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2016-November-4 14:48

Innovación sobre rieles

Por DANG XIAOFEI

Zhou Ande y sus colegas discuten el proyecto de la EMU que corre sobre las vías estrechas de Malasia.

 

POR las vías ferroviarias de Kuala Lumpur, la capital de Malasia, la Unidad Múltiple Eléctrica (EMU, siglas en inglés) avanza a una velocidad de 160 kilómetros por hora. Comparada con la de los trenes de alta velocidad que van a más de 300 es fácil sostener que la anterior no es tal. Pero según el estándar mundial, la vía ferroviaria debe de ser de 1435 mm de ancho, y la de Malasia es de 1000 mm. Por lo tanto, esa velocidad es la más rápida del mundo para ese tipo de vías.

Malasia fue colonia de Gran Bretaña y los rieles existentes son de vías estrechas. Marchar sobre una vía de ese ancho es como un concurso de 100 metros sobre una barra de equilibrio, pues es difícil lograr la estabilidad y comodidad adecuadas a alta velocidad. Zhou Ande y su equipo desarrollaron una ardua investigación hasta alcanzar resultados favorables.

Zhou, uno de los investigadores de la EMU en Malasia, es jefe del departamento de investigación y estudios del sistema de trenes de la CRRC Zhuzhou Locomotive Co., Ltd. (CRRC Zhuzhou). Durante veinte años de estudio se ha esforzado en que los trenes lleguen con seguridad y rapidez a sus destinos. Reconoce que el proceso de innovación no termina nunca.

La Unidad Múltiple Eléctrica fabricada por China en Kuala Lumpur, capital de Malasia.

 

El sueño de vías ferroviarias estrechas

Zhou Ande realizaba un ensayo de ruido de las EMU de alta velocidad sobre vías estrechas en un espacio aislado, cuando China Hoy llegó a su laboratorio.

En 1958 nació la primera locomotora de energía eléctrica de la fábrica Zhuzhou Locomotive de Hunan, Shaoshan. Zhou Ande, nacido en los años 70 en la sureña provincia china de Hunan, creció escuchando la historia de Shaoshan, la cual le inspiró las semillas del sueño que ahora empiezan a germinar.

Decidió estudiar la especialidad de tracción por energía eléctrica y después de graduarse de la Universidad Jiaotong del Suroeste en 2000, trabajó en esa fábrica, la cual el año pasado cambió de nombre por el de CRRC Zhuzhou Locomotive Co., Ltd. Es una empresa dedicada a producir locomotoras de energía eléctrica, trenes interurbanos, unidades eléctricas múltiples, trenes de levitación magnética y vehículos de rieles de nueva tecnología.

Cuando entró en la compañía, a Zhou le encargaron trabajar en los servicios técnicos del proyecto del Ferrocarril Guangzhou-Shenzhen. Fue la primera vez que tuvo contacto con la EMU. Acumuló experiencias a medida que se desarrollaron las operaciones de transporte público de la línea Guangzhou-Shenzhen y la Estrella China, cuya velocidad en aquel momento era de 321,5 kilómetros por hora, la más rápida en los servicios ferroviarios de China.

Empezó a investigar las unidades eléctricas múltiples interurbanas debido a la propuesta del plan de desarrollo de transporte urbano de varias ciudades chinas. Tal investigación sentó las bases del nacimiento de las EMU que recorren las vías estrechas a la mayor velocidad del mundo.

“En aquel momento nadie había estudiado el funcionamiento de los trenes para líneas interurbanas, aunque existía el ferrocarril de alta velocidad en China”, recuerda Zhou. A diferencia de los de alta velocidad, estas EMU interurbanas aplican el modo operativo de transporte público a cortas distancias y pueden transportar una gran cantidad de pasajeros.

Gracias a sus esfuerzos tuvo la oportunidad de realizar su sueño. La CRRC Zhuzhou suscribió un pedido por 4000 millones de yuanes con Malasia en 2010, la primera vez que las unidades múltiples por tracción eléctrica eran exportadas. Las 38 EMU del primer pedido fueron unidades que corrían sobre vías estrechas. China Hoy observó en el taller de la compañía que el diseño de “cabeza de bala” de estas se caracteriza por su estilo islámico.

Después de terminar el primer pedido, la parte malasia firmó enseguida el segundo.

Taller de fabricación de las EMU y trenes interurbanos.

 

Vencer dificultades técnicas

Por su cercanía al mar, el clima de Malasia es cálido y húmedo con una temperatura promedio de 35 grados centígrados todo el año. La parte malasia pide que la temperatura de los vagones pueda alcanzar los 20 grados, un desafío para el sistema de aire acondicionado, que ha exigido a Zhou desarrollar una profunda investigación.

“Si la tecnología no es suficientemente avanzada, al arrancar el tren, el agua condensada del aire acondicionado caerá en la parte exterior del vagón”, explica. Para resolver ese problema, dirigió a su equipo en el mejoramiento de la capacidad de refrigeración, eliminación de humedad y desagüe. Finalmente, la parte malasia quedó satisfecha.

Anteriormente cuando los trenes viejos de Malasia atravesaban algunas zonas existían fases partidas, por lo que se cortaba el servicio eléctrico. Gracias a una aplicación que asegura el continuo suministro eléctrico, tanto el aire acondicionado, las luces como la televisión funcionan normalmente cuando pasan por lugares sin electricidad.

Otro desafío fue la gran cantidad de pasajeros, pues los trenes de seis vagones deben transportar a más de 1200 pasajeros. Cada 7 y 15 minutos pasa un tren, por lo que Zhou señala que se trata de “un gran reto para el funcionamiento del sistema de energía eléctrica y de bogie”.

Tras varios días y noches de investigación y estudio con la tecnología de un bogie de frenado, consiguieron que el tren parara a una distancia de un kilómetro en 90 segundos. “Iniciamos esa técnica por primera vez en China”, asegura Zhou. El bogie sirve para orientar, soportar el cuerpo del coche y amortiguar los choques durante la marcha.

Zhou explica que con el uso de la carrocería con aleación de aluminio de alta resistencia solo se necesitan dos minutos desde que arranca el tren hasta que alcanza una velocidad de 160 kilómetros. Además del diseño que garantiza la seguridad en el funcionamiento de las EMU, se han instalado sistemas de seguridad modernos, como el de alarma de la temperatura de los ejes, el de vigilancia y control de la situación fuera del tren y el del dispositivo de estabilidad horizontal, los cuales ofrecen seguridad para que avance a alta velocidad.

El diseño de los trenes se ha adaptado a las especificidades de Malasia. Existen vagones especialmente para mujeres y en las salas de estar hay cabinas de oración para los musulmanes durante viajes largos.

Zhou Ande resume que la innovación tecnológica es la razón fundamental de los éxitos alcanzados en Malasia, y la considera un proceso natural como el de la función hematopoyética. “El ser humano no puede subsistir sin ella. Del mismo modo, nuestra compañía, CRRC Zhuzhou, no hubiera alcanzado tantos frutos en Malasia sin la innovación”.

Zhou reconoce que si desean aumentar los pedidos es apremiante realizar innovaciones: “Tanto los productos como la tecnología de China están al mismo nivel que los extranjeros; sin embargo, destacamos en el funcionamiento técnico, pues se acerca más a la demanda de los clientes”.

En cuanto a la duda de que China “imita” tecnología extranjera, responde: “Si después de introducir la tecnología extranjera, la podemos hacer mejor, ¿eso es imitar?”. Según Zhou, su empresa aplica criterios europeos y de la Unión Internacional de Ferrocarriles. Además, tanto el diseño, la producción y los ensayos han sido certificados por una tercera parte. En el ensayo de funcionamiento sin averías en 10.000 kilómetros, las EMU han registrado el récord de 176 kilómetros por hora, la más rápida del mundo sobre ese tipo de vías.

Las EMU fabricadas por CRRC Zhuzhou son exportadas a Europa.

 

Confianza y cooperación

“China es un país atrasado, ¿cómo es posible que pueda vendernos unidades eléctricas múltiples?”, preguntaban los malasios cuando empezaron a trabajar porque el Gobierno no tenía suficiente confianza en CRRC Zhuzhou. “Una pequeña avería en los ensayos provocaba preocupación en la parte malasia”, recuerda Zhou.

Algo que Zhou no olvidará fue aquella vez en que debido a la interferencia de señales el ferrocarril no pudo avanzar. La parte malasia creyó que era un problema de las EMU.

Revisaron la vía y descubrieron cuál había sido el problema: muchos de los cables eran de cobre y habían sido cortados y vendidos. Eso provocó la interferencia de la señal. “Revisamos a lo largo de la línea ferroviaria como guardavías bajo el calor de Malasia”, recuerda Zhou. Las averías desaparecieron después de complementar los cables a tiempo y las EMU avanzaron normalmente, de modo que ganaron confianza.

La confianza ayuda a profundizar la cooperación. Actualmente más del 80 % de los equipos de transporte vial de Malasia provienen de CRRC Zhuzhou. Además, se establecieron tres filiales en ese país y un 90 % de los empleados son lugareños.

CRRC Zhuzhou ha obtenido pedidos de locomotoras, metro, trenes ligeros y EMU de más de 10 países, como Singapur, Turquía, la India, Sudáfrica, Macedonia, Etiopía, entre otros. La suma de pedidos representa más de 30.000 millones de yuanes. Por el momento sus productos se exportan a 101 países y regiones, cubriendo 11 zonas mercantiles de seis continentes. Todos estos logros se han obtenido sobre la base de la innovación.