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2015-March-19 10:34

China y Latinoamérica en la vida de sus pueblos

POR WU CHU*

EL presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró, en una entrevista realizada recientemente, que la relación con China no es una simple relación energética o comercial, sino una alianza entre iguales, una colaboración profunda, estratégica y de beneficio mutuo. La influencia de China ha tocado todos los aspectos de la vida y de la sociedad venezolana.

“Cuando tú me estás viendo ahora por televisión, sabes que es por el Satélite Simón Bolívar: independencia satelital, independencia tecnológica. Cuando dentro de unos días estemos entregando varios miles de apartamentos de la Gran Misión Vivienda, será gracias a China. Cuando nosotros estamos instalando el sistema más moderno de protección para la seguridad ciudadana: China”, dijo el presidente.

Un autobús eléctrico de BYD en la ciudad brasileña de Sao Paulo.
 

China, Latinoamérica y sus pueblos

En realidad, no se limita solo a Venezuela. Otros países latinoamericanos también perciben la positiva presencia de China y, al mismo tiempo, sus productos forman parte de la vida del pueblo chino. En la madrugada, cuando los uruguayos salen al trabajo conduciendo sus autos fabricados por China, Jac o Chery; los chinos, que viven en el otro lado del planeta, preparan, después de un día de trabajo, sus cenas con carnes y chuletas de cordero importadas de Uruguay.

Cuando los estudiantes chilenos de la escuela secundaria juegan tenis de mesa, durante el recreo de las diez de la mañana, una familia china disfruta los arándanos y las cerezas importados de ese país latinoamericano, que se comercializan en Internet.

Mientras al mediodía, en Brasil, se construye usando la maquinaria hecha por XCMG (Xuzhou Construction Machinery Group), los choferes conducen los autobuses eléctricos hechos en China, los trabajadores de cuello blanco navegan por Internet a través de computadoras Lenovo, alguien enciende el aire acondicionado marca Gree; en China, ya de noche, algunos ocupan su tiempo de descanso viendo la Copa Libertadores de América, comiendo barbacoa brasileña, tomando café colombiano, cerveza mexicana Corona o tequila.

Un gran interés por China y por América Latina que aumenta

Las influencias que han ejercido China y Latinoamérica en la otra parte incluyen muchas más áreas que las mencionadas. En el siglo XXI, con el rápido desarrollo de la relación bilateral entre China y América Latina y el Caribe, el intercambio político, económico, humanístico y en otros ámbitos se profundiza permanentemente. China es ya el segundo socio comercial de América Latina y su tercera mayor fuente de inversión. Además, América Latina se ha convertido en un compañero muy importante del país asiático y el principal destino de sus inversiones. Con el próspero desarrollo de la cooperación con beneficio mutuo en varios ámbitos entre China y América Latina y el Caribe, se fomenta el avance económico de ambas partes y el mejoramiento de la vida del pueblo, por lo que resulta muy acogido y cuenta con un gran apoyo de los pueblos de ambos lados.

El interés por China y América Latina está aumentando mutuamente. Hasta hoy, se han establecido 35 Institutos Confucio y diez aulas Confucio en América Latina y el Caribe, mientras que más de 7000 estudiantes latinoamericanos han venido a China a aprender mandarín anualmente. 21 países latinoamericanos ya son destinos para los turistas chinos y el número de pasajeros que viajan entre ambos puntos supera las 500 mil personas cada año. China ya estableció el Centro Cultural de China en la Ciudad de México.

La Fiesta de la Primavera ya se celebra oficialmente en Surinam. La primera escuela bilingüe chino-argentina abrió en el país del tango. Banco do Brasil estableció una sucursal en Shanghai. Doudou y su suegra, una telenovela china, se proyectó con éxito en Granada. Una delegación médica china hizo “El viaje brillante” a las Bahamas, donde realizaron 171 operaciones oftalmológicas con buenos resultados. La noche de América Latina y el Caribe del Pop Music Festival se celebró en Beijing. Aplicaciones como WeChat se desarrollan a toda velocidad en América Latina y su número de usuarios ya ha superado al de Twitter. Se puede decir que la amistad sino-latinoamericana está hoy más enraizada que nunca en la conciencia de los pueblos.

En la Feria de Vegetales y Frutas de China 2013, en el Centro de Exhibición de Beijing, el stand de Chile exhibe sus cerezas y arándanos. CFP

Una dupla que mira a largo plazo

La Primera Reunión Ministerial del Foro China-Celac se inauguró en Beijing, el 8 de enero. Cancilleres y/o representantes de los 33 países latinoamericanos y caribeños se reu-nieron en la capital china. Ambas partes dialogaron en ámbitos como el político, el económico, el humanístico y el social, entre otros, para acordar una estrategia de desarrollo de la relación bilateral y proponer nuevos planes para fomentar la cooperación.

Se pusieron en práctica mecanismos como el crédito especial para la infraestructura entre China y América Latina y el Caribe, el préstamo preferencial a Venezuela y el Fondo de Cooperación China-América Latina, entre otros.

Se ha comenzando a implementar la oferta de 6000 becas y 6000 cupos de capacitación para los países de la Celac, así como el programa de invitación a mil líderes de partidos políticos de la región a visitar China y el de formación de mil líderes jóvenes.

Se están impulsando programas como el de asociación científica y tecnológica, el de intercambio entre científicos jóvenes y el de celebración del año de intercambio cultural China-América Latina y el Caribe en 2016.

Ambas partes trabajarán conjuntamente para que, en los próximos diez años, el intercambio comercial entre China y la región latinoamericana y caribeña llegue a los 500 mil millones de dólares y la inversión directa china en la región alcance los 250 mil millones de dólares.

Todo ello estimulará el vigor de la cooperación en todos los ámbitos, beneficiará a ambos pueblos y favorecerá el desarrollo común. También contribuirá a que se amplíe la “inteligencia sino-latinoamericana”, para contar más “historias sino-latinoamericanas” y generar más “voces sino-latinoamericanas”.