Inauguración del seminario. Foto cortesía de la Academia China de Ciencias Sociales
Diálogo de alto nivel entre estudiosos chinos y mexicanos -“Continuemos construyendo puentes”
Por AN XINZHU y PEDRO LAGO
EL seminario “Las relaciones sino-mexicanas hacia el Futuro”, organizado por la Academia China de Ciencias Sociales (CASS), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y El Colegio de México (COLMEX) sesionó los días 12 y 13 de noviembre, en Beijing. Estudiosos de ambos países debatieron en torno a temas vinculados con la confianza política mutua, la cooperación económica y el desarrollo humano y social.
Con el objetivo de llevar a la práctica el consenso logrado entre los presidentes de ambas naciones e impulsar la relación China-América Latina, la Academia China de Ciencias Sociales suscribió un acuerdo de cooperación académica con la UNAM y el COLMEX, en 2013. La CASS propuso que las tres partes crearan el Foro Académico de Alto Nivel entre estudiosos de ambos países, invitándolos a efectuar intercambios académicos y a establecer un profundo diálogo acerca de los problemas que enfrentan China y América Latina. La exitosa celebración del seminario simboliza que la cooperación de las tres prestigiosas instituciones ha dado nuevos frutos.
El seminario tuvo como antecedente la elevación a nivel de asociación estratégica integral de la relación bilateral, la participación de México en la 22.ª Reunión de Líderes Económicos de APEC y la visita de Estado del presidente mexicano Enrique Peña Nieto.
En el seminario, Wang Weiguang, presidente de CASS, resaltó que en el contexto político y económico mundial tan cambiante, las relaciones entre China y América Latina se han profundizado sustancialmente. “Tanto China como México, importantes economías emergentes del mundo de hoy, enfrentan el común reto del desarrollo. Actualmente, en los dos países, las reformas han entrado en una fase clave, lo que no solo representa nuevos desafíos, sino también proporciona nuevas oportunidades para fortalecer la cooperación recíproca en el terreno académico”.
Wang Weiguang también destacó que, por largo tiempo, China y México han explorado el camino del desarrollo y han mejorado sus propios mecanismos para seguir cosechando éxitos. “En el proceso de estudio de la relación bilateral y la cooperación, ambas partes pueden tomar en cuenta las experiencias obtenidas por el otro y, así, consolidar la relación bilateral y llevarla hacia un futuro brillante”, concluyó.
Los participantes en el seminario protagonizaron profundos debates sobre el rol que desempeñan ambas naciones y la influencia que han tenido sus reformas económicas en el comercio bilateral.
China Hoy reproduce, a continuación, fragmentos de algunas intervenciones del más de medio centenar de estudiosos mexicanos y chinos que expusieron sus puntos de vista.
Zeng Gang
Zeng Gang
Exembajador de China en México y director del Centro de Estudios Mexicanos, ILAS, CASS.
Con los nuevos Gobiernos de China y México, y la elevación a nivel de asociación estratégica integral de la relación bilateral, las relaciones China-México han entrado en una nueva era. En la actualidad, las relaciones bilaterales se encuentran en uno de sus mejores periodos históricos. En lo político, los dos mandatarios prestan suma importancia a las relaciones bilaterales y frecuentan el intercambio. En lo económico-comercial, enfatizan la cooperación pragmática y los puntos clave. En asuntos internacionales y regionales, concernientes a gestiones globales, los dos países mantienen una activa cooperación.
El principal problema y desafío de las relaciones bilaterales consiste en el desequilibrio comercial de gran monto y a largo plazo. La ampliación de la inversión china en México es una vía importante para equilibrar, a corto plazo, las relaciones económico-comerciales bilaterales. El hecho de que la inversión china en México se halle a un nivel, evidentemente, más bajo que la que tiene China en los países sudamericanos se debe, principalmente, a los factores de estructura económica, reglamentos legales, modelo de inversión, trámites de visa, seguridad y otros. Se espera que ambas parten cooperen estrechamente en energía, construcción de infraestructura, minería, manufactura, entre otros.
Flora Botton
Flora Botton
Profesora-investigadora del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México. Ha publicado varios libros y artículos sobre China.
La característica más sobresaliente de la historia de China no es su antigüedad -en Egipto, Mesopotamia y la India hubo civilizaciones más antiguas- sino su continuidad. Esta continuidad que se ha confundido a veces con inmovilidad, ha dado lugar a que se calificara la historia de China como estática y petrificada.
La continuidad de la cultura china es, tal vez, un fenómeno único en el mundo y entenderlo es un desafío.
Casi todos los estudiosos de China se plantean el problema de la continuidad o no continuidad de la tradición china, tanto ideológica como cultural. Los que han estudiado el pasado se preocupan por ello, pues en esta época en que tanto importa lo pertinente, el encontrar tal continuidad haría más significativo un estudio del pasado y les salvaría de una redundancia total al tratar de comprender la China actual.
Si no tenemos el cuidado en señalar los matices y los cambios que fueron importantes a través de la historia corremos el peligro de enfrentarnos con el estereotipo de “la China milenaria” y del “sabio mandarín” que en algunas épocas tuvo connotaciones positivas pero hieráticas y en otras significó estancamiento, inmovilidad y atraso. Si los sinólogos de antaño tuvieron que combatir la intolerancia que generaban nociones racistas como la de “peligro amarillo”, ahora, al menos en México, oímos hablar del problema de la competencia comercial.
Jin Canrong
Jin Canrong
Profesor y subdirector de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Renmin de China.
El estado básico de las relaciones China-México depende de los intereses nacionales de ambas partes, pero factores externos pueden tener cierto papel, he aquí los Estados Unidos, que constituye el tercer factor más importante. Buenas relaciones sino-estadounidenses podrán proporcionar mayor espacio estratégico para el desarrollo de las relaciones sino-mexicanas, y el deterioro de las relaciones sino-estadounidenses causará obstáculos para la cooperación sino-mexicana.
La construcción de “relaciones de países grandes de nuevo tipo” entre China y Estados Unidos implica que las relaciones China-México tendrán un espacio más grande de desarrollo. México, que es un país grande en Latinoamérica y que mantiene relaciones especiales con los Estados Unidos, tiene capacidad de desempeñar cierto papel en el proceso histórico de creación de “relaciones de países grandes de nuevo tipo” entre China y los Estados Unidos.
Arturo Oropeza García
Arturo Oropeza García
Doctor en Derecho e Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
La importancia de la relación de México y China rebasa con mucho los anales que se desprenden de los más de cuarenta años del establecimiento de sus relaciones oficiales. Va más allá, también, de diciembre de 1899, donde se produce el primer encuentro de carácter oficial entre los dos países, cuando ambos celebraron un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación. O más lejos aún, cuando en 1565 el Galeón San Pablo trajo a las costas mexicanas de Acapulco las primeras mercancías de un país asiático que se caracterizaba ya por el valor y la diferenciación de sus productos.
El siglo XXI no será fácil para nadie, grandes y profundas transformaciones se sucederán en el plano geopolítico y económico de las próximas décadas. Nos encontramos en la conformación de una nueva geografía de la convivencia y el desarrollo global, donde los viejos paradigmas empiezan a caerse. Asistimos al pacto de una nueva época que tiene como principal característica la refundación de lo conocido. En este sentido, tanto México como China tendrán la necesidad de contribuir a la mejora de una política internacional respecto a un proceso global que ya comenzó y es irremediable.
En esta importante relación bilateral entre dos civilizaciones relevantes de la humanidad, resulta deseable que la serpiente emplumada, México, y el dragón chino, reconocidos en el espejo de su origen, sepan fortalecer la amplia línea de sus coincidencias, a fin de que estas les ayuden a entender y resolver las diferencias que se les estarán presentando en la inauguración de una relación bilateral más estrecha y comprometida.
Xiao Lisheng
Subdirector del Departamento de Finanzas del Instituto de Economía y Política Mundial de la CASS.
La futura cooperación financiera entre China y América latina se puede dividir en 3 aspectos: Primero, cooperación en la esfera multilateral. China y los países latinoamericanos, incluido México, pueden mancomunar sus esfuerzos en la promoción de la construcción y mejoramiento del orden financiero internacional, en consecución de más apoyo de financiamiento y más espacio de desarrollo económico para los países en desarrollo. Segundo, en la esfera regional, vía Banco Brics y Banco Interamericano de Desarrollo, realizar actividades financieras regionales. Tercero, en la esfera bilateral, China promueve activamente el canje monetario, refuerza el mejoramiento del mecanismo de inspección y asistencia mutua financiera, así como su cooperación desde diversos ángulos y niveles con los bancos centrales y comerciales de los países latinoamericanos.
Hay que tomar en consideración que la cooperación financiera entre China y América Latina se encuentra aún en una etapa de inicio, el rumbo y las tareas se han esclarecido, pero el impulso sustancial espera por más inteligencia política.
Rómer Cornejo
Rómer Cornejo
Profesor-investigador del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México. Ha publicado varios libros y artículos sobre China.
En sus relaciones recientes con China, las élites en América Latina han pasado por el entusiasmo desmedido o por la percepción de amenaza, según les haya ido en lo inmediato en esta relación. Los países que, por diversas razones, tienen estructuras económicas basadas en la exportación de manufacturas han sido los grandes perdedores, tales han sido los casos de México y algunos países de Centroamérica y el Caribe, que han resentido la competencia de la industria China en el mercado de Estados Unidos y en sus propios mercados.
Sin embargo, las élites gobernantes no desean ver que el problema está en el fracaso de sus políticas económicas, y muchos de sus actores acusan de ello a la existencia de China, lo que ha generado reacciones adversas hacia ese país. Estos países no han diseñado una política que les permita enfrentar esta circunstancia de competencia. No han entendido que la competencia económica es un proceso natural y saludable en el mundo contemporáneo y que no implica guerras ni malas relaciones políticas y diplomáticas entre los contendientes, pues para ello se han creado las instituciones internacionales que la regulan.
En este contexto, resulta inimaginable que China modifique su estrategia de desarrollo como una dádiva al mundo, en perjuicio del empleo de sus propios trabajadores y de su relación de intercambio favorable. Si asumimos que la situación política de China mantendrá la estabilidad del país en un futuro previsible, y si consideramos las discusiones ya existentes entre los líderes del partido y entre sus académicos, se puede esperar que el actual equipo de gobierno hará frente a los problemas de desarrollo del país con una mayor consideración a la pobreza de vastos sectores de su población y a la distribución del ingreso, enormemente inequitativa. La historia reciente ha demostrado que la élite política china responde más a la definición de su interés nacional, en este caso mantener la estabilidad política y social y el crecimiento económico, que a imperativos de carácter ideológico o dogmas del liberalismo económico. El balón está ahora en la cancha de las élites gobernantes de América Latina, ¿qué harán en su relación con China? ¿Buscarán acuerdos económicos que impliquen transferencias tecnológicas o seguirán actuando, en su mayoría, en el despropósito?
Li Ziying
Li Ziying
Subdirectora de la Escuela de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Economía y Comercio Internacional de China
En el contexto del proceso actual de globalización, ¿cuál es el papel de China en América Latina? ¿Copia el modo de los países occidentales en inversión transnacional, emigración o diplomacia, o va a crear un nuevo modo basado en sinceridad, eficacia, preferencia y beneficios recíprocos?
Para alcanzar un desarrollo comercial sino-latinoamericano a largo plazo, China debe prestar más atención a los deseos, preocupaciones e intereses de la parte latinoamericana, ampliar ulteriormente la distribución sectorial de la inversión y encontrar nuevos puntos de crecimiento de la cooperación bilateral, así como diversificar la inversión, concentrándose en la inversión a largo plazo y en una estrategia de localización.
Las empresas chinas deben elevar su competitividad internacional, realizar un “despegue eficaz” y establecerse en la zona. Las dos partes también deben dar importancia al papel financiero como motor, ampliar las esferas de cooperación comercial, al tiempo que promueven, activamente, el crecimiento y desarrollo de la inversión recíproca.
Silvia Núñez
Silvia Núñez
Directora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM.
Para el fortalecimiento de nuestra política exterior es indispensable romper con la improvisación, además de dotarla de una nueva capacidad de comunicación-interlocución con individuos, grupos e instituciones de México y de los países con los que tenemos relaciones diplomáticas.
Es justo aquí donde la diplomacia pública mexicana, como instrumento del poder suave, tiene cabida para afianzar nuestros vínculos con China, e incluso conducirnos hacia la generación de sinergias trilaterales con Estados Unidos, mismas que estamos en posibilidad de encabezar.
México y China convergen actualmente en tanto que son el resultado de dos revoluciones sociales, cuyos objetivos de inclusión y transformación social presentan, actualmente, rezagos importantes. Es en este ámbito, centrado en el factor humano, en donde podemos encontrar un amplio horizonte de cooperación, cimentado en valores comunes como la solidaridad, la importancia de la familia y la grandeza de nuestras respectivas naciones.
Luego de casi 43 años de relación bilateral México-China, nuestro intercambio educativo y cultural no ha adquirido el nivel ni la visibilidad que nuestros pueblos merecen. De ahí, la importancia que este foro, promovido por la UNAM, la Academia de Ciencias Sociales de China, y El Colegio de México, reviste para reflexionar juntos en torno a alternativas para escalar nuestra relación, sin desestimar los temas trascendentes de las esferas social y cultural.
Continuemos construyendo puentes, más allá de identificar barreras. En un mundo donde habitamos una revolución tecnológica, ni las ideas, ni las lenguas, ni las historias, o la distancia física son ya un impedimento para que chinos y mexicanos trasciendan de la simpatía hacia una relación que armonice aspiraciones y objetivos orientados a un mejor futuro.