Comitiva de bienvenida encabezada por el embajador de China en México, Qiu Xiaoqi, y el almirante Ángel Enrique Sarmiento.
Por JUAN CARLOS ZAMORA
Una médica china atiende a una señora.
HACE mucho tiempo que un barco chino no desembarcaba en el puerto de Acapulco (México). Al menos así lo cuenta la gente mayor, que no recuerda haber visto una embarcación china en toda su vida.
Fue en 1815 cuando el último Galeón de Manila, mejor conocido como Nao de China, atracó en Acapulco para dejar sus mercancías. Aunque en realidad era un navío español, transportaba en su mayoría mercancías y utensilios provenientes de China. Quizá por eso, muchos acapulqueños piensen que la Nao fue el último barco chino que atracó en su puerto.
Dos siglos después de la llegada de la última Nao, el buque “Arca de la Paz” arribó a Acapulco para entregar un mensaje de amistad a los mexicanos y brindar servicios médicos gratuitos. Para nuestra sorpresa, la noticia causó gran revuelo. ¡Todos en la ciudad sabían algo del barco!
Comitiva de bienvenida encabezada por el embajador de China en México, Qiu Xiaoqi, y el almirante Ángel Enrique Sarmiento.
Días atrás, los medios locales habían informado de la llegada del buque. Por ello, taxistas, personal de los hoteles, comerciantes y gente de a pie sabían dónde llegaría el barco e, incluso, parte del itinerario de la brigada médica china.
A las 13:30 horas del 12 de noviembre, el buque “Arca de la Paz” atracó en la Terminal Marítima de Acapulco, ubicada frente al histórico Fuerte de San Diego, que durante años fue el punto de resistencia contra los piratas.
Esta vez no había filibusteros a la vista, sino una comitiva formada por cientos de personas, chinas y mexicanas, que ondeaban banderas de ambos países para dar la bienvenida al buque. Hacía calor, y no solo por los 35 grados centígrados que abrasaban la piel, sino también por las muestras de cariño, las sonrisas y los gritos de “Bienvenidos” de la gente, tanto en español como en mandarín.
El coronel superior Guan Bailin desciende del barco para saludar a la comitiva.
Tras las maniobras para el desembarco, parte de la flota del buque, liderada por el coronel superior Guan Bailin, subjefe del Estado Mayor de la Flota del Mar de China Oriental, descendió para saludar al embajador de China en México, Qiu Xiaoqi, y a los miembros del Gobierno y la Marina de México que acudieron a la recepción.
La ceremonia protocolaria de bienvenida reflejó la gran amistad que existe entre China y México. Tras los discursos, las danzas del león y el dragón y el intercambio de saludos entre personas de ambos países, lo mejor estaba por venir.
Una brigada compuesta por 85 médicos y enfermeras ofreció atención en pediatría, oftalmología, ginecología, odontología y medicina tradicional china, entre otras especialidades, a los habitantes de los barrios de Pie de la Cuesta y Ciudad Renacimiento los días 13 y 14 de noviembre, lo que tuvo una gran aceptación por parte de los acapulqueños, quienes expresaron su agradecimiento a los visitantes chinos con amplias sonrisas.
Una china y una mexicana se toman fotos con el buque de fondo.
El 15 y 16 de noviembre, el personal médico ofreció consultas y asesorías médicas a bordo del buque “Arca de la Paz” a la población en general. Y mientras la brigada médica atendía a los acapulqueños, los marinos chinos realizaban intercambios de conocimientos con sus pares mexicanos.
Si hace dos siglos el Galeón de Manila logró que las culturas de China y México se conocieran y crearan fuertes lazos a través del comercio, el buque “Arca de la Paz” se ha encargado en la actualidad de fortalecer la amistad entre los dos países y de generar sonrisas entre las personas, algo que vale mucho más que cualquier mercancía transportada por la mítica Nao.