En busca de la media naranja
“Salgamos a tomar algo esta noche, ¿qué dices?”, le digo a mi amiga Anne Sophie. Ella responde: “Oh no, lo siento, pero esta noche yo preferiría quedarme en casa viendo el programa Feicheng Wurao en la televisión”.
Esta anécdota me hace pensar cuán apasionante es este programa. De hecho, cada episodio -transmitido en Jiangsu TV todos los sábados y domingos por la noche- alcanza cerca de 40 millones de espectadores. Esta cifra no incluye a los numerosos usuarios de Internet que ven el programa en línea. Por lo tanto, Feicheng Wurao, traducido como “si usted es el único” en inglés, figura entre los tres programas de televisión más populares en China.
11 de noviembre de 2011. El famoso presentador Meng Fei durante el estreno de Feicheng Wurao.
Una estructura común
Aunque su concepto es bastante básico: un programa de citas, siguiendo el ejemplo del clásico The Dating Game, 24 atractivas solteras evalúan a un joven que gradualmente es presentado a lo largo del show. Frente a ellas se encuentra un podio equipado con una luz que representa su interés por el candidato. Las jóvenes deciden dejar encendida o apagada su luz después de cada ronda, en las que se muestran vídeos con detalles sobre el trabajo del participante, sus aficiones, relaciones pasadas y opiniones de sus amigos. El juego termina cuando todas las mujeres han apagado su luz. Si el hombre ha logrado ‘mantener viva la pasión’, se le pide que escoja entre las dos finalistas a quienes interrogará antes de tomar su decisión final.
Algunos giros adicionales le dan un condimento especial al show. Justo después de que él sale al escenario, el pretendiente elige su amor platónico que se dará a conocer sólo al final del juego. Por lo tanto, aunque la chica haya dejado encendida su luz o no, el joven puede seguir cortejando a la mujer de sus sueños. Por el contrario, en cada ronda, una chica puede activar la opción ‘explosión de luz’ para demostrar su fuerte atracción por el candidato y seguir en la carrera.
Feicheng Wurao es conducido por el presentador de televisión Meng Fei que precisamente ganó popularidad nacional gracias a este programa. Este siempre sonriente ‘buen amigo’ le pone un tono amable y cómico a este programa y ameniza con algunos chistes. Por otro lado, dos psicoanalistas, Ning Caishen y Huang Han, asisten al show para comentar los vídeos y las respuestas de los candidatos, con el fin de animar a la gente a pensar cuidadosamente sobre los sentimientos de amor y la vida matrimonial. Esta mezcla de sabiduría y entretenimiento es parte de la receta del éxito del show.
Un espejo de la sociedad china
En el pasado, los programas de citas tuvieron días de gloria en los países occidentales, con The Dating Game a la cabeza, un programa que conquistó a amas de casa entre los años 1965 y 1973. Pero parece que hoy en día, los occidentales prefieren Internet en lugar de la pantalla chica para conocer gente, hasta el punto de perder el interés en este tipo de programas de televisión.
Sin embargo, en China, donde el matrimonio es un tema importante, esta tendencia de shows de citas está de moda. Desde la infancia, los padres chinos inculcan a sus hijos que deben encontrar una buena pareja. Para una mujer china, cumplir 30 años de edad y seguir soltera es casi trágico. En primer lugar, debido a que China siempre ha concedido una importancia capital a la familia y la juventud. En segundo lugar, porque tradicionalmente China vivió en una sociedad patriarcal donde las mujeres no eran más que sombras de los hombres; después de su nacimiento, las niñas pertenecían a su padre; y después de su boda, los ‘derechos de propiedad’ eran trasladados a su marido. Entonces, no se concebía la posibilidad de que una mujer china no se casara. En tercer lugar, teniendo en cuenta la política de control de natalidad lanzada en China en los años 70 (y recientemente flexibilizada), las jóvenes en edad de procrear son principalmente de la generación de hijos únicos. En ese contexto, los jóvenes chinos son los únicos que todavía pueden continuar el linaje de la familia y sobre ellos recae la presión infligida por sus mayores que desean cuidar a los nietos.
Sin embargo, a raíz de los progresos económicos y sociales de China, el número de shengnü (literalmente “damas sobrantes”) está creciendo. Shengnü es el nombre dado a las mujeres con educación superior, así como una posición interesante y bien remunerada, pero todavía solteras y cerca de los 30 años. Ellas se han dedicado a crecer profesionalmente, pero no se han tomado el tiempo para conocer gente. Además, son más difíciles de complacer en lo sentimental.
Así que este programa de televisión evidencia un fenómeno social que se puede observar a diario en la China de hoy. Los televidentes jóvenes pueden identificarse con estos candidatos en busca de un compañero de vida, la mayoría de ellos en sus veinte o treinta años. De acuerdo con Anne Sophie, es por eso que el rating de Feicheng Wurao es tan alto: “tal vez un montón de mujeres jóvenes chinas como las que participan en el show no han encontrado su otra mitad y este programa de televisión les ayuda a calmar su situación. En el show, las 24 mujeres que compiten son hermosas y talentosas. En teoría, no deberían tener dificultades para encontrar un marido, sobre todo en China, donde los hombres son más numerosos que las mujeres. Pero son parte de una generación más exigente compuesta de mujeres urbanas, educadas y con privilegios que están buscando ‘el elegido’ aunque eso signifique retrasar el matrimonio”.
El rating de Feicheng Wurao figura en los primeros puestos del país.
Un programa que provocó discusiones
A pesar de su escenario lleno de color, música sentimentaloide y su ambiente cursi -signos que sugieren que este programa puede ser un poco tonto-, Feicheng Wurao es una ventana sobre la sociedad china actual, una sociedad con sus pros y sus contras...
En 2010, la candidata de 22 años de edad, Ma Nuo, provocó una fuerte reacción en toda China. Con el fin de rechazar a un pretendiente imaginando paseos románticos en bicicleta con ella, la joven dejó escapar la ya famosa pulla: “Prefiero llorar en un BMW que sonreír en una bicicleta”. No pasó mucho tiempo antes de que esta frase creara una polémica nacional: esta generación joven individualista y materialista sacrifica los valores tradicionales en el altar del dinero. Por cierto, el Gobierno chino decidió reaccionar después de este escándalo provocado por la modelo Ma Nuo. La Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión (SARFT) ahora pone mayor atención en los comentarios considerados inmorales de los cada vez más emancipados y relajados jóvenes chinos.
Anne Sophie comenta: “A veces no entiendo las elecciones de las participantes, sobre todo porque no dan paso a los sentimientos, como nos gusta (en una palabra, ¡el romanticismo!). Las mujeres parecen muy pragmáticas porque eligen a los hombres con la mejor situación financiera, mientras que ellos parecen superficiales porque escogen a las mujeres hermosas y discretas.
Anne Sophie sospecha que lo que sucede en el escenario no es del todo cierto. Los chinos parecen demasiado a gusto y en ocasiones se representan a sí mismos de una manera caricaturesca, poniendo el acento en una característica que se convierte en la metonimia de su personalidad completa. Sin embargo, los ex participantes han asegurado en diversas entrevistas que todo fue real y que sólo se les dio un consejo. Además, los candidatos son escogidos cuidadosamente: sólo los jóvenes con una mirada encantadora, un carácter singular o manías atípicas son seleccionados. “Esas chicas no son estúpidas: están aquí para montar un espectáculo de verdad, no para enseñar valores a la audiencia”, continúa Anne Sophie. “Además, cuando surgió un comentario demasiado materialista, pronto despertó un rumor en Internet, lo que demuestra que los chinos reaccionan. Después de todo, tal vez ese es el verdadero objetivo de este programa de televisión: hacer que las personas hablen y piensen”.
*Periodista del departamento de francés de China Hoy.