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2017-July-11 14:55

China, el mundo y el Acuerdo de París

Por ALEJANDRO GARCÍA RAMÍREZ*

 

18 de julio de 2016. Inauguración del Campamento Internacional Verde de la Juventud y la Conferencia Mundial sobre la Protección del Medio Ambiente de la Juventud de Guangzhou, en la Universidad Normal del Sur de China. Cnsphoto

 

El cambio climático es una de las principales amenazas del mundo moderno. Cada vez es más común escuchar noticias sobre desastres naturales causados por este fenómeno a lo largo y ancho del orbe. El riesgo que representa el mismo para la humanidad es enorme, ya que puede transformar por completo el mundo tal y como lo conocemos y tornarlo inhabitable. Por ejemplo, ya se empieza a hablar del tema de refugiados climáticos producto del riesgo de desaparición de países insulares como Vanuatu, Tuvalu, las Maldivas y Kiribati. Asimismo, muchas especies están a punto de desaparecer, el aumento de la temperatura de los mares está causando estragos en los arrecifes coralinos y otras especies marinas, sin contar también la pérdida de vidas humanas y demás catástrofes ocasionadas por los fenómenos climáticos.

Para agravar la situación, la administración del presidente Donald Trump ha ido retirando gradualmente de sus prioridades el tema del cambio climático. En esta dirección, el mandatario estadounidense firmó el pasado 28 de marzo una orden ejecutiva para dejar sin efecto una serie de políticas de la anterior administración, las cuales estaban orientadas a poner frenos al cambio climático.

Sin embargo, lo que resulta aún más alarmante es la medida recientemente adoptada por Trump mediante la cual ha retirado a su país del Acuerdo de París, lo cual es considerado por la comunidad internacional como un grave error histórico. La renuencia del presidente estadounidense a combatir este fenómeno se debe a que pone en tela de juicio la veracidad del fenómeno del cambio climático y sus implicancias, pues parece tener la convicción de que este fenómeno global es solo un subterfugio para hacerle perder competitividad a su país, con lo cual agrava dramáticamente el deterioro del medio ambiente.

 

Inauguración de la Conferencia Internacional de Nuevas Tecnologías de Protección Ambiental en el Centro Internacional de Exposiciones de Nanjing. Cnsphoto

 

Determinación inalterable

 

A simple vista, el escenario de la lucha contra el cambio climático parece ser sombrío. No obstante, China ha mostrado crecientemente un sólido compromiso en la lucha contra este fenómeno. Diversas autoridades del país han subrayado la necesidad de aplicar medidas para detener el cambio climático, puesto que conciben que este representa un serio problema para la humanidad. “El cambio climático es un desafío para toda la humanidad (…). No importa cómo las políticas climáticas de otros países puedan evolucionar, China, un importante país en desarrollo responsable, no cambiará su determinación, objetivos y medidas políticas en la lucha contra el cambio climático”, aseguró el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, a través de su portavoz Lu Kang.

El compromiso sin condiciones del país asiático en la preservación del medio ambiente y en contrarrestar los efectos negativos del cambio climático es innegable. China actualmente se encuentra ostentando un notorio liderazgo en lo que respecta a la defensa del medio ambiente. Una contundente prueba de ello es el Plan Quinquenal del Gobierno chino trazado para el periodo 2016-2020, el cual en lo relativo a la preservación del medio ambiente resulta muy promisorio, puesto que plantea reducir el consumo de energía a un nivel inferior a los 5000 millones de toneladas de carbón equivalente. Asimismo, apunta a la reducción de emisiones de CO2 y a mejorar la calidad del aire. Estos son claros indicadores de la apuesta de China por el desarrollo sostenible. Es, además, una clara señal de responsabilidad y compromiso que asume este país con las generaciones futuras, puesto que es consciente de que los daños ocasionados por el cambio climático son irreversibles y a escala global.

Del mismo modo, en la ceremonia inaugural de la sesión de la Asamblea Popular Nacional del presente año, el primer ministro chino, Li Keqiang, anunció importantes medidas para la defensa del medio ambiente. Así tenemos que en 2017 China transformará 800.000 hectáreas de tierras de cultivo marginales en bosques y prados, y también pondrá en marcha proyectos pilotos para el mejoramiento de la calidad de los bosques y la restauración de los ecosistemas del cinturón económico del río Yangtsé. Además, se ha comprometido a la reducción significativa de partículas finas (PM2,5) en regiones clave.

Finalmente, el premier Li anunció que en el presente año se reducirá el consumo de energía por unidad del PBI por lo menos en 3,4 %, y que bajará la emisión de las principales sustancias contaminantes. De esta manera, podemos apreciar la importancia que China le asigna a la salvaguarda del medio ambiente, al implementar medidas que benefician no solo al país sino a todo el planeta. El cambio climático es un fenómeno a escala global y las acciones para mitigarlo tienen también un impacto que trasciende las fronteras nacionales.

 

Respaldo al Acuerdo de París

 

Las medidas a favor de la preservación del medio ambiente que impulsa China no solo se circunscriben al ámbito nacional, sino que también se proyectan a la esfera internacional. Por ejemplo, China ha firmado más de medio centenar de convenios internacionales en materia de protección del medio ambiente, tales como el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y su Protocolo de Kioto, el Protocolo de Montreal sobre Substancias de Consumo de Ozono, el Convenio de Estocolmo sobre Substancias Orgánicas Contaminantes Duraderas, el Protocolo de Cartagena sobre la Seguridad Biológica del Convenio de Biodiversidad, el Convenio de las Naciones Unidas sobre el Control de la Desertificación, entre otros. El más reciente es el Acuerdo de París, del cual el presidente chino, Xi Jinping, es uno de sus principales impulsores, puesto que en el Foro Económico de Davos invocó a los países a adherirse y acatarlo, y abogó también por la preservación del medio ambiente y la adopción del modelo de desarrollo sostenible.

 

Planta de energía fotovoltaica en construcción en el desierto Kubuqi.

 

Así también, el 1 de junio pasado el primer ministro chino, Li Keqiang, y la canciller alemana, Angela Merkel, se reunieron con el objetivo de redoblar esfuerzos en la lucha contra el cambio climático y han reafirmado su apoyo al Acuerdo de París. En la actual coyuntura de gran incertidumbre en materia de sostenibilidad medioambiental, China se muestra como un defensor del medio ambiente, lo cual es percibido muy positivamente por Alemania, que se comprometió a colaborar con China para frenar el cambio climático.

No solamente Alemania, sino la Unión Europea se ha aliado también con China para detener el calentamiento global. En virtud de ello se han comprometido a reducir sus emisiones de gases contaminantes y desarrollar tecnología ecoamigable, así como a recaudar un fondo de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 para que los países afectados por el cambio climático puedan luchar contra el mismo.

Por último, tenemos que China es líder indiscutible en lo que respecta al empleo y desarrollo de energías renovables. Según la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, por sus siglas en inglés), China es el país que posee la mayor cantidad de energías renovables a nivel mundial y las continúa incrementando a pasos agigantados. Esta tendencia nos permite tener la certeza de que, además del férreo compromiso a largo plazo con la sostenibilidad y con las generaciones futuras, China se convertirá en un futuro muy cercano en el bastión de la protección del medio ambiente.

De esta manera, China se está posicionando como el principal aliado del medio ambiente. Está demostrando un consistente liderazgo y compromiso en la adopción de medidas con la finalidad de preservar el medio ambiente y frenar el cambio climático tanto a nivel nacional como internacional. Las muestras de responsabilidad y solidaridad con el medio ambiente del país asiático resultan esperanzadoras en tiempos como el actual, en el que el cambio climático representa una seria amenaza para toda la humanidad. Del mismo modo, constituyen un poderoso incentivo para que otros países emulen el modelo chino de protección del medio ambiente y de esta forma hacer frente colectivamente a este fenómeno global. Por ello, el liderazgo medioambiental chino juega un rol crucial para detener el cambio climático y virar hacia un modelo de equilibrio entre la naturaleza y el ser humano.

 

*Alejandro García Ramírez es magíster en Ciencia Política con mención en Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica del Perú.

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