CHINAHOY

HOME

2015-April-22 14:28

Chino mandarín, ¿la nueva ‘lingua franca’?

Por CARMEN GONZÁLEZ*

EXISTE en China una generación de niños de orígenes diversos que no usa más el inglés para comunicarse; muchos hijos de expatriados utilizan el mandarín como primera lengua.

Los extranjeros que trabajan en China cuentan con diversas opciones para que sus hijos estudien. Un buen número de ellos opta por las escuelas internacionales que operan en China, pues así sus hijos aprenden en inglés y el chino es sólo una más de sus materias.

Los padres de Aryaca se sienten orgullosos al ver que su hija habla chino mandarín con la fluidez de los niños chinos.

Los costos de matrícula y colegiatura suelen ser muy elevados. Por ejemplo, el Colegio Wellington de Tianjin, que recibe niños de dos años de edad hasta jóvenes de 18 años, cobra una cuota de matrícula de 181 mil yuanes por el primer año de primaria.

Sin embargo, hay padres que prefieren lo contrario, que sus hijos estén completamente inmersos en un ambiente donde la única lengua que se hable sea el chino mandarín, y el inglés sea sólo una materia más. Para ellos, la opción ideal es una escuela pública en China.

Esta es precisamente la opción que eligen muchos de los expertos extranjeros que trabajan en Radio Internacional de China, pues además de la ventaja en costos, estas escuelas garantizan que sus hijos desarrollen un alto nivel de chino mandarín.

Así, no es difícil encontrar a niños de origen ruso, malayo, nepalí, croata o serbio, platicando y jugando en chino. Para ellos, el mandarín es su ‘lingua franca’.

Descubriendo el mundo en chino

Aryaca tiene ocho años. Todos los días se levanta muy temprano, se asea, desayuna y se prepara para ir a la escuela, siempre con el mismo entusiasmo. Va en tercero de primaria y tiene muchas amigas.

Su nombre en chino es Sisi (丝丝), pues dicen sus maestros que es delicada y hermosa como la seda. Sus padres están muy orgullosos de sus progresos, aunque no pueden revisar sus tareas tanto como quisieran, pues todo está en chino.

“Llevo cuatro años viviendo en China, llegué por primera vez para trabajar en Radio Internacional de China y estuve el primer año solo, investigando si era posible traer a mi hija y a mi esposa para que vivieran conmigo”, cuenta Ajaya Shrestha, el padre de Aryaca.

“En aquel entonces, lo que más me preocupaba era su educación. Vi que otros colegas extranjeros llevaban a sus hijos a una escuela cerca de aquí. Les pregunté su opinión sobre la escuela y me dijeron que era una primaria afiliada a una escuela normal. Luego le pregunté a mis colegas chinos y ellos me dijeron que era una muy buena primaria”, afirma Ajaya, sobre el proceso de selección de la escuela para Aryaca.

Aryaca participa en todas las actividades escolares con alegría. Para ella, el idioma no es una barrera.

Fotos cortesía de la autora

La Primaria Afiliada a la Escuela Normal de Shijingshan, en Beijing, se encuentra a menos de un kilómetro de la residencia de los extranjeros de Radio Internacional de China. Se ubica en un área de 5580 metros cuadrados, con espacios amplios para practicar deportes y aulas especiales para las artes, un espacio multimedia y una enorme biblioteca. Es una escuela pública y todas las clases y los materiales están en chino.

Basil Kc, la madre de Aryaca, estaba preocupada también por cómo se sentiría su hija en un nuevo país y una nueva escuela.

“Al principio, ella no sabía decir ni una palabra en chino, no podía decir “¿puedo ir al baño?” o cosas así. Yo estaba muy preocupada por eso, ¿cómo se iba a comunicar con los maestros? ¿Cómo podía decir cuando quería beber agua o algo así? Pero resultó que el primer día de clases, al volver a casa, estaba muy contenta. Pienso que para los niños es más fácil”, recuerda Basil.

Aryaca llegó a China cuando tenía cinco años y estudió un año de preescolar para luego incorporarse a la primaria. Actualmente, su vocabulario es más amplio en chino que en inglés o en nepalí.

“Cuando mi hija habla en chino, nosotros nos sentimos muy orgullosos y muy felices porque es algo que nosotros no podemos hacer, incluso ahora, cuando vamos de compras, yo no tengo que decir nada, como empezar a regatear o cosas así, Aryaca habla todo el tiempo, ella dice todo. Me siento feliz, me hace sonreír”, dice Basil.

Sin embargo, la familia de Ajaya también enfrenta dificultades.

“Un día, Aryaca regresó de la escuela y quería contarme lo que vio en clase, pero no podía, porque no conocía esas palabras en nepalí, son palabras complicadas que sólo conoce en chino. Tuvo que usar mímica para decirme cómo fue su clase”, recuerda Basil.

“Nos gustaría regresar a Nepal. De hecho pensábamos regresar el año pasado, pero por la educación de Aryaca, creo que es mejor que nos quedemos aquí, por lo menos hasta que termine la primaria. Y entonces veremos que sigue. No queremos que olvide el chino, pero tampoco queremos que olvide lo poco que sabe de nepalí,” concluye Ajaya, convencido de que, en lo referente a la educación de su hija, ha tomado la mejor decisión.

Nacidos y criados en China

Fadhili Mpunji ha vivido en Beijing desde 2004 y, aunque durante ese tiempo ha pasado algunas temporadas en Tanzania, su tierra natal, siempre regresa a Beijing.

“Mis dos hijos, Dorian y Danford, nacieron aquí en 2005, son gemelos, pero dos años después nos regresamos a Tanzania, estuvieron allá un año y en 2009 regresaron y han permanecido aquí desde entonces. Fueron al Kínder en Tanzania y comenzaron la primaria aquí”, cuenta Fadhili sobre cómo empezó la educación de sus hijos.

Actualmente, ambos niños hablan el mandarín mejor que cualquiera de las otras dos lenguas oficiales de Tanzania, el swahili y el inglés. Su padre está contento con sus progresos, sin embargo también le preocupa que no tengan un buen nivel de inglés.

“La verdad es que actualmente para mí es muy difícil comunicarme con ellos, en primer lugar porque su inglés es muy malo y, en segundo, porque ellos no entienden nuestra lengua materna, el swahili y yo no hablo chino. Ellos se sienten muy cómodos hablando en chino. Para explicarme algo, ellos luchan entre los tres idiomas para hacerse entender. Puedo ver que hay una brecha entre ellos y yo en cuanto a la comunicación”, reconoce Fadhili.

Dorian y Danford también estudian en la Primaria Afiliada a la Escuela Normal de Shijingshan, van en cuarto grado y toda su educación ha sido en chino.

“Creo que el nivel de la primaria en China es muy bueno y es mejor que en Tanzania. En términos de conocimiento estoy muy satisfecho con la educación que reciben aquí. Ellos van en cuarto y están viendo cosas que yo recuerdo que en Tanzania se ven hasta sexto”, explica Fadhili, sin embargo, con lo que no está muy satisfecho es con el nivel de inglés que sus hijos han desarrollado en estos años.

Fadhili piensa que el ambiente no es lo suficientemente bueno como para avanzar en el inglés porque en todas las áreas de su vida, los chicos se desenvuelven en chino.

Sin embargo, se muestra optimista frente al futuro.

“Los estoy animando mucho a estudiar con más ganas el inglés porque en Tanzania, la educación secundaria es en inglés. Ellos pueden aprender el idioma, lo que necesitan es estar inmersos en el ambiente, en el otro idioma, y entonces lo van a aprender, estoy seguro”, concluye contento.

*Trabaja como experta extranjera en Radio Internacional de China (CRI).