El chino más uruguayo
Aunque el profesor Cheung-Koon Yim descubrió que quería ser arquitecto en su pueblo natal en China, ese sueño se hizo realidad en Uruguay. Su fascinación por la combinación entre la tecnología y el sentido artístico de la vida le permitió comenzar a estudiar en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de la República (Udelar).
Durante una clase magistral en la Embajada de Uruguay en China, el profesor Yim habla de la profunda amistad entre ambas naciones.
De arquitecto a rector del Instituto Confucio
Más de 40 años como docente en dicha facultad centenaria coronan una trayectoria dedicada a la enseñanza. Por eso cuando el 29 de noviembre de 2017 se inauguró el Instituto Confucio en la Udelar, el profesor Yim, como lo conocen sus colegas y amigos, vivió uno de los momentos más significativos de su vida. Con un chaleco y una corbata rojos, color de buen augurio en China, recordó que “no se puede enseñar un idioma sin meterse en la forma de vida de su pueblo”. El centro comenzará a funcionar en marzo próximo.
“Dirigir el Instituto Confucio de la Udelar es un enorme honor que emociona”, le dijo a China Hoy. “Me impulsa a seguir difundiendo el idioma y sobre todo la cultura china en Uruguay, algo que venía haciendo permanentemente en solitario y solidariamente en todos los ámbitos donde actuaba”.
Roberto Markarian, rector de la Universidad de la República (Udelar), Fernando Lugris, embajador de Uruguay en China, Fan Yuejin, presidente de la Universidad de Qingdao, Dong Xiaojun, embajador de China en Uruguay, María Julia Muñoz, ministra de Educación y Cultura, y otras autoridades sembraron la simiente para la profundización de los vínculos entre ambas naciones. Una frase del filósofo Confucio (551–479 a.e.c.) presidió la celebración: “Han venido amigos desde lejos, cuanta alegría nos dan”.
Yim reconoce que esta es una inmejorable oportunidad para introducir los conceptos esenciales sobre la China ancestral y actual en Uruguay. “Así aseguramos una comprensión cabal y racional sobre ese mundo complejo pero apasionante, que significa otra faceta del mundo hasta ahora desconocido y mal entendido”.
El Instituto Confucio de Montevideo estará abierto para toda la sociedad uruguaya. “No vamos a competir con las instituciones privadas que venían enseñando el idioma chino. Trataremos de unificar esfuerzos y juntos elevar el nivel de enseñanza”. Destacó además que convocarán a residentes chinos para que compartan sus conocimientos con la sociedad uruguaya, la cual “nos ha abierto los brazos para acogernos en este país cálido y amistoso”.
Actualmente lo más importante es continuar abriendo puentes para integrar a China y Uruguay. “La Udelar ha tomado este objetivo como su política de vínculo con China y cuenta con el apoyo invalorable de nuestro embajador ante China, Fernando Lugris”. Los contactos y convenios con universidades de China aumentarán paulatinamente, mientras la enseñanza del idioma chino se multiplicará en Uruguay. “Acompañaremos a la Udelar para cubrir el territorio nacional extendiendo los servicios hacia sus centros regionales; todo esto es un gran desafío”, menciona Yim.
Agradece el apoyo fraternal de las autoridades de la Universidad de Qingdao y el financiamiento de Hanban. El Instituto Confucio está situado en un local que pertenece a la Facultad de Humanidades de la Udelar. Los cursos serán gratuitos para los estudiantes universitarios y estarán abiertos al público en general mediante pago. Se realizarán seminarios o cursos cortos sobre tradiciones orientales de artesanía, gastronomía, artes marciales, caligrafía y pintura china.
Los docentes que dictarán las clases son en su mayoría de origen asiático y la Universidad de Qingdao se ha comprometido a enviar profesores. La institución proporcionará la mayor parte del material para las lecciones.
El profesor Yim (der.) junto a Pablo Parodi (izq.), secretario del rector de la Udelar, durante una reunión con autoridades universitarias de China.
Lazos históricos
El profesor Yim es hoy coordinador académico del Centro de Integración Cultural Uruguay-China, que refundó cuando el país sudamericano salió de la dictadura. Además, da clases de mandarín en una escuela del barrio de Casavalle, integra el coro de adultos del Colegio Inglés y dirige la primera sede en Uruguay del Instituto Confucio.
Los recuerdos de su infancia y adolescencia en China permanecen vivos. Tras la muerte de su padre en la guerra contra los japoneses y bajo la tutela de sus tíos y su madre, la familia decidió emigrar. El sur de Brasil, Uruguay o Argentina fueron las opciones, hasta que optaron por “la Suiza de América”. Vive en Uruguay desde 1953 y volvió a China en 1999 para participar en el Congreso Mundial de Arquitectos que se celebró en Beijing.
Después de 13 viajes a su tierra natal ha conocido ampliamente los avances de China, el primer socio comercial de Uruguay. Considera que dirigir el IC le servirá para hacer “mi aporte final al país que me permitió entrar por la puerta grande, y donde creo que fui muy mimado: tuve la suerte de hacer la carrera, ser docente, haber actuado profesionalmente”, mencionó al sitio web de la Udelar en noviembre de 2017.
Cuando el 3 de febrero de 1988 China estableció relaciones diplomáticas con Uruguay bajo la presidencia de Julio María Sanguinetti, de alguna forma se comenzaron a gestar todos los proyectos que toman vida actualmente, como el Instituto Confucio de la Udelar. Desde entonces los contactos de alto nivel y la cooperación económica y comercial han aumentado continuamente. Ambas partes se apoyan y colaboran ante organismos y eventos internacionales.
El diario uruguayo La República destaca que el festejo por los 30 años de relaciones entre China y Uruguay tendrá el atractivo especial de la muy probable visita del presidente chino al país, luego de recibir una especial invitación de Tabaré Vázquez, cuyo equipo diplomático viene trabajando intensamente para concretar el encuentro dentro de la agenda que traerá al líder chino a la Cumbre del G-20, que se realizará este año en Buenos Aires.
La imagen de Confucio ya es familiar para los uruguayos. Una estatua de bronce de 2,5 metros en el Parque Rodó, frente a la playa Ramírez, obra del escultor chino Chen Yifan en 1985, simboliza la presencia china en el país latinoamericano. Los puentes invisibles de las tradiciones toman fuerza. Hay mucho trabajo por hacer, pero en dedicación y constancia el profesor Yim tiene un liderazgo natural. La cultura china y las tradiciones de sus ancestros han viajado con él y han dejado huella en Uruguay.
El Instituto Confucio de Montevideo comienza a hacer historia. Es un viaje de ida y vuelta, una peregrinación que empieza a dar sus frutos. El profesor Yim sabe que el porvenir se escribe día a día en las aulas.