La gran muralla se acorta
Vista de la sección Badaling de la Gran Muralla.
CHINA conserva innumerables vestigios de su milenaria civilización pero, de todos ellos, la Gran Muralla es sin duda el más importante. Esta imponente construcción, que se extiende a lo largo de más de 5000 km., lleva miles de años en pie y es un icono nacional.
Compuesta por pasos, murallas, torres de vigilancia y almenaras, la Gran Muralla serpentea como un gran dragón sobre las crestas de las montañas y entre los desiertos. Se trata de un proyecto de defensa militar de los gobernantes de la antigua China, y su construcción se llevó a cabo en distintas eras y lugares, según las circunstancias locales, por lo que discurre por paisajes variados y muestra singularidades arquitectónicas en cada sección.
Casi 2000 km. de la Gran Muralla han desaparecido
Las partes más antiguas de la Gran Muralla fueron construidas durante el Periodo de los Estados Combatientes (475 a.n.e.-221 a.n.e.). Al principio, cada Estado construyó su propio tramo y, posteriormente, durante la dinastía Qin, se conectaron todos dando lugar a la Gran Muralla. Sin embargo, las partes más antiguas prácticamente han desaparecido y las que vemos hoy, de piedra y ladrillo, fueron construidas principalmente durante la dinastía Ming. Pese a que los tramos construidos durante la dinastía Ming han logrado sobrevivir a muchas guerras, algunas modernas, y mantenido su aspecto original, la Gran Muralla está actualmente doblemente amenazada, tanto por la acción de la Naturaleza como por la mano del hombre.
Aparte de los lugares famosos de interés, como la secciones Badaling y Shanhaiguan, muchas partes de la Gran Muralla están incompletas y derruidas. Y en algunos tramos faltos de vigilancia los ladrillos han sido sustraídos.
Sólo en la dinastía Ming se construyeron más de 6.000 km., de los que 1.961,6 han desaparecido. Es decir, ¡la Gran Muralla está acortándose!
En septiembre de 2003, la Fundación Mundial para los Monumentos (WMF) publicó una lista de cien enclaves de interés cultural en peligro inminente, entre los que figuraba la Gran Muralla.
Según una investigación realizada el año pasado por la Sociedad de la Gran Muralla de China no hay razones para el optimismo. Por ejemplo, sólo el 8,2 % de la muralla construida durante la dinastía Ming está en buen estado, mientras que el 74,1 % se encuentra en mal estado, y algunas partes no son más que piedras sobre la tierra.
La dificultad de proteger la Gran Muralla
Según explica Dong Yaohui, vicepresidente de la Sociedad de Gran Muralla de China, las partes de la muralla de piedra y ladrillo están principalmente en la provincia de Hebei y Beijing. A pesar de su sólida estructura, son incapaces de resistir la acción del viento y la lluvia año tras año. Muchas torres se encuentran al borde del colapso y se desplomarán con alguna tormenta de verano. El Gobierno debe realizar una investigación general sobre las torres en riesgo de derrumbe y tomar medidas lo antes posible para evitar su desaparición.
Zhang Heshan, vigilante de la Gran Muralla en el distrito de Funing, provincia de Hebei, manifiesta que además de los desastres naturales y la erosión causada por el viento y la lluvia, la mano del hombre continúa siendo una gran amenaza para la existencia de la Gran Muralla. La sustracción y venta de piedras de la muralla no es un fenómeno extraño y, además, se ha puesto de moda viajar a las partes de la Gran Muralla menos explotadas. Esta escalada de turistas causa sin duda un desprendimiento de más piedras, lo que acelera su deterioro.
En el distrito de Lulong, provincia de Hebei, está Dongfeng, una pobre aldea de viviendas bajas y viejas construidas, al igual que los patios, con enormes ladrillos grises. Sus habitantes, carentes de recursos, utilizaron ladrillos de la Gran Muralla para construirlas. Aunque en los últimos años se ha venido concienciando a sus habitantes de la necesidad de proteger la Gran Muralla y se ha ido reduciendo esta práctica, no se ha logrado eliminar del todo. Por ejemplo, en el tramo de muralla detrás de la aldea hay unas piedras especiales, con inscripciones de caracteres. El robo y destrucción de estas piedras todavía ocurre de vez en cuando.
“La Gran Muralla es uno de los patrimonios históricos más importantes, que ha resistido guerras y la erosión de mil años. Es una pena que, en época de paz, esté sufriendo destrozos severos. Algo así no debería haber ocurrido”, dijo Yang Yang, famoso erudito y profesor de la Universidad de Ciencia Política y Derecho de China.
La Gran Muralla es la mayor reliquia histórica de China, incluso del mundo. La gente la describe metafóricamente como un museo al aire libre. Pero, precisamente por su gran tamaño, su protección siempre ha sido un problema difícil de resolver.
En el año 2006, China publicó y puso en práctica los Reglamentos de Protección de la Gran Muralla, pero hay expertos que manifiestan que, por la falta de normas detalladas y sanciones, los reglamentos carecen de valor. Según Dong Yaohui, los sabotajes se denuncian pero cuando los vigilantes llegan al lugar, lo más probable es que la muralla ya haya sido dañada.
Por otra parte, la protección de la Gran Muralla padece escasez de fondos y de personal. La patrulla y vigilancia de los alrededores de la muralla es parte del trabajo de los departamentos de reliquias históricas, pero dada la forma lineal y el gran tamaño de la Gran Muralla resulta difícil protegerla únicamente con el personal de los departamentos de reliquias históricas.
Yang Yang sostiene que la protección de la Gran Muralla es asunto del Gobierno pero que su capacidad está lejos de satisfacer las necesidades. Según Yang Yang, para proteger la Gran Muralla habría que movilizar a las organizaciones no gubernamentales. Al mismo tiempo, habría que concienciar culturalmente a la población. “Si uno le tiene cariño a su tierra natal, puede darse cuenta de que vive al pie de la Gran Muralla, y que ésta también es su hogar. Y entenderá que destruir la Gran Muralla es destruir su hogar”. Así, no habrá tantos robos, dijo Yang Yang.
La muralla antigua, situada en la ciudad de Wuzhong, región autónoma de la etnia hui de Ningxia.
Protectores de la Gran Muralla
Yin Chengwu, de 57 años, es administrador de reliquias históricas del distrito de Shanyin, provincia de Shanxi. El distrito de Shanyin está al pie de la Gran Muralla. Durante 36 años, Yin Chengwu se ha dedicado a la protección de reliquias históricas y está familiarizado con lo concerniente a la Gran Muralla.
A principios de los años 80 del siglo pasado, como la gente no estaba concienciada de la necesidad de proteger el patrimonio histórico, Yin patrullaba la muralla dos veces por semana. Aunque generalmente no descubriría nada, a veces se encontraba aldeanos quitando ladrillos de la Gran Muralla. Un día, Yin descubrió a uno trasladando ladrillos y le explicó la importancia de la antigua muralla. Finalmente, el aldeano comprendió, dejó los ladrillos y se fue.
Gracias a una serie de campañas de concienciación, en los años 90 del siglo pasado la gente de la zona comprendió la importancia de proteger su patrimonio. Sin embargo, con el desarrollo del turismo y la fama creciente del milenario pueblo de Guangwu, en el distrito de Shanyin, muchos equipos de rodaje vienen a filmar, lo que dificulta la protección.
Por ejemplo, la telenovela Las llamas de guerra se extinguieron en Yuncheng fue rodada en Guangwu. Para rodar una escena se colocó y se hizo explotar un paquete de explosivos en la muralla. Aunque gracias a unas técnicas especiales se evitó su destrucción, la muralla quedó tiznada. Después de cada rodaje, Yin Chengwu siempre la limpia cuidadosamente.
Así que, por un lado, Yin espera la llegada de los equipos de rodaje para que promocionen la Gran Muralla y el antiguo pueblo de Guangwu. Pero por otro, le inquietan los daños que se puedan causar a la muralla. “Al rodar las escenas de guerra, estoy muy preocupado, y tengo que estar en el lugar y vigilarles”.
En el distrito de Funing, provincia de Hebei, se aplica un sistema de protección de la Gran Muralla según el cual son los habitantes quienes se encargan de vigilarla y trasladar todas las incidencias a la Administración de Reliquias del distrito.
También hay 18 protectores de reliquias de la Gran Muralla en el distrito de Funing. Qiao Guohua, residente en la aldea de Lingkou, es uno de ellos. Qiao tiene 57 años y empezó a trabajar de protector de reliquias en 2004, encargado de la protección diaria de un tramo de muralla de 500 metros, situado en la montaña frente a su casa.
William Lindesay.
Cada cinco o seis días, diez como máximo, Qiao da un paseo alrededor de la Gran Muralla. “Tengo que chequear si hay algún derrumbamiento o lugar en peligro. Si alguien está destruyendo la muralla, voy a detenerle”. Anualmente, el distrito distribuye a cada protector un cuaderno para apuntar en él su diario de trabajo.
Qiao es cojo. Se dañó la pierna derecha trabajando. En 2008, vio unas grandes rocas dispersas al pie de la muralla. Consciente de que se trataba de objetos históricos, decidió trasladarlos al pie de la montaña y enviarlos al distrito. “Las puse al lado de la calle, enfrente de mi casa, pero temía que alguien las robase e intenté llevarlas a mi casa. En el traslado, un auto me atropelló”. El diario de trabajo de Qiao demuestra que cada vez que sube a la montaña para patrullar, invierte medio día. A veces, hasta un día entero.
Hace más de una década, un británico llamado William Lindesay llegó a China para investigar y proteger la Gran Muralla. Inició un “Movimiento de limpieza de la Gran Muralla” y dirigió a un grupo de chinos y extranjeros para la recogida de basuras en la zona. También estableció una base para la protección del entorno de la Gran Muralla, contratando aldeanos para mantener sus alrededores. Lindesay suele decir: “No te lleves nada de la muralla salvo fotos, no dejes nada en ella salvo huellas”.
“Tenemos que aprender a caminar por este museo al aire libre, sin dejar nombres ni palabras en esos ladrillos con 500 años de historia”, escribió en un libro. “La Gran Muralla, como leyenda, no sólo merece protección, sino un cuidado perfecto, incluyendo tanto la construcción como su entorno”.