viendo un giro hacia una economía preocupada por el volumen de negocios interno y el consumo de bienes y servicios.
El objetivo general es optimizar la estructura de la economía china. Por lo tanto, China busca asegurar un robusto crecimiento económico de al menos 6,5 %, incluso en tiempos difíciles.
Iniciativa de la Franja y la Ruta
Otro proyecto a través del cual el PCCh ha respondido a los retos de un mundo cada vez más complejo, y que ha ganado mucha atención internacional en los últimos años, es la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Propuesta por el presidente Xi Jinping en 2013, esta iniciativa consiste en revivir la antigua Ruta de la Seda.
En un discurso en la Universidad Nazarbayev en Astaná, capital de Kazajistán, el mandatario chino propuso el “desarrollo mutuo de un nuevo cinturón económico a lo largo de la Ruta de la Seda” para “profundizar los contactos existentes y la cooperación entre los países europeos y asiáticos”. Según Xi, además de que la iniciativa tiene el objetivo de generar mejores perspectivas de desarrollo futuro para todos sus participantes, lo que finalmente pretende es construir el corredor económico más largo del mundo, desde China, Asia central y Asia occidental hasta el centro, oriente y occidente de Europa.
Un aspecto de este colosal proyecto, por ejemplo, es el tren de mercancías que conecta a China con la ciudad alemana de Duisburgo, a lo largo de un tramo de alrededor de 10.000 km. Estas medidas no solo están encaminadas a promover la confianza y el reconocimiento mutuo entre los países participantes, sino también a fortalecer los vínculos entre ellos.
30 de julio de 2017. Un tren con 123 coches de Volvo, fabricados en China, llega al puerto de Zeebrugge (Bélgica), un hito en el transporte de mercancías entre ambos países.
Hoy en día, al tiempo que las inversiones de las empresas chinas en el ambicioso proyecto ascienden a un total de 14.000 millones de dólares, el país ha generado más de 60.000 empleos locales. Sin embargo, aunque China sea el motor detrás de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el Gobierno chino pone gran énfasis en la cooperación igualitaria entre todas las partes.
En 2021, el PCCh celebrará su centenario. Bajo su liderazgo, la República Popular China se ha transformado de un “hogar de gente pobre” a una gran potencia económica. Después de años de explotación extranjera, el PCCh ha restaurado la unidad, independencia y dignidad de China, demostrando al mundo entero el potencial de la nación y de su pueblo.
En estos momentos de dificultades económicas, China ha sido un modelo a seguir en cuanto a estabilidad y fiabilidad, y un rayo de esperanza para la economía mundial. Los ejemplos mencionados anteriormente demuestran que el PCCh no solo seguirá teniendo éxito en el desarrollo y estabilización del país, sino que también llegará a todos los países y socios que estén dispuestos a participar en la construcción de un futuro mejor para el mundo en este sentido.
*Helmut Matt es un escritor y sinólogo que reside en Alemania.