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2014-January-9 10:16

Las relaciones sino-latinoamericanas en un mundo lleno de cambios

Por CHEN YUANTING*

LA situación de las relaciones sino-latinoamericanas durante 2013 se caracterizó por la elevación, el cambio de modelo y el pragmatismo.

Paltaforma semisumergible para aguas profundas diseñada y construida por Yantai CIMC Raffles Off-shore Limited, en el puerto de Yantai, entregada el 25 de noviembre de 2013 para uso de Petrobras.

 

Importancia de la estrategia diplomática

En 2013, la nueva dirección colectiva de China inició su gestión. Los flamantes dirigentes transmitieron un claro estilo diplomático y se mostraron confiados en su estrategia diplomática hacia América Latina, lo que se observa en dos aspectos: primero, en continuar aumentando la importancia de la región en la disposición diplomática integral de China; y segundo, en la formación inicial de la estrategia de China en Latinoamérica, con la visita del presidente Xi Jinping a tres países de la región.

En 2013, Xi Jinping hizo una gira por tres países latinoamericanos: Trinidad y Tobago, considerado el líder de las naciones del Caribe; Costa Rica, el único país de América Central que tiene relaciones diplomáticas con China; y México, un gran país ubicado geográficamente en América del Norte. Al mismo tiempo, China recibió a los presidentes de Perú, Uruguay y Venezuela. Todo esto evidenció una estrategia diplomática más madura e integral sobre la referida región.

La “elevación” se reflejó también en la estrategia de América Latina para con China. Por ejemplo, la notable mejora de los lazos bilaterales entre China y México. Los lazos entre ambos países dirigieron la relación con Latinoamérica durante un tiempo. No obstante, debido al cambio en sus poderes económicos y de posiciones estatales, al aumento de las fricciones comerciales y al reajuste de la política exterior por parte del gobierno mexicano, el desarrollo de las relaciones bilaterales se hizo gradualmente lento e, incluso, se retrasó más que las de muchos países sudamericanos. Luego de que Enrique Peña Nieto asumiera la presidencia, las relaciones políticas entre México y China mejoraron con rapidez. 2013 fue un año con un significado especial en la historia de ambos países, cuando los dos jefes de Estado se reunieron en tres ocasiones, elevando así las relaciones bilaterales a una asociación estratégica integral y llegando al importante consenso de fortalecer aún más la cooperación económica, comercial y cultural. Estos resultados de diplomacia exitosa se deben a la perspicacia de ambos dirigentes.

Sala para las obras provenientes de cinco países latinoamericanos: Cuba, México, Guatemala, Colombia y Venezuela, en el XIII Festival Internacional de Fotografías de Pingyao, que se inauguró el 19 de septiembre de 2013.

 

Profundización de las relaciones económicas

Si “elevación” es la palabra clave en las relaciones políticas entre China y América Latina, el “cambio de modelo” es necesidad inevitable para el fomento de sus lazos económicos. En este siglo, ambas partes han experimentado un acelerado desarrollo comercial durante más de diez años consecutivos, gracias a una complementariedad natural. Sin embargo, con la ampliación de la escala del comercio, su impulso basado en esta “superioridad natural” sufrió una reducción de beneficios, y la cooperación económica se vio obligada a enfrentar la presión del cambio en su modelo.

2013 fue un año de viraje en las relaciones comerciales sino-latinoamericanas. Según las estadísticas de la aduana china, entre enero y octubre, el volumen comercial bilateral llegó a 215.384 millones de dólares, con una disminución interanual del 1,16 %. De ese total, 110.451 millones correspondieron a las exportaciones de China a América Latina, con una baja del 1,56 %, y 104.933 millones a las importaciones, un 0,7 % menos. Las cifras significan que el ritmo de crecimiento del comercio chino-latinoamericano bajó en mayor medida.

La cooperación económica y comercial sino-latinoamericana ocupa una posición importante en las relaciones bilaterales, la cual enfrenta un nuevo viraje y reajuste. En la actualidad, China está llevando adelante una reestructuración en el comercio y la inversión con la región. Las inversiones se harán en los sectores tradicionales de energías y minas, en los de fabricación, agricultura, servicios, nuevas energías y altas tecnologías, con el fin de establecer relaciones económicas y comerciales más equilibradas, armoniosas y sostenibles entre China y la región. Ahora China se interesa, antes que nada, por invertir en la infraestructura de la región. Muchos países latinoamericanos carecen de experiencia en esta materia y necesitan captar capital exterior, mientras que China ha creado su modelo de construcción de instalaciones modernizadas y está en condiciones de ampliar sus inversiones en el extranjero. Ambas partes coinciden en la oferta y la demanda. China promoverá la cooperación en la construcción de ferrocarriles, carreteras, puertos, centrales y redes eléctricas, instalaciones de telecomunicaciones, entre otros, que se relacionan estrechamente con la producción y la vida de la población. Los países latinoamericanos buscan también inversiones chinas. La Alianza del Pacífico ha enviado dos delegaciones a China para establecer lazos de cooperación. La gira por China para la inversión asiática, organizada por el Comité de Fomento de las Inversiones de Perú, atrajo a múltiples inversionistas y empresarios privados chinos.

La cooperación financiera se dedica cada vez más a ofrecer servicios para la economía real. China propuso establecer el Fondo de Cooperación Sino-Latinoamericano, con el objetivo de invertir en los proyectos relacionados con la fabricación, nuevas tecnologías y desarrollo sostenible. China proporcionó 2000 millones de dólares para crear, junto con el Banco Interamericano de Desarrollo, un fondo unido en aras de apoyar a las empresas públicas y privadas de América Latina en sus proyectos de construcción, para fomentar así su desarrollo sostenible. La Corporación de Finanzas Internacionales, miembro del Grupo del Banco Mundial, firmó con la filial del Banco de China, en Nueva York, un memorando de cooperación para ofrecer servicios de financiación comercial a la región latinoamericana.

Gran atención al intercambio cultural

La cooperación económica y comercial representa los intereses más claros del Estado, pero los contactos directos entre los pueblos significan la forma más eficaz para la profundización de la amistad entre los países, pues los vínculos entre las naciones dependen de la cercanía de los pueblos. Hoy en día los intercambios sino-latinoamericanos toman como aspecto principal la cooperación oficial con la participación de las empresas. El nivel y magnitud de verdaderos vínculos entre los pueblos distan mucho todavía del de las relaciones bilaterales. Debido a la escasez de intercambios directos y de comunicaciones, los pueblos no se entienden en cierto grado, lo que requiere, urgentemente, la promoción de una verdadera comprensión mutua.

Al ser conscientes del problema, China y América Latina han intensificado sus intercambios culturales. China ha fundado 38 institutos Confucio en 13 países latinoamericanos, cuyos gobiernos han concedido un gran apoyo. Para satisfacer la demanda de la población local por aprender chino, China planea aumentar puntos de enseñanza en la región. Además de los institutos Confucio, la parte china ha enviado delegaciones culturales a visitar y actuar en los países latinoamericanos, donde ha organizado diversos festivales de la cultura china y ha llevado a cabo intercambios. Al mismo tiempo, China presta mucha atención a la preocupación de esos países, esforzándose por ampliar la cooperación turística entre ambas partes.

Los países latinoamericanos difunden también sus culturas en China. Brasil ha celebrado el mes cultural y el embajador mexicano Julián Ventura, luego de asumir el cargo, ha desplegado una serie de actividades culturales y artísticas para presentarle a China la civilización y el concepto de valor del país azteca.

26 de septiembre de 2013. Stand de México en la Feria de Importación de Marcas Mundiales 2013, celebrada en Guangzhou. Fotos de CNSPHOTO
 

Desafío a largo plazo

Vale recordar que China tiene una imagen dual en América Latina: es un socio comercial que ofrece grandes oportunidades y, al mismo tiempo, tiene un papel discutible en el sistema internacional. Los países latinoamericanos desean, por un lado, beneficiarse del rápido desarrollo chino por exportar hacia allá más productos y atraer más inversiones y, por el otro, están atentos a los efectos negativos que pudieran generarse en sus relaciones con la nación asiática, e incluso temen que esta impulse el neocolonialismo en la región. Incluso, en algunos países como Brasil y Perú, que han obtenido mayores beneficios en las relaciones económicas y comerciales con China, hay una percepción negativa de la imagen de nuestro Estado.

América Latina también tiene una imagen dual en China. Por un lado, se trata de una región de alto desarrollo que ama la paz. Como nueva e importante economía emergente, su posición se ha elevado constantemente en la configuración internacional, convirtiéndose en una fuerza necesaria en el tratamiento global. Sin embargo, un sentido negativo es que cada vez que surgen problemas derivados de la modernización del país, en China se recuerdan lecciones de la región latinoamericana. Por ejemplo, las informaciones solían llevar títulos como “Cuidado con las enfermedades latinoamericanas”, “Los países de América Latina se hunden en la trampa de los ingresos medios”, entre otros. Asimismo, cada empresa china que ha invertido o desea invertir en esta región está preocupada por un posible riesgo.

Así, como dice un poema citado por el presidente Xi Jinping: “La distancia no separa a los verdaderos amigos que se sienten cercanos, a pesar de estar apartados por miles de kilómetros”. China y América Latina no llegan todavía a conocerse verdaderamente. Ambas partes necesitan demostrar su respectivo desarrollo, transmitir su auténtica imagen y tener un contacto recíproco. China debe tratar racionalmente las quejas, críticas y malentendidos de los países latinoamericanos y estos no deben esperar demasiado de China.

*Shen Yuanting es subdirector de la Oficina de Relaciones Internacionales del Instituto de Estudios Latinoamericanos, subordinado a la Academia China de Ciencias Sociales.