www.xinhuanet.com 03/07/2013
Estados Unidos es el verdadero “nadador desnudo”
Por REN HAIJUN
DURANTE muchos años, Estados Unidos siempre se consideró una “víctima” de los problemas de seguridad en la red. De vez en cuando denunció, con sensacionalismo, haber sido víctima de un ataque cibernético por parte de otros países. Sin embargo, informaciones dadas por los medios europeos sobre el programa Prisma han revelado que la participación de Estados Unidos en actos de intrusión en la red de otros países ha sido desenfrenada. Sus aliados europeos, incluso, no se han salvado. Edward Snowden, aquel que rompió la puerta del “prisma”, ha venido desvelando desde principios de junio que, durante muchos años, Estados Unidos, a través del programa Prisma y otros, ha realizado una persistente vigilancia de las actividades en Internet y de la información de los usuarios de los operadores en telecomunicación. Los documentos ultrasecretos publicados por el semanario alemán Der Spiegel, obtenidos por Snowden, revelan que Estados Unidos ha efectuado durante buen tiempo actividades de escucha e intrusión en la red a organismos de la Unión Europea y a varios países miembros de esta organización.
Luego de señalar que se trataba del único país en el mundo que hoy estaba adoptando actividades de ciberguerra en contra de otras naciones, Estados Unidos decidió atacar los equipos de concentración de uranio de Irán, un supuesto país enemigo, por medio del virus gusano de la “red sísmica”. Actualmente, EE. UU. realiza también actividades de escucha contra sus principales aliados europeos. El presidente de Eurasia Group, Ian Bremmer, sostiene que el “prisma” ha refractado la palabra de Estados Unidos, pues esta no concuerda con su accionar, y este comportamiento no se limita a Internet.
Luego del conocido programa Prisma, la Unión Europea y sus principales países miembros han exigido a Estados Unidos una rápida y exhaustiva explicación. Obviamente, esta actitud ha perjudicado la confianza estratégica entre EE. UU. y Europa.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, hizo una declaración, el 1 de julio, en la que exigía a Estados Unidos investigar sin demora las denuncias sobre escucha y control de los organismos de la Unión Europea por parte de la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU. y dar una explicación. El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, recordó que la confianza constituye la base de la cooperación, pero que “es inadmisible e inviable escuchar a los amigos”.
El programa Prisma implica una violación de los derechos fundamentales de los ciudadanos de numerosos países, incluidos los de Estados Unidos. No obstante, hasta ahora EE. UU. no ha ofrecido ninguna disculpa y, por el contrario, ha justificado su acción reiteradamente y se ha encubierto de mil formas.
Sin embargo, este truco para confundir a la gente puede generarle dificultades a la hora de generar confianza. Como señaló el portavoz del Chaos Computer Club de Alemania, Constanze Kurz, al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung: “Si se toma en cuenta la enorme cantidad de información que recoge (Estados Unidos) cada mes, solo las personas más pueriles pueden creer que Prisma esté realmente dedicado a la lucha antiterrorista”.
Como se sabe, Estados Unidos tiene una primacía en la red y su tentación por una hegemonía en este terreno no es tampoco un secreto. Sin embargo, en los últimos años, so pretexto de una “amenaza en la red”, EE. UU. ha expandido incesantemente su ciber-ejército, mientras que el “prisma” le arrancó la hoja de higo y ha demostrado que, luego de la bajamar, Estados Unidos es el verdadero “nadador desnudo”. Lo que ha hecho no constituye sino un duro golpe a su credibilidad internacional.
En la actualidad, el ciberespacio se ha convertido en el “quinto espacio”, luego del terrestre, marítimo, aéreo y espacial, y el ámbito de la seguridad nacional se ha expandido ya de las tradicionales esferas terrestre, marítima y aérea a la “frontera informática”. La ciberseguridad se ha vuelto una preocupación para diversos países, sobre todo para aquellos en vías de desarrollo. A la larga, la comunidad internacional deberá intensificar la cooperación para elaborar cuanto antes un código de ética en la red y desarrollar un ciberespacio pacífico, seguro, abierto y cooperativo. La de-senfrenada acción de Estados Unidos en Internet no será aceptada por la comunidad internacional.