The Beijing News
08/07/2013
LUEGO de que el 23 de junio se anunciara una investigación a Guo Yongxiang, ex vicegobernador de la provincia de Sichuan, y el 30 de junio se hiciera lo mismo con Wang Suyi, jefe del Departamento de Trabajo del Frente Único del Comité Regional de Mongolia Interior del Partido Comunista de China (PCCh), la Comisión Central de Control Disciplinario del PCCh anunció el 6 de julio pasado, que el vicepresidente del Comité de Guangxi de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y presidente del Sindicato General de la región, Li Daqiu, se encuentra también sometido a una investigación por estar implicado en una seria violación disciplinaria.
Después del XVIII Congreso Nacional del PCCh, funcionarios de nivel provincial y ministerial, como Li Chuncheng, Liu Tienan, entre otros, han sido investigados, lo cual ha generado una positiva reacción en la opinión pública. En los primeros días de junio, el vicegobernador de la provincia de Anhui, Ni Fake, fue investigado, mientras que en las últimas tres semanas de dicho mes hubo tres funcionarios de nivel provincial sometidos a investigación por parte de la Comisión Central de Control Disciplinario del PCCh.
Obviamente, estas decisiones han transmitido a la gente la señal de que se ha incrementado la dureza en la lucha anticorrupción. ¿Por qué se afirma esto? Porque esta dureza tiene en la mira a funcionarios de alto rango, una medida pocas veces vistas. La decisión de investigar y sancionar a funcionarios corruptos de alto rango nunca fue tan sólida como ahora. Esta severidad es demandada por la población. Por lo tanto, puede lograr buenos resultados al reunir tanto la voluntad del pueblo como el fortalecimiento de su espíritu combativo.
La gente ha estado esperando que la lucha anticorrupción se dirija tanto a las “moscas” como a los “tigres”. Los supuestos “tigres”, ante los ojos del pueblo, quizá sean los funcionarios de algo rango implicados en delitos de cohecho y corrupción. La gente, además, comprende perfectamente que cuando un funcionario de alto rango está implicado en actos de corrupción, la gravedad es mucho mayor que la de un funcionario de rango menor. Sin embargo, cuanto más alto sea el rango, más encubierta y engañosa será la corrupción. Asimismo, cuanto más poder posea un funcionario, más susceptible será de aprovechar sus relaciones sociales, por lo que será más difícil ejercer una fiscalización por parte del pueblo. Aun siendo investigado por los organismos competentes, será difícil que sea penalizado de acuerdo con la ley.
No obstante, cuanto más alto sea el rango del funcionario corrupto, más influencia negativa ejercerá. Por lo tanto, se hace necesario darle una mayor rigurosidad a la fiscalización e investigación según la ley. No debe concedérseles ninguna impunidad por el hecho de haber realizado diversas o, incluso, grandes contribuciones. La lucha anticorrupción de hoy y del mañana requiere una mayor decisión.
El secretario general del PCCh, Xi Jinping, manifestó en enero pasado que “no podemos relajar de ninguna manera el rigor disciplinario en el Partido y las sanciones. Se debe persistir en golpear tanto a los ‘tigres’ como a las ‘moscas’”. El 17 de mayo, Wang Qishan dirigió un mensaje al grupo de inspección del Comité Central del PCCh: “Que sean muy ‘clarividentes’ en el Comité Central del PCCh y saquen a los ‘tigres’ y a las ‘moscas’”.
Persistir en golpear tanto a los “tigres” como a las “moscas” ha hecho también que cambie la “pasiva política anticorrupción” de los departamentos de control disciplinario. Es cierto que en Internet hay denuncias basadas en pruebas y otras que no tienen fundamento, pero la fiscalización de la ciudadanía fuera del sistema ha desempeñado un papel nada despreciable en los últimos años. El “primo Yang Dacai” y muchos funcionarios de nivel departamental, como Lei Zhengfu, implicados en el indecente video de Chongqing, han caído. Se trata de casos dignos de ser valorados.
Estos casos deben ser considerados como un logro de la lucha anticorrupción en la red. Sin embargo, todo depende de las medidas que tomen los departamentos de control disciplinario y judiciales. El pueblo desea que los departamentos de control disciplinario tengan una rápida reacción en cuanto a las denuncias en la red y realicen investigaciones exhaustivas contra la corrupción encubierta. Al mismo tiempo, espera que estos departamentos desplieguen las virtudes del sistema y tengan iniciativa para así demostrar un mayor compromiso en la lucha anticorrupción.
En un Estado de derecho se debe sancionar a todo funcionario que viole la ley, sin importar el rango que posea, con el fin de erradicar la idea de impunidad debido al poder o la jerarquía. A la gente le complace una persistente lucha anticorrupción y una política limpia.