Por LUO YAO y DARIO GUIJO
Camilo Guevara, hijo del mítico guerrillero argentino
Es la segunda vez que Camilo Guevara, el hijo de Ernesto Guevara, visita la capital china. En esta ocasión vino para preparar la exposición fotográfica Che fotógrafo en la galería Three Shadows Photography Art Centre, en el barrio artístico 798. China Hoy tuvo la suerte de poder entrevistarle en el Hotel G Beijing.
China Hoy (CH): Usted visitó por primera vez China en 2010, ¿qué cambios ha percibido desde entonces hasta ahora en el país?
Camilo Guevara (CG): Veo que en China está habiendo un desarrollo y que este continúa. En Cuba sabemos de los proyectos sociales y económicos, por tanto, aunque no haya estado en China en un momento determinado, uno se informa y tiene algún tipo de conocimiento sobre lo que sucede aquí. A mí me parece que es un proyecto que viene desarrollándose desde hace tiempo y que hay muchas cosas interesantes que estudiar. Cada camino que se explore puede ser un camino de conocimiento que puede ser útil para China y el resto de la humanidad.
CH: Desde hace varios años usted ha hecho algunas exposiciones sobre su padre, ¿qué impresión cree que tiene hoy en día la gente sobre él?
CG: No todo el mundo tiene la misma visión del Che. Según el área de donde tú provengas, de la cultura que tengas y de la información que poseas tienes una postura u otra. En el caso de América Latina, creo que las personas lo ven como un símbolo de justicia, de lucha, un símbolo subversivo contra el poder de los explotadores. Si tú lo ves en otros países del Tercer Mundo, donde están tratando de cambiar de alguna forma el estatus que predomina en ese país, tú ves que aparece el Che como una especie de arma de lucha que permite identificarte con él. En fin, hay muchas posturas en este sentido. Sin duda es un personaje histórico muy contemporáneo, muy universal.
CH: ¿Cuál cree que es la imagen que tienen los chinos del Che?
CG: Tengo entendido que los chinos conocen al Che y que hay una identificación positiva con el Che. Él fue uno de los dirigentes cubanos que más hizo por las relaciones entre los chinos y los cubanos, y tenía una gran admiración por las experiencias y por el pueblo chino en general. Incluso visitó China en dos ocasiones. Él asumió los mejores valores de su tiempo y los llevó a la práctica de una manera muy original, por eso el Che es una persona vigente. En un mundo donde se han perdido muchas banderas, muchas causas y paradigmas, él subsiste, sigue ahí presente.
CH: ¿Cómo cree que puede ayudar esta exposición a difundir la memoria de su padre en China?
CG: La intención de esta exposición es dar a conocer una página bastante desconocida, que es esa relación tan intensa que él tenía con la fotografía desde muy joven. Era un hombre con una cultura tremenda y eso, de alguna forma, influyó en su fotografía, como influyó en su personalidad, en su crecimiento como ser humano. Esa fotografía, de alguna forma, está abriendo ese mundo interior que no puede ser visto si no es a través de su propio ojo. Es decir, esas fotografías, que tienen un carácter tan humanista, tan intensas muchas de ellas, te permiten ver que hay un ser sensible detrás de la cámara que tiene la capacidad de mostrarnos el momento que él vivió, los lugares que visitó, qué le interesó de esos lugares, cosa que es sin lugar a dudas interesante. En ese sentido también se está presentando a un Che nuevo a mucha gente. Es la primera vez que la exposición viene a Asia.
La marca de ron cubano Havana Club tiene éxito en China.
CH: ¿Tiene conocimiento de cuáles son las relaciones culturales entre China y Cuba? ¿Cómo se pueden seguir fomentando estas relaciones?
CG: Son dos países que tienen un interés, un sueño común que es un mundo mejor. Quieren vivir en un mundo diferente al actual, donde haya más armonía, más equilibrio, más justicia. Y esta es una relación de amistad que viene de mucho tiempo atrás, dado que muchos chinos vivieron en una época determinada en Cuba e influyeron en lo que hoy se llama ser cubano. Más del 10% de la población era china. En Cuba hay un monumento hecho para agradecer a los chinos la ayuda en la lucha por la independencia y ahí se dice “no existió nunca un chino traidor”. Hay una canción que dice “Cuba, que linda es Cuba, quien la defiende, la quiere más”. Nosotros pensamos así y son parte de nuestro legado cultural.
CH: ¿Usted prefiere fomentar el desarrollo bilateral a través de su cámara?
CG: Eso sería un proyecto que lleva tiempo y que no es tan sencillo. Yo no soy un artista, soy un visitante que tiene una cámara y hay una serie de cosas que me interesan y las capto en fotografías. Para muchos cubanos, si no para todos, es una especie de sueño poder visitar China y conocerla directamente, y poder estar, por ejemplo, en la Ciudad Prohibida, la Muralla China, que para nosotros tienen una enorme significación cultural.
CH: A su parecer, ¿cuál es el secreto del acelerado desarrollo conseguido en los últimos años en China?
Numerosas personas se acercan a ver la exposición Che fotógrafo. Fotos de Dong Ning
CG: Bueno, yo no soy especialista en economía, pero es un pueblo capaz de hacer cosas, que supera grandes retos y que lucha contra grandes obstáculos, que no siempre ha estado en un mundo color de rosa. Hay toda una serie de logros y de metas que se han logrado. En el futuro serán más metas de tipo social. Yo espero que sí. El mundo actual tiene un reto y es que sobreviva la especie humana, y en eso China tiene mucho que hacer. Si los chinos consideran que el desarrollo solo es tener grandes carros, fábricas, mercancías, puede llegar a ser desastroso para la humanidad. Estamos en un momento ecológico muy frágil y hay muchos peligros ecológicos que afrontar. Yo sé que se está intentando, no es fácil, requiere de nuevas tecnologías, de nuevas formas de pensar, de nuevas formas de ver la vida. Hace falta transportación pública, efectiva, ecológica, y de la sabiduría de este pueblo han de salir muchas de las respuestas que hacen falta.