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2014-July-16 15:31

Futura tendencia de la relación entre China y América Latina

Por SUN HONGBO*
 

7 de enero de 2013. La embajadora de Colombia, Carmenza Jaramillo, visita el huerto de café ecológico de la ciudad de Pu’er, en la provincia de Yunnan. CNSPHOTO

2013 fue un año de aplicación de las políticas chinas hacia América Latina (AL). El nuevo equipo de dirigentes chino ha fortalecido, en gran medida, la diplomacia hacia la región. Al mismo tiempo, los países latinoamericanos dan mucha importancia a la relación China-América Latina y consideran a China como oportunidad de desarrollo, cuando los pueblos latinoamericanos valoran, activamente, a China. Sin duda, la relación sino-latinoamericana tendrá una nueva oportunidad.

Sin embargo, debido a las diferencias en el sistema político, el camino de desarrollo, la tradición cultural, así como al insuficiente conocimiento mutuo, la preocupación por la ralentización de las importaciones chinas y a factores tales como el desequilibrio en el comercio bilateral que no se puede resolver en corto plazo, la relación China-AL enfrenta muchos desafíos.

Cambio de modalidad de la cooperación comercial

Según cálculos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) de la Organización de Naciones Unidas, en 2020, EE.UU., China y la Unión Europea representarán el 33, 16 y 13 %, respectivamente, de las exportaciones de AL, y el 26, 19 y 14 %, respectivamente, de las importaciones. Empero, AL se preocupa por la desa-celeración de las economías emergentes, sobre todo, por si la ralentización económica de China afectaría sus exportaciones.

A pesar de la desaceleración del comercio bilateral, tanto China como AL se esfuerzan por promover el ajuste estructural de la economía, la actualización sectorial y el cambio de modalidad, por lo que la ampliación de la cooperación pragmática enfrenta nuevas oportunidades.

La inversión y la cooperación financiera de China hacia AL apoyan, fuertemente, el desarrollo comercial recíproco. Se combinan la credibilidad del Gobierno y la comercial, ofreciendo apoyo para la financiación de grandes proyectos.

Ambas partes discuten sobre el establecimiento de un “fondo de cooperación” como innovación institucional, asegurando el control de los riesgos y compartir las ganancias.

Por el momento, China y México están negociando sobre un fondo de cooperación; en septiembre de 2013, China y Venezuela suscribieron el tercer convenio marco del “Fondo de Financiación Conjunto China-Venezuela”, que la parte china financió con 18 mil millones de dólares.

La cooperación bilateral en energía ha conseguido notorios logros. En 2013, en petróleo y gas natural con Brasil, México, Venezuela y Colombia se alcanzaron nuevos progresos y la escala de cooperación en energía no solo se limita al petróleo, también se está ampliando hacia los terrenos de la energía eléctrica, la hidroeléctrica, la eólica, la solar y otros.

Las dos partes han tenido gran éxito en la cooperación en infraestructura, gracias a los sectores de comunicación y energía eléctrica. Con la forma de contratación de las obras EPC (Engineer Procure Construct, en inglés), las empresas chinas llevan los equipos de manufactura de gran tamaño hacia el mercado latinoamericano. Considerando la capacidad de pago de los países latinoamericanos, muchos proyectos han recibido apoyo de las instituciones financieras chinas. De 2009 a 2013, las empresas chinas han firmado con Argentina, Brasil, Colombia y otros países latinoamericanos varios acuerdos de exportación de autos y de fabricación de barcos. A su vez, una parte de los contratos han entrado en la fase de aplicación.

En Ecuador, las empresas chinas se han encargado de muchas obras grandes de centrales hidroeléctricas y las instituciones financieras chinas han proporcionado el financiamiento. China también tiene proyectos hidroeléctricos en Brasil, Argentina y Costa Rica. Además, en agosto de 2013, con las empresas argentinas, mediante licitación, Energy China consiguió dos contratos de grandes proyectos hidroeléctricos.

20 de abril de 2013. Foto de participantes en la XIX Reunión Ministerial de APEC, celebrada en Surabaya, Indonesia. CNSPHOTO

Nuevas oportunidades

Según una investigación hecha por Pew Research Center, aunque la influencia de EE.UU. en América Latina es mayor que la de China, la de China se caracteriza por ser más activa, sobre todo, los jóvenes latinoamericanos evalúan positivamente a China.

En general, América Latina presta mucha atención a la relación con China, a pesar de las divergencias que algunos países latinoamericanos sostienen con China en el comercio bilateral.

Por otro lado, los países latinoamericanos que no tienen relaciones diplomáticas con China también desarrollan, de forma activa, el vínculo con China, mientras que muchas empresas chinas se han establecido en esos países.

Tanto la escala mercantil como la capacidad de inversión y potencialidad en ciencia y tecnología de China atraen mucho a esta región, que espera extender sus exportaciones a China y captar inversiones de la nación asiática, así como pasar de hacer negocios a ampliar las inversiones en construcción de infraestructura, en los terrenos de explotación de recursos, desarrollo sectorial y urbano, incluyendo construcción de redes de electricidad, carreteras, ferrocarril, vías fluviales, puertos y aeropuertos, entre otros.

Se puede prever que en los años venideros, tanto en el contenido como en el mecanismo de la cooperación sino-latinoamericana surgirán importantes innovaciones. Sobre todo, los dirigentes chinos continuarán elevando la posición estratégica de América Latina en la estructura de la diplomacia china. Ampliar la cooperación comercial es la base económica en el desarrollo de la relación bilateral, sin embargo, la relación China-América Latina sobrepasará el nivel de comercio y tendrá más contenido estratégico.

Desafíos

Ambas partes enfrentan desafíos en el desarrollo de su relación bilateral.

Entre China y América Latina existen diferencias en el sistema político, camino de desarrollo y tradición cultural. La remota distancia y desconocimiento mutuo hacen que las dos partes deban fomentar la confianza mutua en lo político y apoyarse, mutuamente, en los intereses de los Estados.

Ambas partes toman la cooperación comercial pragmática como meta, es decir, las divergencias en lo político no pueden impedir el desarrollo de la relación bilateral, empero, el cambio periódico del terreno político de los países latinoamericanos sería, posiblemente, un factor interferencial en el desarrollo de la relación.

Igualmente, el comercio bilateral es afectado por el ciclo de crecimiento, el ajuste estructural de China y el ambiente de crecimiento global. La fluctuación de los precios de los productos primarios revela lo frágil en el comercio recíproco.

Lo que se debe enfatizar es que no se resolverá el desequilibrio comercial en un plazo corto.

Tampoco podemos omitir el riesgo de invertir en AL. A pesar de que la cooperación en inversión sino-latinoamericana ha dado sus primeros pasos, la garantía institucional se queda, todavía, en la fase inicial.

2 de septiembre de 2013. Ceremonia en la que CGWIC (China Great Wall Industry Corporation) entrega el satélite VRSS-1 a Venezuela. CNSPHOTO

 
Perspectivas

Considerando la complementariedad económica entre China y AL, la cooperación sectorial en recursos seguirá siendo un punto importante por largo tiempo. Dicha cooperación no solo se limita a inversión en explotación y comercio, sino necesita extenderse hacia sectores relacionados como manufactura, instalaciones básicas, innovaciones técnicas y otros.

Debido a que AL se preocupa siempre por la dificultad de su desarrollo, una vez que se acaben los recursos, ambas partes también pueden discutir sobre el desarrollo sostenible. Al tiempo que se eleva el contenido de la cooperación científica y tecnológica, se pueden fomentar intercambios de experiencias en el desarrollo sectorial.

La cooperación integral sino-latinoamericana se queda todavía en la fase de exploración, ambas partes deben platicar, de forma conjunta, el mecanismo de cooperación regional.

La tendencia ascendente de la relación sino-latinoamericana influye en todo el mundo y deviene un importante soporte de la multipolarización mundial. Existen, al mismo tiempo, oportunidades y desafíos. Se necesita que las dos partes dediquen más esfuerzos para guiar, planificar y promover, activamente, el beneficio mutuo y la ganancia compartida.

*Investigador adjunto del Instituto de Estudios de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales.