Por CHEN JING
Hacia la mejora de las relaciones
A pesar de que al tratarse de un importante vecino China siempre le ha dado prioridad a los lazos con Japón, las relaciones bilaterales se encuentran en el punto más bajo de los últimos años debido a conflictos históricos, disputas territoriales y otras diferencias significativas. Sin embargo, dichas relaciones están mostrando últimamente síntomas de mejora y se están dando intercambios no gubernamentales más activos.
El 5 de marzo pasado, Cheng Yonghua, embajador de China en Japón y miembro del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), quien se encontraba en Beijing para asistir a la Quinta Sesión del XII Comité Nacional de la CCPPCh, ofreció una entrevista a China Hoy en la que habló sobre las relaciones bilaterales entre China y Japón, la posición y la actitud de China en cuanto a las perspectivas divergentes y los intercambios no gubernamentales entre los dos países. Asimismo, expresó su expectativa por un desarrollo sano y estable de las relaciones sino-japonesas.
Un año idóneo
Este 2017 marca el 45° aniversario de la normalización de las relaciones diplomáticas entre China y Japón. Para el embajador Cheng Yonghua, se trata de un momento idóneo para la mejora de los vínculos, dado que las dos partes pueden organizar una serie de actividades de conmemoración y promover el desarrollo de los lazos en todos los aspectos. Cheng también recordó que el presidente de China, Xi Jinping, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, discutieron este asunto el año pasado durante la Cumbre del G-20 en la ciudad china de Hangzhou. El presidente Xi dijo que las relaciones se encontraban en un período crítico, que de no progresar retrocederían, y que se debía hacer un esfuerzo por impulsarlas.
“En aquella ocasión, el presidente Xi Jinping también mencionó que China y Japón son ‘vecinos que no se pueden mudar de casa’, por lo que las dos partes debían hacer un esfuerzo por ampliar los elementos positivos y reducir los negativos. El primer ministro Abe expresó su respaldo a las opiniones del presidente Xi, lo cual indica que la voluntad de mejora de la relación proviene de los más altos niveles en ambos países, lo cual debería ser tomado de ejemplo tanto por los sectores gubernamentales como por los civiles”.
Según Cheng Yonghua, ambas partes deben reflexionar sobre el significado que la decisión tomada hace 45 años ha tenido hasta hoy. En 1972 no resultó fácil llevar a cabo la normalización de las relaciones diplomáticas. Sin embargo, a pesar de que los dos países tenían diferencias en muchos temas importantes, alcanzaron finalmente un acuerdo sobre una serie de principios y normas que debían seguir. Tras la declaración conjunta de 1972, las dos partes establecieron cuatro documentos políticos, e incluso en 2014 llegaron a un consenso de cuatro puntos en torno a algunos de los problemas que han afectado la relación en los últimos años. Precisamente, dicho consenso sentó las normas básicas y planteó medidas positivas para el desarrollo de las relaciones.
Cheng Yonghua reconoció que en los últimos años las relaciones entre China y Japón han pasado por un periodo difícil, o relativamente complejo, el cual ha dado pie a frecuentes problemas y, posteriormente, a un enfriamiento de los vínculos, tema que merece atención. “Debemos promover enérgicamente los intercambios directos entre los diversos sectores, especialmente entre los pueblos, con el fin de mejorar el entendimiento mutuo y establecer una base sólida para la mejora de las relaciones bilaterales”.
Salvaguardar la soberanía territorial
Las disputas territoriales han sido siempre un aspecto sensible en las relaciones sino-japonesas, el cual no debe ser pasado por alto. Con relación al Mar de China Oriental y la soberanía sobre las islas Diaoyu, el embajador Cheng Yonghua recordó que los líderes de ambos países habían ya discutido este tema en el marco de la declaración conjunta de 1972, y no solo habían llegado a un acuerdo tácito, sino también a una orientación. Más aún, antes y después de la conclusión del Tratado de Paz y Amistad entre China y Japón de 1978, las dos partes también habían tratado dicho asunto. No obstante, algunas personas volvieron a incidir en el tema y deliberadamente reavivaron la antigua polémica.
“Tenemos la firme posición de no permitir que se creen problemas y de salvaguardar resueltamente nuestra integridad territorial y soberanía”, señaló el embajador Cheng. “Las islas Diaoyu son nuestro territorio y está plenamente justificado. Japón nos las robó en 1895 y no reconocemos su ‘control’ sobre ellas. En cuanto a esta disputa, en 2014 las dos partes llegaron a un consenso de cuatro puntos, de los cuales el tercero consiste en llevar a cabo diálogos bilaterales y restablecer las normativas en torno a la disputa de las islas Diaoyu y el Mar de China Oriental. Como decía (el ex líder chino) Deng Xiaoping, lo que no se puede resolver en el momento, se puede dejar para después. Tenemos que fortalecer el control, y no permitir que ciertos políticos o individuos resalten los problemas, sobredimensionen el conflicto y pregonen la ‘amenaza china’. Estas acciones obstruyen las relaciones entre China y Japón”, añadió el embajador Cheng.
A pesar de las disputas históricas y territoriales entre los dos países, el Gobierno chino ha hecho un gran esfuerzo por fortalecer los intercambios no gubernamentales y la amistad entre los pueblos. El embajador Cheng Yonghua sostuvo, por ejemplo, que el número de chinos que viajan a Japón aumenta cada año (en 2016 alcanzó los 6,37 millones y en enero de este año la cifra se incrementó en un 30 %), lo cual es muy bueno para la promoción de los intercambios bilaterales y el aumento del entendimiento mutuo.
La Embajada de China en Japón ha organizado una gran variedad de actividades para dar a conocer al pueblo japonés las condiciones nacionales de China. Incluso, el mismo embajador Cheng y otros diplomáticos de alto rango han dado conferencias en universidades locales y han respondido preguntas en aulas ante miles de estudiantes. La Embajada de China en Japón también se ha encargado de promover activamente los intercambios entre los gobiernos locales. En los últimos años se han consolidado las relaciones entre ciudades hermanas de los dos países y se han desarrollado algunos proyectos de cooperación con beneficio mutuo en algunos sectores, lo que no solo beneficia el desarrollo económico y social de China, sino que también resulta ventajoso para las diversas localidades japonesas.
Con el fin de apoyar los intercambios entre la juventud, todos los años la parte japonesa invita a jóvenes chinos a visitar su país, y con frecuencia la Embajada de China en Japón también organiza visitas de jóvenes japoneses a China, de los cuales la mayoría está compuesta por estudiantes universitarios. Al llegar a China, los jóvenes japoneses han demostrado una simpatía por la cultura e historia de nuestro país. De hecho, tras darse cuenta de su desarrollo y visitar monumentos históricos y paisajes naturales, han reconocido que tenían una percepción muy distinta de lo que es en realidad China. “Me parece que esta comunicación entre personas y cara a cara es muy beneficiosa, y espero que se amplíe en el futuro”, comentó el embajador Cheng.
Manejo adecuado de las diferencias
De los once embajadores chinos que han sido acreditados en Japón desde 1972, Cheng Yonghua es el que más tiempo ha durado en la misión. En cuanto al futuro de las relaciones bilaterales, manifiesta que, a pesar de que el acuerdo de cuatro puntos concluido en 2014 ha promovido la mejora de los lazos, aún se deben afrontar complicados y delicados factores. “Esperamos que ambas partes tomen las medidas adecuadas para administrar y controlar las diferencias y conflictos, con miras a promover el desarrollo estable y sostenible de las relaciones bilaterales”, expresó Cheng.
Respecto al fortalecimiento de los intercambios en los diversos sectores, el embajador considera que económicamente la producción industrial de China ha evolucionado y está alcanzando el nivel de Japón, lo cual permite que ambas partes se complementen y cooperen de una mejor manera. Mientras que China podría aprender de algunas experiencias de Japón para resolver sus problemas, Japón tendría la oportunidad de aprovechar el desarrollo económico de China para favorecer su propia economía.
En segundo lugar, dado que China y Japón tienen muchos temas en común, también hay un gran potencial en los intercambios culturales. Por ejemplo, Japón ha persistido siempre en usar caracteres chinos y reconoce la cultura tradicional china. Por esto es necesario ampliar aún más los intercambios culturales, así como el entendimiento mutuo entre los ciudadanos. Además, también se debe hacer un esfuerzo por promover los intercambios no gubernamentales y fortalecer la amistad. De este modo, se sentarán las bases para la mejora de las relaciones bilaterales.