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2014-October-17 15:12

Té, el alma del pueblo chino

Por GUSTAVO MARTÍNEZ

EN China, el té es mucho más que una simple bebida, es parte de la vida, una forma de sentirla en el paladar. El té tiene connotaciones muy diversas y, según antiguas costumbres, se puede usar para pedir perdón, para agasajar a la familia, para reunir amigos, deleitar el paladar y algo tan simple y necesario como saciar la sed. Por eso mismo, tiene a su alrededor todo un ritual y ceremonia.

La ceremonia del té, que en China recibe el nombre de “Chadao”, empezó hace aproximadamente 5000 años. Se convirtió en costumbre y símbolo de la sociedad China y se sigue manteniendo hasta hoy en día. Por otro lado, en Japón se practica la ceremonia del té en polvo “Chanoyu”. El té en polvo también es originario de China, muy utilizado durante la dinastía Song. Al final de esta dinastía, China dejó de utilizar el té en polvo, y comenzó a difundirse el uso de las hojas enteras para la infusión. Durante la dinastía Ming se estableció este último sistema de beber té.

En función de las escuelas, variedad, complementos, costumbres y elaboración, distintas zonas tienen su propia ceremonia del té, pero todas con interesantes y refinados estilos. Hasta los movimientos que se realizan durante la ceremonia del té están originados en la misma naturaleza, siguiendo formas muy simples y en un entorno donde la paz y el respeto tengan fuerte presencia. El respeto es la piedra angular de esta ceremonia, empezando por el anfitrión o quien conduce la ceremonia y continuando con los invitados. No solamente se respeta a la gente, también el agua, la vajilla, los complementos y al protagonista principal, el té.

Los agricultores recogen té.

Con él a todas partes

Los chinos toman té a diario en forma sencilla, sin recurrir a demasiadas exigencias. En casi toda China son muy comunes y populares pequeños termos, jarras, tazas y botellas de infinitos formatos, diseños y colores, todos destinados a portar té. Es muy común ver estos envases en todas partes, desde la vía pública hasta los lugares de trabajo. Pero cuando nos referimos específicamente a “la ceremonia” y su práctica formal, entonces se abandona la sencillez e incluso es habitual que se incluya la meditación, siguiendo un método estricto de concentración cuidando las formas al mínimo detalle.

Sorbos con historia

Si bien técnicamente todo comienza poniendo a calentar agua, los chinos cuidan detalles elementales como cuando el agua está algo caliente, vierten un poco en la tetera para que se vaya aclimatando. Luego se vacía. Si bien depende del tipo de té, generalmente el proceso inicia colocando hojas hasta aproximadamente un tercio de la capacidad de la tetera. Se coloca un poco más de agua caliente, tapando las hojas y vaciando inmediatamente. Sólo para aclimatarlas. Luego se añade el agua hasta que la capacidad esté completa, impidiendo que se formen burbujas y dejando reposar el té en el tiempo que sea indicado, de acuerdo a las características, detalle este último a tener en cuenta ya que los distintos tipos de té como el Pu’er, Wulong, Longjing, y otros, solo por nombrar los principales, y las diferentes marcas hacen prácticamente imposible detallarlos a todos. Por ejemplo, el Pu’er proviene de una pequeña ciudad llamada precisamente Pu’er que está en la provincia de Yunnan. Se supone que esta variedad es muy antigua y aunque todos los tés chinos tienen propiedades saludables, este en particular tiene algunas más, ya que ayuda a bajar el colesterol y a la eliminación saludable de las grasas.

Y por si poca fuera la información podemos sumar que se habla de tres periodos principales: 1ro) El té hervido, escuela clásica, dinastía Tang, siglos VII a X. 2do) El té batido, escuela romántica, dinastía Song, siglos X al XIII. y 3ro) El té preparado en infusión, escuela naturalista, dinastía Ming, siglos XIV al XVII.

Representación de té.

 

Bebiendo y aprendiendo

Casi todas las principales ciudades de China cuentan con casas de té, locales dónde además de comprar distintas variedades de esta infusión pueden degustarse muchos de ellos. Generalmente el entorno es agradable con excelente nivel de decoración. Aquí podemos encontrar también el mejor asesoramiento e información sobre la formas de preparar las distintas variedades de té, con profesionales que actúan como verdaderos “sommeliers” del té, ya que existen tipos de té que por su elaboración -algunos hasta son fermentados-, tienen, como los vinos finos, fechas que corresponden a cosechas y partidas especiales.

Una vez que se experimetan los sabores del té en la propia China se abre un nuevo mundo de sensaciones. Será un antes y un después. El aroma, el sabor, el entorno y los sonidos son parte de la magia. China es un país cargado de cultura y las experiencias para los occidentales son permanentes y no faltaran los misterios. Es aprender a conocer un poco más esta cultura a través del paladar. Los colores parecen lucir diferentes en cada sorbo de té y es bueno aclarar que ninguna de estas infusiones es alucinógena ni cosa que se parezca, simplemente contienen el espíritu de la tierra, de esta tierra casi infinita.

Viajar a China sin tomarse el tiempo suficiente para visitar una casa de té sería un grave error. Como también no intentar volver con algunas muestras, paquetes o sobres de estas hojas procesadas y tratadas con antiguas técnicas y secretos magistrales. Seguir las indicaciones de los especalistas y profesionales que atienden estas casas es fundamental para conseguir la suprema experiencia sensorial. Es evidente que los chinos han debido enfrentar diferentes situaciones antes que el mundo occidental y es obvio que las han resuelto antes que nosotros, no le atribuiremos al té propiedades que no tiene, pero no desestimaremos las muchas que contiene.

El té no es solo una bebida simple, sino parte de la vida y sinónimo de elegancia.

 

Entonces, si aprendimos bien nuestra lección, ya estamos en condiciones de ir sirviendo el té en las tazas, moviendo continuamente la tetera de manera que vaya cayendo por los bordes del recipiente. Todos los pocillos tendrán el mismo color, sabor y aroma. Colocamos las hojas sobrantes en otra tetera, guardándolas para una futura preparación. Y, sin duda, esta aparentemente sencilla costumbre de disfrutar alguna variedad de té chino convertirá ese instante en uno de los mejores momentos del día, creando imaginariamente el entorno de un jardín perfumado y el secreto es precisamente ese, hacerlo todos los días.

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