La gasificación del carbón en debate
LA gasificación del carbón es una técnica de producción de gas de síntesis, a través de reacciones de vaporización, purificación y metanización. De hecho, es considerada una medida eficiente para que, aprovechando sus abundantes recursos en carbón, China contrarreste su escasez de gas. Sin embargo, esta técnica, que intenta mitigar también los problemas medioambientales del país, se viene desarrollando con ciertas contrariedades.
27 de enero de 2015. En el puerto de Dongjiakou, de Qingdao, provincia de Shandong, las excavadoras amontonan el carbón. CFP
Dificultades de un país productor de carbón
La situación actual de los recursos en China se caracteriza por “el abundante carbón y los escasos petróleo y gas”. Más aún, el carbón seguirá ocupando una posición dominante en la estructura energética a largo plazo.
“China no tiene mucho gas. A pesar de que ahora quiere importar una gran cantidad de gas natural limpio, ello no satisfará la demanda”, advierte Liu Ke, vicepresidente de Haldor Topsoe en China, socio de Enverra y experto del Programa de Reclutamiento de Expertos Mundiales de China.
En los últimos años, el gas natural ha ido aumentando su proporción dentro del consumo de energía del país. En mayo de 2014, después de 10 años de negociaciones, China y Rusia firmaron un contrato de importación de gas natural por un valor de más de 400.000 millones de dólares. Desde 2018, el gas que será transportado a China cubrirá solo el 20 % de la demanda nacional.
Liu Ke estima que China consume anualmente casi 3800 millones de toneladas de carbón. La capacidad generadora de electricidad de todo el gas natural que explota China en un año equivale a la de menos de 260 millones de toneladas de carbón. Asimismo, la energía generada por todas las centrales hidroeléctricas, incluida la presa de las Tres Gargantas, corresponde a la de 300 millones de toneladas de carbón. China viene desarrollando energía nuclear, pero la capacidad generadora de electricidad de todas las centrales nucleares durante los próximos 15 años solo equivaldrá a la de más de 200 millones de toneladas de carbón, mientras que la electricidad generada por la energía solar y eólica será aún menor. “¿Cómo podría China recurrir a tantas energías alternativas y sustituir así el carbón?”, se pregunta Liu.
“El esmog en China se debe principalmente a que casi 700.000 calderas, de medianas y pequeñas dimensiones, queman casi la mitad del carbón producido en el país (aproximadamente 1800 millones de toneladas al año). Al hablar de la neblina contaminante, todos le echan la culpa al carbón. Pero el problema es que usamos el carbón de manera equivocada. Deberíamos hacerlo de forma centralizada”, añade Liu.
Después de una serie de tratamientos, como desulfuración, desnitración y desempolvadura, el carbón puede resultar muy limpio, como el gas natural. Sin embargo, el costo será muy elevado si se instalaran dispositivos de tratamiento en las 700.000 medianas y pequeñas calderas.
Según Liu, la quema dispersa del carbón (es decir, el carbón consumido por la gente y por las pequeñas y medianas centrales) es la primera causa del esmog en China. En ese sentido, indica que en toda Europa solo se queman anualmente 580 millones de toneladas de carbón, casi el 100 % de lo quemado en las grandes centrales eléctricas. La emisión de una tonelada de carbón quemada de manera dispersa es diez veces la de las grandes centrales eléctricas. Por ello, la quema dispersa de 1800 millones de toneladas de carbón produce, en realidad, emisiones equivalentes a lo que generaría la quema de 18.000 millones de toneladas de carbón por las grandes centrales eléctricas.
Materia de debate
El uso limpio del carbón se ha vuelto un tema de gran interés, dada la gran preocupación que hay en China por el esmog. En ese sentido, la gasificación del carbón podría ser una buena opción.
En mayo de 2009, el Consejo de Estado de China emitió el Programa de Reajuste y Revitalización de la Industria Petroquímica, en el que se anunció un plan piloto en la industria química del carbón. Li Junfeng, director del Centro Nacional de la Estrategia para el Cambio Climático y la Cooperación Internacional de China, señala que hasta octubre de 2013 —según estadísticas parciales— los proyectos de gasificación del carbón en marcha, en proceso de ejecución o en planeamiento sumaban 61, con una capacidad productiva anual de 269.300 millones de m3.
Sin embargo, desde que en 2009 se iniciara la aplicación de los primeros proyectos piloto, ni la fecha de su puesta en funcionamiento ni su eficacia han colmado las expectativas. Debido a motivos técnicos, la puesta en marcha de los primeros cuatro proyectos piloto de China sufrió un retraso de, al menos, un año.
A su vez, el desarrollo de la industria de gas de síntesis ha recibido críticas. Algunos expertos en el sector indican que la inversión en los proyectos de gasificación del carbón suele ser muy grande (generalmente supera los 10.000 millones de yuanes), la emisión de dióxido de carbono es cuantiosa y el consumo de agua es también elevado. Aunque el gas natural es considerado una energía limpia, si se toma en cuenta el ciclo completo, el gas de síntesis no parece ser tan limpio.
Liu cree que la gasificación del carbón sí emite dióxido de carbono, pero el esmog es un problema que estamos enfrentando ahora. “Los responsables políticos deben elegir el menor de dos males. No hay que dejar a un lado la solución de la cuestión del esmog debido a la preocupación por el dióxido de carbono”, agrega. “No podemos decir que el gas de síntesis sea perfecto, pero a corto plazo es una de las mejores opciones”.
La contaminación del agua en la gasificación de carbón también ha sido objeto de críticas. “Todos los proyectos químicos necesitan agua y es así como se la contamina. En la actualidad, la nueva técnica de gasificación de carbón en nuestro país requiere menos agua y tiene una alta tasa de transformación de metano. De hecho, es más económica. En el futuro, con esta tecnología se podrá realizar una emisión cero, es decir, el agua residual cumplirá los estándares de segundo nivel del Reglamento Nacional de Calidad de Agua”, sostiene Wang Yusuo, miembro del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh) y presidente del Grupo ENN.
Li Shousheng, vicepresidente de la Federación de la Industria Petrolera y Química de China, considera que la innovación tecnológica es la clave para desarrollar el gas de síntesis y la única solución para los problemas relativos.
12 de febrero de 2015. En el puerto de Yangkou, de la provincia de Jiangsu, se descarga gas natural licuado (LNG) del buque Shagra de Qatar. CFP
Un estricto control
En julio de 2014, la Administración Nacional de Energía dictó el Comunicado sobre la Regulación de la Industria de Gas de Síntesis, en el que plantea exigencias más rigurosas en cuanto a la eficacia de la transformación de energía, el consumo de agua y las emisiones. Se prohíbe, por ejemplo, implementar proyectos de gasificación del carbón con una capacidad productiva menor a los 2000 millones de m3, así como proyectos de licuefacción de carbón con una capacidad productiva menor al millón de toneladas. Asimismo, se prohíbe estrictamente la aprobación de proyectos no probados previamente.
Se sabe que los proyectos de gasificación de carbón que ya están en marcha en China tienen una capacidad productiva total de unos 4000 millones de m3. Los principales son los de la corporación Datang en la Bandera de Hexigten de Mongolia Interior, el de Kingho y el Grupo Guanghui en Xinjiang, el del Grupo Huineng en la ciudad de Ordos y el de la compañía Jiehua de Desarrollo de Energía Limpia en Yunnan. Hasta diciembre de 2014, la capacidad productiva anual de los proyectos —tanto los aprobados como los que están en fase de implementación— había llegado a los 116.200 millones de m3.
Según el XII Plan Quinquenal de Desarrollo de Gas Natural en China, el volumen de producción del gas de síntesis en este 2015 llegará a ser de entre 15.000 millones y 18.000 millones de m3. Se espera que la cifra para 2020 sea de 60.000 millones de m3. Tomando en cuenta la capacidad productiva de los proyectos aprobados, hay pocas posibilidades de dar luz verde a otros durante el XIII Plan Quinquenal.
Zhang Yousheng, director del Centro de Investigación de Economía Energética y Estrategia de Desarrollo del Instituto de Investigación de Energía de la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma, explica: “La no ampliación de la magnitud de los proyectos de gasificación de carbón se debe a que hoy en día el suministro de gas natural está plenamente garantizado. Si no hay un cambio fundamental en el actual mecanismo de precio, lo que enfrentaremos en el futuro no será la escasez del gas natural, sino el exceso de este”.
El desarrollo de gas de síntesis ha sido también restringido por muchos factores. “De hecho, el mecanismo de precios en nuestro país es el mayor obstáculo. El gas importado de Rusia se cotiza en alrededor de 2,3 yuanes/m3, mientras que el gas de síntesis producido en Xinjiang, que para ser obtenido del carbón implica un gran trabajo, solo es de aproximadamente 1,7 yuanes/m3 cuando es vendido a la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC). Nadie quiere invertir con un beneficio tan limitado”, manifiesta Liu Ke.