Duancun: donde el arte abona el porvenir
Por ZHU HONG
Para garantizar un buen efecto educativo, muchos cursos se imparten individualmente.
EN Duancun, un poblado como muchos de la provincia de Hebei, la campesina Feng Hongli lleva todos los fines de semana a su hija de 10 años, Liu Yipeng, a la Escuela Primaria Xidi, donde aprende a tocar el clarinete. La música melodiosa y el sonido del coro infantil salen de la desvencijada aula e iluminan toda la aldea.
Gracias a la Fundación de Arte Hefeng de Beijing, la cual se dedica a la educación, difusión y promoción del arte, la pequeña aldea ha alcanzado un enorme cambio. El fundador de Hefeng, Li Feng, cree que el arte tiene el poder de combatir la pobreza y les proporciona orgullo, confianza y dignidad a los niños. La fundación colabora con las escuelas rurales al proporcionarles a los niños una educación artística básica, que incluye cursos de música, baile, pintura y teatro, dirigidos por maestros profesionales, locales y voluntarios. A su vez, financia los instrumentos musicales, los utensilios de pintura y los libros.
Sembrar semillas de arte
Era un día ventoso del invierno de 2012 y la orquesta musical iba a admitir alumnos. Los padres llevaron a sus hijos a reunirse en un aula. Li Feng había trasladado un viejo televisor de la oficina del alcalde para que los niños pudieran apreciar una sinfonía. Se veía un auditorio suntuoso y un grupo de personas que, vestidas formalmente, tocaban una música agradable con instrumentos desconocidos para los pequeños. Li Feng les dijo a los niños que se trataba de la obertura Egmont de Beethoven. Al observar a los cientos de hijos y padres emocionados y un poco confundidos, Li Feng dijo: “Hoy vamos a organizar una orquesta y les enseñaremos a los niños a tocar este tipo de música”.
La pequeña Liu Yipeng se conmovió con la música melodiosa, sobre todo con el clarinete. “No sabía que había un instrumento llamado así”, confiesa. Aquel día, todos los niños se inscribieron en la orquesta.
En la actualidad, 260 de los 600 estudiantes de Duancun toman parte en las clases de arte gratuitas. Todos los fines de semana, profesores de los centros superiores de Beijing llegan al poblado, ubicado a 100 km de la capital, para brindar lecciones básicas de música.
Viento entre lotos, pieza danzaria diseñada especialmente para los niños de Duancun.
El arte no es solo una habilidad
Según Li Feng, promover la educación artística no significa enseñarles a los niños solo una habilidad. “El arte puede contribuir con la formación moral y fomentar la creatividad. La enseñanza de la estética, el aumento de la confianza y la formación disciplinaria, los cuales están incluidos en la enseñanza artística, influirán imperceptiblemente en el niño durante toda su vida”, menciona. “El Proyecto de Base, iniciado por la Fundación Hefeng, desea despertar así la atención de toda la sociedad en cuanto a la educación, difusión y desarrollo del arte, construir una base sólida de desarrollo social, fortalecer el espíritu nacional y promover el progreso del país”.
“Muchos me preguntan: ¿Por qué preferimos venir al campo a difundir el arte cuando allá todavía hay tanta gente que no cuenta con una adecuada alimentación? Yo les contesto que el arte es una receta eficaz para salir de la pobreza —sostiene Li—. La Madre Teresa dijo que la causa principal de la pobreza era la falta de esperanza en la gente y el arte puede otorgarle a la gente optimismo y confianza en el futuro”. Cada vez que Li Feng tiene un poco de tiempo, alquila una furgoneta y visita Duancun con muchos de sus amigos. “Tengo la firme voluntad de que más gente conozca y entienda lo que estoy haciendo”, expresa.
Nublados por el pragmatismo, muchos tienen ideas erróneas sobre la educación artística. Por ejemplo, a pesar de que la fundación ofrece instrumentos musicales de manera gratuita, algunos padres quieren que sus hijos abandonen el aprendizaje solo porque no pueden costear la pieza de afinación o el aceite para el mantenimiento de los instrumentos de viento, cuyo costo es de unas decenas de yuanes. Por ello, la fundación decidió establecer el Comité de Padres, con el fin de difundir la importancia de la educación artística y dar a conocer en detalle cuáles son sus dificultades, eliminando así cualquier malentendido en los padres.
Los maestros han invertido mucho tiempo en encontrar métodos adecuados de enseñanza para incentivar el interés de los niños. Por ejemplo, el aprendizaje del ballet se inicia generalmente con prácticas de flexibilidad, así como con aburridos y dolorosos ejercicios que seguro les provocarán a los niños el deseo de renunciar a esta disciplina. Por el contrario, la primera clase que dio Guan Yu, secretario de la Facultad de Ballet de la Academia de Danza de Beijing, fue sobre la etiqueta en el ballet. Guan les dijo a los niños que el ballet procede de los bailes clásicos de la Corte francesa, por lo que es muy exigente en la postura, la vestimenta y la disciplina. En la tercera clase, el maestro comenzó a enseñarles, desde cero, la famosa pieza Danza de los cuatro cisnes, lo que sorprendió a todo el personal. Un mes después, los niños presentaron una danza completa, a pesar del estilo un poco infantil.
Guan cree que su objetivo se ha cumplido. “Lo primero es despertar el interés en ellos para que entren en el mundo maravilloso del ballet”. Cuando más tarde les exigió movimientos elásticos, ninguno sucumbió ante el sufrimiento. Los niños practican con mucha voluntad, aun cuando está ausente el maestro. Para ellos, las técnicas del ballet no son tan importantes. El ballet se integrará en la mente y en la vida de ellos, y experimentarán un gran cambio.
Li Ping, maestro de bellas artes, manifiesta con alegría: “Enseñarles a los niños de las zonas rurales es una experiencia totalmente nueva para mí”. Él no comenzó sus clases con tradicionales croquis y líneas, sino que animó a los niños a dibujar lo que tuviesen en mente. Cerca de Duancun se encuentra el lago de lotos Baiyangdian, que es también un lugar de diversión para los niños. De ahí que la flor de loto fuera el tema de dibujo de muchos de ellos. Li Ping les indicó que las obras artísticas no necesariamente corresponden con imágenes del mundo real. La hoja de loto puede asumir cualquier forma, redonda o cuadrada.
La fantasía de los niños sorprendió a Li Ping. Y por primera vez los pequeños pudieron dibujar en el muro de la escuela, lo que fue todo un acontecimiento en Duancun. Sus obras han atraído la atención de mucha gente.
“Cuando el muro de una escuela se convierte en el lienzo en el que los niños muestran su imaginación, el gran muro entre la ciudad y el campo, entre la ignorancia y la civilización, ya no existe”, manifiesta Li Feng.
El muro de una escuela se convierte en el lienzo en el que dibujan los niños, lo que despierta mucho su interés.
Un llamado por más compañeros
“Fomentar la educación artística en el campo es un largo proceso, que puede durar varios años antes de ver los resultados. Y no tenemos muchas experiencias en China. Pero si nadie lo hace, ¿cuándo empezaremos?”, se pregunta Li Feng.
A pesar de una serie de dificultades, como los limitados fondos, los malentendidos en la gente y la falta de respaldo por parte de algunas entidades, Li Feng insiste en su causa, pues muchas personas y asuntos lo han conmovido. Hubo un fin de semana en el que, junto a unos maestros de ballet, visitó el poblado después de clases. Al llegar a un pequeño embarcadero, una mujer les dio a todos botellas de agua y se marchó enseguida. Más tarde, se enteró de que era la madre de uno de sus alumnos. “Estos sencillos gestos me conmueven mucho”, expresa. Un profesor de música de la ciudad de Baoding, al oír lo que ocurría en Duancun, contactó con Li Feng para solicitarle su incorporación los fines de semana.
Hoy, el sueño de Li Feng es esparcir el aire artístico por todo el campo de China. “Los niños aprenden el arte y luego influyen en sus padres. Al final cambia el entorno social —puntualiza Li—. Guiamos a los niños del campo con la fuerza del arte y su crecimiento impulsará la formación del espíritu en la comunidad rural”.
Muchos gobiernos locales han hecho una serie de invitaciones a la Fundación Hefeng y hay empresas que tienen la voluntad de financiar el proyecto.
Li Feng desea también desarrollar un material electrónico de enseñanza artística. “En el material crearemos personajes que representen diferentes formas de arte y, a través de sus historias, fomentaremos el interés en los niños”, sostiene.
¿Cuánto tiempo se necesitará para hacer este sueño realidad? “Tal vez 200 ó 300 años, o incluso más. Mi fuerza es pequeña y espero que más personas puedan entender y participar en nuestra causa, y transmitirla de generación en generación”.
La melodiosa música del violín, la trompeta y el coro infantil iluminan toda la aldea.Fotos de Dong Fang