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2015-July-21 10:41

Matrimonios por conveniencia

Por ZHANG WEN

HEQIN (parentesco armonioso), es una medida diplomática de los gobernantes de las nacionalidades chinas para fortalecer las relaciones con otras, a través del matrimonio mezclado. Generalmente se refiere al matrimonio entre las hijas de la familia imperial de las planicies centrales de China con los gobernantes de minorías nacionales en las regiones fronterizas. A lo largo de la historia de China, heqin ha sido un fenómeno frecuente, que comenzó desde la dinastía Han del Oeste de más de 2000 años atrás, y finalizó hasta la dinastía Qing, la última dinastía feudal que fue abdicada hace un siglo.

Cuando el imperio de las planicies centrales de China era débil en fuerza, con el fin de mantener la pacificación fronteriza, pediría matrimonio con las minorías étnicas, como por ejemplo el heqin entre la dinastía Han bajo el reinado de Liu Bang y xiongnu, regido por Modu Chanyu. Cuando el imperio de las planicies centrales era poderoso, las minorías étnicas, para conseguir la aceptación y apoyo del imperio del centro, o por su aspiración a la vida y modo de producción avanzado de las planicies centrales, pidieron voluntariamente contraer parentesco con el imperio del centro, por ejemplo, tujue (Turcos Celestiales) pidió varias veces matrimonio a la dinastía Tang.

Sin embargo, pocas de las princesas eran realmente hijas del emperador. Generalmente el emperador no quería enviar a su propia hija a un lugar lejano, y solía seleccionar a una chica en la familia real, o una dama en el palacio y le daba el título de princesa para que se casara con el líder de la minoría. Entre el vulgo circulan muchas anécdotas de estas princesas de los matrimonio heqin.

Templo de la Princesa Wencheng.

La princesa que llegó a la pradera por la Ruta de la Seda

Xiongnu fue una etnia nómada poderosa que vivía en el desierto y pradera al norte de las planicies centrales. En 33 a.n.e., el líder de xiongnu, Uhaanyehe, se presentó voluntariamente en la corte de Han para pedir el matrimonio mezclado con el fin de forjar una amistad a largo plazo.

Wang Zhaojun entró en la corte en calidad de “hija de familia decente” para ser concubina del emperador. Ella tenía linda apariencia y gozaba de buena reputación, pero pasó varios años en el palacio y no obtuvo la audiencia del emperador.

En el palacio vivían encerradas muchas damas. Ellas tenían ganas de salir de la jaula, pero nadie quería casarse con xiongnu. Cuando el ministro encargado estuvo preocupado por la selección de la novia de Uhaanyehe, Wang Zhaojun se ofreció a casarse con él.

El emperador Yuan de Han ordenó de inmediato que arreglaran una boda para Wang y Uhaanyehe. Éste, al tener una mujer tan joven y hermosa, estuvo muy contento y agradecido, y prometió al emperador que garantizaría la seguridad de la región fronteriza y la amistad bilateral de generación en generación. Antes de ir al norte, Wang Zhaojun se despidió del emperador. Su belleza y elegancia conmovieron al emperador, quien se arrepintió de entregarla en matrimonio con un miembro de xiongnu, pero ya era tarde.

Bajo la escolta de los funcionarios de Han y xiongnu, Wang Zhaojun dejó Chang’an (capital de la dinastía Han). En el viento frío del norte de la Gran Muralla, ella llegó al lugar donde vivían los xiongnu.

Allí se adaptó gradualmente a la vida nueva, y vivía en armonía con el pueblo local. Ella persuadió a su marido para que dejara la guerra, y por otro lado, difundió entre los xiongnu la cultura de la dinastía Han. La amistad entre xiongnu y Han se mantuvo armoniosa por 60 años. Ella fue enterrada en la tumba que los xiongnu le construyeron en la montaña Daqing (situada en la actual región autónoma de Mongolia Interior), y fue considerada como una diosa. Su leyenda todavía circula entre el pueblo de la etnia mongola y los han.

Tumba de Wang Zhaojun situada en Huhhot, en la región autónoma de Mongolia Interior.

La princesa Wencheng que entró en el Tíbet

A finales de la dinastía Sui y a principios de la dinastía Tang, en la meseta del suroeste de China surgió un poderoso régimen étnico, el tubo (los tibetanos en la antigua China). En el año 636, el joven Songzain Gambo unificó la meseta tibetana. Él anheló la vida y el sistema de la dinastía Tang, e hizo varias veces la propuesta de matrimonio con una princesa de la etnia Tang, pero fue rechazado por diversas razones. Songzain Gambo se irritó por esa respuesta y envió tropas a la frontera de Tang, pero fueron derrotadas. Él se dio cuenta de su petulancia y el poder de Tang. Cuatro años después, pidió otra vez al emperador Taizong el favor de casarse con una de sus hijas, con una actitud más sincera y respetuosa. Esta vez, el emperador fue conmovido por su actitud, y finalmente aceptó la propuesta. El emperador tenía una decena de hijas, pero le dio pena que una de ellas tuviera que irse al Tíbet. Al final, seleccionó a una chica de la familia imperial, y le dio el título de Princesa Wencheng, para que se casara con Songzain Gambo.

El camino desde Chang’an a Lhasa era largo y difícil. Según dicen, el convoy de Tang caminó por más de dos años para llegar a Lhasa. Como una chica de la familia imperial, la princesa fue bien educada y sus maneras distinguidas demostraban la etiqueta de la poderosa dinastía Tang. Los tibetanos recibieron a la princesa con una ceremonia del nivel más alto. Songzain Gambo y la princesa Wencheng vivieron juntos en el Tíbet por 9 años. Después de que el gobernante falleciera en el año 650, la princesa se quedó en el Tíbet y vivió más de 30 años, hasta su muerte en el 680.

Pintura de la princesa Wencheng entrando en el Tíbet.

La poderosa Tang garantizó el estatus de Wencheng en Tíbet. Los cultivos de cereales, las artesanías, los insumos medicinales, así como las técnicas avanzadas y los libros que ella llevó al Tíbet contribuyeron mucho al desarrollo de la agricultura, ganadería, artesanía, cultura y religión de la meseta, por lo tanto, la propia princesa fue también amada y estimada por el pueblo tibetano. En el famoso palacio Potala todavía se conserva la alcoba nupcial de la pareja. En el templo Jokhang también se mantiene la estatua de la princesa. La anécdota de la princesa Wencheng es conocida entre la etnia han y la tibetana como una evidencia del intercambio amistoso entre las dos etnias. Ella misma se convirtió en una representante de las princesas de matrimonio heqin, y la más famosa entre ellas.

Princesa Jincheng

La princesa Jincheng era hija del príncipe Yong (Li Shouli), y nieta de Li Xian, segundo hijo de la emperadora Wu Zetian.

El emperador Zhongzong, lamentó el trágico destino de su hermano Li Xian, y adoptó a Jincheng. Ella creció desde su niñez en el palacio, recibió una buena educación y aprendió buenos modales. Desde pequeña, la corte ya le asignó el título de princesa de matrimonio heqin.

En el año 705, la abuela de Tridé Tsuktsen (gobernante del Tíbet en el periodo 704-755), envió emisarios a pedir una alianza matrimonial con la dinastía Tang, para su nieto pequeño, y el emperador Zhongzong prometió en el acto que casaría a la princesa Jincheng con él. En 710, la princesa salió de Chang’an, y el emperador la despidió hasta el distrito de Xingping de la actual provincia de Shaanxi. La princesa se despidió de sus familiares con lágrimas en los ojos, y pisó el mismo camino de Wencheng. Ella llegó con una gran cantidad de medicinas. Los monjes de los han y los médicos tibetanos tradujeron juntos el Somaratsa (nombre en sánscrito), la obra médica tibetana más antigua que se ha conservado hasta hoy.

El adulto Tridé Tsuktsen fue manipulado por los cortesanos, por eso, y a pesar del matrimonio con la dinastía Tang, ocurrieron guerras frecuentes en la frontera. La princesa Jincheng se encontraba en un gran dilema entre las dos partes. Pero los tubo perdieron la mayoría de las guerras, y Tridé Tsuktsen tuvo que enviar emisarios a Tang para la paz. En este periodo, el emperador ya era Xuanzong. Él, por un lado, dio un trato preferencial al enviado, y por otro lado, envió emisarios al Tíbet, llevando a la princesa Jincheng cartas y una buena recompensa. Tridé Tsuktsen estuvo muy contento, y firmó un tratado con Tang donde acordaba no invadir el territorio de la otra parte, con la montaña Riyue de la provincia de Qinghai como el límite. Así, finalmente, las dos partes obtuvieron un periodo relativamente pacífico.

La princesa Jincheng vivió en Tíbet por 32 años, y murió en el año 741.

Princesa Ningguo

En el oeste de la antigua China, vivía una etnia valiente y hábil para combatir, los huihe, antepasados remotos de los uigures.

En la rebelión de An Lushan que estalló en 755, los ejércitos de Tang sufrieron una derrota rotunda. Con la ayuda de las tropas de huihe, Tang pudo recuperar Luoyang. En 758, después de sofocar en general la rebelión, el Khan (título del jefe de unas etnias chinas en la antigüedad) de huihe, envió emisarios a pedir una alianza matrimonial con la dinastía Tang. Para mostrar su agradecimiento, el emperador Suzong comprometió en matrimonio a su hija, la princesa Ningguo.

Después de la aplicación de la política heqin desde la dinastía Han del Oeste, una gran cantidad de princesas se casó y tuvo que trasladarse a tierras extrañas con tristeza. Pero según los registros históricos, entre ellas, sólo tres princesas a finales de la dinastía Tang y una hija de Kublai, fundador de la dinastía Yuan, fueron auténticas princesas, es decir, hijas propias del emperador. Y la princesa Ningguo, posiblemente, fue la primera.

Ningguo fue la segunda hija del emperador Suzong, de la dinastía Tang, y era la más distinguida entre las siete hijas de dicho emperador. En el día de su partida, Suzong la acompañó hasta Xianyang, y organizó un banquete de despedida. La princesa no tuvo ganas de comer nada. Ella consoló a su padre llorando: “Comprendo que los asuntos de Estado son más importantes y no guardaré resentimiento hasta la muerte”. Suzong también estaba muy triste, y despidió a su hija llorando.

Cuando llegó la princesa a la región de huihe, el Khan la recibió con una gran ceremonia y la convirtió en la nueva emperatriz. Él también envió al príncipe a dirigir tropas para seguir ayudando al emperador a sofocar la rebelión.

Sin embargo, sólo tres meses después, el Khan murió. Según la costumbre local, los huihe planeaban enterrar viva a la princesa junto con el difunto líder. En ese momento, cuando el destino de la princesa estuvo en juego, ella argumentó con razones válidas: “Según las costumbres de los han, si el marido muere, la mujer debe llevar luto por tres años. Al cumplir tres años, la mujer puede casarse con otro. A esto le llamamos ‘la puesta de fin del rito’. Ustedes pidieron un matrimonio con Tang, ¿no fue por la admiración por las costumbres y cultura de los Tang? Si es así, no debo sacrificarme por Khan”. Las palabras eran razonables y convincentes, por eso los huihe dejaron a un lado este asunto. Teniendo en cuenta los sentimientos de los huihe, la princesa lloró desconsoladamente en el funeral.

Como la princesa no tenía hijos, un año después, el nuevo líder de huihe le permitió regresar a Chang’an.

La princesa Ningguo nunca había imaginado que podría regresar a su pueblo, y lloró de alegría. Fueron muy pocas las princesas que pudieron regresar a su tierra natal y Ningguo fue una princesa afortunada.

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