El Retorno del Rey Mono revive la animación china
PARA las 15:00 del 25 de julio, la película de animación El Retorno del Rey Mono había recaudado 618 millones de yuanes. Con solo 16 días en la gran pantalla, la película ya había superado los ingresos obtenidos por Kung Fu Panda 2, que en el año 2011 alcanzó la cifra récord de 617 millones de yuanes, ocupando de esta manera el primer puesto en la taquilla de la animación asiática. Esto demuestra que a la animación china no le falta audiencia, y lo que necesita son obras buenas en las que se cuente una historia interesante y que haga buen uso de los elementos orientales para expresar las particularidades culturales.
Una escena de la película El Retorno del Rey Mono.
Entusiasmo y emociones
Es probable que ni siquiera el director Tian Xiaopeng esperase que una película de la que se había realizado poca publicidad pudiera tener una aceptación tan buena tanto en taquilla como entre los aficionados a la animación. De hecho, Tian Xiaopeng, que tardó ocho años en terminar un guión que resultó ser un éxito inesperado, atribuyó su triunfo a la buena suerte.
El Retorno del Rey Mono del Viaje del Oeste, a la que conoceremos como El Retorno del Rey Mono, nos muestra personajes y tramas procedentes de una de las cuatro novelas clásicas chinas: La peregrinación al Oeste, y está escrita de acuerdo con la mitología, aunque en este caso, permite una nueva interpretación.
“El motivo por el que elegí La peregrinación al Oeste es que la novela contiene elementos mágicos y relacionados con las artes marciales, por eso es muy visual y fácil para reproducirla en 3 dimensiones”, afirmó Tian.
“Me gustó mucho el ritmo tan rápido que tiene la película al comienzo. Ahí se consiguió resumir toda la pelea del Rey Mono en el imperio celestial. Aunque las tramas han recibido algunas críticas de los espectadores, es obvio que es una obra en la que los creadores han dedicado muchos esfuerzos”, opinó la aficionada Guo Cui, de 28 años, quien calificó El Retorno del Rey Mono con una altísima nota de 85 puntos (siendo 100 el total).
Durante un tiempo, muchas redes sociales estuvieron abarrotadas de información sobre el protagonista, un mono atractivo. Al mismo tiempo, los más creativos también se pusieron a crear productos relacionados con la película: pinturas, estatuillas de barro, sellos de goma, etc. Una cinta que puede provocar tantos comentarios, opiniones y tanta creatividad por parte del gran público, se puede considerar un éxito rotundo. Después de todo, hasta ahora solo las grandes producciones occidentales de fama temporal habían conseguido convertirse en un fenómeno de tal magnitud.
El argumento es el mayor problema
La identidad del Rey Mono es algo que todos los chinos conocen. En cierto modo, Sun Wukong (el Rey Mono) no es más que el reflejo de la personalidad de los chinos. Un personaje que no puede evitar utilizar una disciplina basada en la represión y abstención de la lujuria y la maldad interior, y en guardarse todos sus sentimientos dentro de sí mismo para conseguir un éxito exterior. También se dedica toda la vida a perseguir las causas fundamentales de la lujuria y la maldad para obtener el máximo entendimiento y la paz interior.
El director, Tian Xiaopeng, manifestó que la intención original de producir El Retorno del Rey Mono era la de hacer que un gran héroe como el Rey Mono, que tantas generaciones han compartido, siga transmitiendo un mensaje positivo a las generaciones venideras. “Estamos en una época en la que se necesita un héroe y el Rey Mono es un símbolo de nuestra cultura”, dijo el director.
Sin embargo, los comentarios buenos no hacen que desaparezca la excesiva sencillez en el guión y el ritmo. A lo largo de toda la película no hay ningún conflicto verdadero y el argumento tampoco presenta cambios llamativos ni altibajos a lo largo de la trama. Y por si no pudiera ser peor, el final tan repentino hace que el espectador quede un poco perdido respecto al resto de la historia.
“Desde un punto de vista comercial y de aceptación social, El Retorno del Rey Mono es un éxito porque implicó una forma de inversión mediante financiación en masa. Además por su enorme ingreso taquillero, despertó el interés de los chinos en el desarrollo de la animación en nuestro país, así como en la investigación y promoción de los productos relacionados. Eso sí, si tengo que calificar a la película como una mera obra de animación de manera objetiva, tan solo le daría un 75”, opinó Wang Xinyi, redactor que vio la película con su hijo de 6 años.
“El punto fuerte de la película son los dibujos tan extraordinarios que combinan elementos tradicionales de la cultura china con otros de la modernidad, y la capacidad de contar una historia humorística con el estilo de Hollywood. La desventaja es que la historia carece de una estructura completa, los argumentos no tienen orden ni ritmo, además la banda sonora y los efectos sonoros no están a la altura del resto de la película”.
Figurita del Rey Mono creada en barro por Nicole Hu, una internauta fanática de la película.
Sueños y sentimientos
El éxito de El Retorno del Rey Mono ha volcado, hasta cierto punto, la antigua percepción de los chinos sobre la animación china: mala calidad, poca innovación, copias piratas y, en definitiva, un género destinado exclusivamente al público infantil. Frente a la decadencia de la animación china, quienes sí han sabido apropiarse de los elementos culturales chinos han sido los países extranjeros, que han producido varias películas de muy buena calidad, por ejemplo: Mulan, Kung Fu Panda, etc., un hecho un poco embarazoso para los propios chinos.
La realidad es que la animación de China no siempre ha estado en declive, sino que también ha tenido su momento de grandeza. Su época de oro duró desde los años 80 hasta principios de los 90 del siglo pasado. Ese periodo dio pie a obras de animación chinas excelentes como A Fan Ti (1980), El Gato Negro Policía (1985), Los Niños del Calabacín (1986), Shuke y Beita (1986), etc. Éstos suponen un recuerdo de infancia común para muchos chinos, especialmente de la generación pos-ochenta.
Tian Xiaopeng indicó que la responsabilidad de su generación es darse cuenta de que el género de la animación no es solo para un público infantil y que, además, las producciones domésticas también pueden ser de alta calidad. “Los creadores de esta generación han podido tener acceso a los dibujos animados y las películas de animación de Europa, América y Japón desde muy corta edad. Además han recibido una formación profesional y sistemática, por lo que en la actualidad, un director joven también puede tener una buena habilidad de creación y apreciación estética. Para estos directores, que han tardado una generación en formarse, estudiar de los demás es tan solo una transición. El Retorno del Rey Mono es la cumbre de esta época y también marcará el comienzo de una nueva. Espero que, de esta manera, pueda volver a producirse pronto un nuevo tiempo de esplendor para la animación china”, comentó el crítico Zheng Han.