La pintura, manifestación cultural primordial
BEIJING, 9 dic (Xinhuanet) --La pintura es una de las manifestaciones culturales más primordiales. Un pincel puede desvelar los aspectos más genuinos de una sociedad.
Era el otoño de 2011 cuando me topé cara a cara en Beijing con el potencial de las artes plásticas para conocer algunos de los aspectos más profundos de una cultura, y además, fomentar el intercambio cultural.
Primero, aprendí caligrafía y los principios más básicos de este arte. El profesor Zhou me enseñó a adoptar una postura corporal adecuada, manteniendo el cuerpo erguido pero relajado. El pincel, perpendicular al papel. La respiración, rítmica, coordinada con cada trazo a realizar. Al comienzo, el perfilado de cada carácter precisa esmero y extremo cuidado. La técnica no es, en absoluto, aleatoria. Entendí que la caligrafía china respondía a algunos de los valores más apreciados de su cultura: paciencia, disciplina, persistencia, minuciosidad.
Aprendiendo y practicando la técnica Kai Shu (楷书), o escritura estándar, aprendí una manera de relajación activa, en la que la concentración absoluta en cada movimiento y el equilibrio adecuado entre agua y tinta me permitían aislarme del mundo momentáneamente.
Además, mediante la práctica de caligrafía pude conocer clásicos de la literatura china, como versos taoístas del Dao De Jing (道德经) de Lao Zi (老子), o poemas de los Cinco Clásicos (Shijing 诗经). La escritura y la pintura están estrechamente vinculadas en el arte chino, siendo los caracteres un elemento artístico más dentro de la pieza.
La pintura china podría considerarse similar a la acuarela en cuanto al manejo del agua y los pigmentos para conseguir distintos efectos y texturas. Sin embargo, la composición de los materiales en la pintura china es distinta y por consiguiente, también lo es su técnica.
El profesor y artista Lv Peng (吕鹏) supo transmitirme la necesidad de ser sosegado y perseverante. Me explicó que se trata de una técnica compleja, condicionada por la diversidad de clases de pincel, papel y tinta. La posición y el manejo del pincel, además de la cantidad de agua empleada, permitirán crear diversidad de matices en la línea, e infinidad de efectos en la pintura. Según el profesor Lv, aprender la teoría es fácil. Por otro lado, llegar a dominar la práctica en su totalidad implica años de imitación y dedicación. Así se abren las puertas a la capacidad creativa, y por tanto, se da vida al verdadero artista.
Elegancia y una gran riqueza en simbología y significado caracterizan a la pintura china. Su técnica y forma nos descubren aquella China ancestral, en ocasiones esquiva en la China de hoy. Para los chinos, quienes admiran y respetan sus raíces culturales más ancestrales, el artista y su control de la técnica reflejan un profundo conocimiento de su cultura. El artista goza de algunos de los valores más estimados por la tradición china. El pintor y el calígrafo logran un equilibrio entre cuerpo y alma, alcanzando la armonía.
Un extranjero en China tratando de aprender más sobre la cultura mediante la pintura es, al menos, una curiosidad para los chinos. Para un extranjero en China, aprender más sobre la cultura mediante la pintura representa, además de un gran reto, una experiencia muy enriquecedora. Estudiando caligrafía y pintura china uno se acerca más intensamente a este país e importante parte de su tradición. Uno conoce su sociedad más a fondo y, de esta manera, genera vínculos más significativos.
Mediante el aprendizaje de estas técnicas milenarias se establece un diálogo intercultural, en el que profesor y alumno aprenden al unísono.
Por muy insignificante que pueda parecer, se trata de una práctica que, a gran escala, podría contribuir a establecer unas relaciones internacionales más positivas y, siendo optimista, más afables.
De esta manera, la pintura se convierte en vehículo de diálogo cultural, el dialogo cultural en soporte para la cooperación internacional, y la cooperación internacional en instrumento para unas relaciones internacionales más pacíficas.