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2015-June-1 16:31

En contacto con la medicina tradicional

Por ANAÏS CHAILLOLEAU y ANNE-SOPHIE BADY*

Dos chicas occidentales + un doctor de medicina tradicional china = el encuentro de dos mundos que conduce a un apasionante debate.

“Cuando era niño quería ser policía –recuerda Song Baishan–. Soñaba con ser el Zorro, atrapar a los malos y luchar contra el mal”. Hoy, este doctor combate a diario todo tipo de “males”. De hecho, al igual que su padre y abuelo, Song se volvió un profesional de la medicina tradicional china. Actualmente trabaja en el Hospital Dongzhimen, uno de los cinco nosocomios más importantes de Beijing.

La figura del hombre de bronce usado en acupuntura de la dinastía Ming se exhibe en el Museo Nacional de China.

El largo camino hacia la destreza

Después de aprobar el gaokao (el examen de acceso a la educación superior en China), Song llevó cursos que integraban la medicina china y la medicina occidental en la Universidad de Medicina Tradicional China de Shandong. Una vez que obtuvo su grado académico, comenzó a atender sus primeros pacientes. Inicialmente le dio prioridad a la medicina china, aunque poco a poco vio algunas limitaciones, por lo que optó por centrarse más en la medicina occidental. Sin embargo, muy pronto se dio cuenta de que esta no era más efectiva, pues trataba los síntomas de una enfermedad de la misma manera en todos los pacientes y descartaba la posibilidad de proceder caso por caso.

La medicina china, cuyos inicios se remontan al año 3000 a.C., ha desarrollado sus propios términos y conceptos, los cuales no son fáciles de explicar ni de traducir. En teoría, la medicina china busca el equilibrio del qi (traducido a menudo como “energía vital”), el cual circula entre nuestras “cinco vísceras” (wuzang) y nuestras “seis entrañas” (liufu), todas ellas unidas entre sí por unos canales llamados “meridianos”. Este panorama es ya un poco difícil de entender si uno ha lidiado más con las ciencias occidentales cartesianas.

Sin embargo, en lugar de amedrentarse por su dificultad, Song Baishan se dedicó de lleno a estudiar la medicina tradicional china y a leer algunos clásicos recomendados por su padre: el Canon Interior de Huangdi, enfocado en las teorías médicas y la acupuntura, y el Tratado sobre Trastornos por Frío, más especializado en la farmacología china.

Después de 23 años de práctica, Song Baishan ha llegado a dominar la medicina tradicional china y recurre cada vez menos a la occidental. “Es un muy buen doctor”, asegura su colega. Song nos cuenta uno de sus grandes éxitos: “Una vez, un bebé de apenas 40 días de nacido fue hospitalizado por una fiebre que llegaba a los 40°C. Como no podían curarlo, los médicos sugirieron a los padres trasladar al pequeño a un mejor hospital. Gracias al asesoramiento de un miembro del personal médico, la familia fue a verme. Le receté medicamentos a base de hierbas y, al día siguiente, la temperatura del bebé había vuelto a la normalidad. Sus padres no podían creerlo. Más bien, esperaban un resurgimiento de la fiebre, lo cual no ocurrió. Su hijo se había recuperado completamente. Los padres estaban tan felices que me colmaron de regalos”.

El doctor Song Baishan (segundo desde izq.) y sus colegas. Foto de la autora

La naturaleza brinda los remedios

Song Baishan sostiene que los seres humanos –que provienen de la naturaleza y que están condenados a volver a ella– pueden obviamente superar una enfermedad mediante la naturaleza. En ese sentido, cree que para toda dolencia, por más grave que esta sea, hay un remedio que se encuentra en el medio ambiente: solo tenemos que hallarlo.

Song lo explica así: “Generalmente, la medicina occidental trata de calmar el dolor. Sin embargo, el dolor es un fenómeno natural. Es la forma en la que tu cuerpo te advierte de un problema de salud. Entonces, es necesario extraer la raíz del problema y no solo aliviar el malestar”.

En los hospitales chinos de medicina occidental, explica, los pacientes que sufren de un resfrío o una gripe son atendidos con antibióticos y cubiertos con hielo a fin de que baje la fiebre. En su opinión, se trata de un gran error: “Por el contrario, la medicina tradicional china recomienda en este caso una mezcla muy caliente de hierbas medicinales, de modo que el paciente sude intensamente al menos durante dos horas y expulse el virus a través de sus poros. La fiebre no es algo malo en sí. Es la prueba de que tus anticuerpos están luchando contra la enfermedad. Tú debes apoyarlos y no impedir que hagan su trabajo. La tos es también un síntoma útil: ayuda a expectorar los gérmenes”.

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