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2016-August-22 15:33

Confraternidad asiática debe primar en caso del Mar Meridional

Por IVÁN ZERPA*

Luego de que el tribunal de arbitraje emitiese el pasado 12 de julio el fallo sobre el Mar Meridional de China, nuestra revista recibió el siguiente artículo escrito por el embajador de Venezuela, Iván Zerpa, en el que expresa, a nombre del país latinoamericano, su respaldo a la postura de China en la disputa sobre el Mar Meridional, así como sus opiniones sobre algunos problemas domésticos de Venezuela.

-----La redacción

14 de julio de 2016. Una mujer en la ciudad de Weifang, Shandong, pasa por un cartel que dice “Mar Meridional de China, nuestro preciado territorio marítimo”. CFP

 

La reciente sentencia emitida por la Corte Permanente de Arbitraje, a través del Tribunal encargado del Caso de Arbitraje sobre el Mar Meridional de China, con respecto a la situación entre la República Popular China y la República de Filipinas en lo referente al Mar Meridional, ha dado paso a acciones que pretenden desencadenar posturas hostiles, que solo podrán ser superadas a través de un diálogo bilateral, apegado al derecho internacional público y lejos de la injerencia de terceras partes ajenas a la región. En este sentido, la parte china ha manifestado su voluntad de resolver las diferencias con base en negociaciones orientadas a obtener acuerdos de beneficio mutuo para ambas partes, así como mantener la paz y la estabilidad en la región, tal como lo expresó en su Declaración sobre la Soberanía Territorial y los Derechos e Intereses Marítimos de China en el Mar Meridional de China, de fecha 12 de julio de 2016.

La República Bolivariana de Venezuela es defensora de los principios de independencia, igualdad entre los Estados, libre determinación, solución pacífica de los conflictos internacionales, cooperación, respeto a los derechos humanos y solidaridad entre los pueblos. Ante esta situación, considerando nuestra Asociación Estratégica Integral con la República Popular China y, en general, nuestra amistad con todos los pueblos de la región de Asia y Oceanía; y advirtiendo, además, las perniciosas consecuencias de la intromisión del Gobierno de Estados Unidos de América en el citado caso, a nombre de un abstracto concepto de paz basado en un doble discurso, intromisión que además padecemos actualmente en Venezuela con otros escenarios, manifestamos nuestro rechazo a cualquier tipo de injerencia por parte de Washington en esta situación, la cual solo contribuiría a exacerbar las tensiones. El Gobierno chino, a través de la declaración citada previamente, estableció la siguiente postura: “China está preparada para continuar resolviendo las disputas pertinentes pacíficamente a través de la negociación y la consulta con los Estados directamente implicados”.

En anteriores oportunidades, el Gobierno chino ha solicitado al Gobierno estadounidense cesar sus provocaciones en el Mar Meridional de China, quien ha desplegado portaviones y maquinaria bélica de alta tecnología. También se conoce sobre los acuerdos en materia de cooperación militar entre Filipinas y Estados Unidos, los cuales se han reflejado más recientemente en la instalación de 5 bases estadounidenses en territorio de ese país, hecho que tuvo lugar en el mes de abril del presente año, y una de estas se encuentra ubicada en la región de Palawan, muy próxima al área insular en litigio. ¿Coincidencia o estrategia bélica premeditada?

En Venezuela padecemos las consecuencias de la injerencia estadounidense; las mismas se han reflejado en campañas difamatorias de medios norteamericanos, uso fraudulento de instancias internacionales con fines políticos contra el Gobierno Bolivariano, pronunciamientos de entes internacionales alineados con políticas imperiales, informes falseados y declaraciones hostiles de voceros de la Casa Blanca.

Sabemos que China también ha sido objeto de este tipo de acciones injerencistas por parte de los mismos actores con las mismas estrategias; en tal sentido expresamos nuestra solidaridad y figuramos entre los más de 70 países que públicamente han manifestado su respaldo a la posición china, de alcanzar un acuerdo mediante la negociación bilateral.

Para citar algunos ejemplos de la injerencia imperial contra China y Venezuela, me permito citar lo siguiente:

El 17 de mayo de 2016, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció las campañas mediáticas de The New York Times, Fox News Latino y The Washington Post, donde enfocan sus trabajos en hacer ver al mundo que en Venezuela existe una supuesta crisis humanitaria. Paralelamente, el 26 de mayo del presente año, la República Popular China rechazó un reportaje publicado en medios de comunicación occidentales que descalifica el apoyo que han otorgado algunos países a la postura de China sobre el Mar Meridional.

El 31 de mayo de 2016, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, solicitó la activación del procedimiento para activar la Carta Democrática Interamericana de ese organismo en contra de Venezuela. Paralelamente, el 4 de junio de este año, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, durante el Diálogo Anual Shangri-La, emitió declaraciones en contra de China. Estos organismos internacionales están siendo utilizados para desestabilizar, desviando los objetivos naturales para los cuales fueron creados.

El 27 de junio de 2016, líderes del G7 llamaron al presidente Nicolás Maduro a “respetar los derechos fundamentales, los procesos democráticos, las libertades y el imperio de la ley”, dando a entender que en la actualidad no cumple con tan importantes garantías para con sus ciudadanos, calumniando a nuestro Gobierno e irrespetando nuestra soberanía. Paralelamente, el 26 de mayo del corriente, China protestó sobre la declaración del G7 que se refirió al Mar Meridional.

Los días 11 y 13 de mayo de 2016, Venezuela denunció el sobrevuelo ilegal de un avión espía estadounidense sobre territorio venezolano. Paralelamente, el día 8 de junio del presente año, un jet de combate chino J-10 interceptó un avión espía de Estados Unidos RC-135 en su espacio aéreo. Los hechos hablan por sí solos.

El Informe Anual por Países sobre el Terrorismo de 2015, publicado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, mencionó que Venezuela es un país permisivo con grupos terroristas en la región y no es colaborativo con las gestiones que realiza EE. UU. en la lucha contra este flagelo. Paralelamente, el mismo informe señala que China enfoca su lucha contra el terrorismo en el Movimiento Islámico de Turkestán Oriental (ETIM) y no ha proporcionado información suficiente sobre los incidentes violentos que el Gobierno caracterizó como terroristas. Nuevamente evidenciamos descalificación a países soberanos ante la opinión pública.

El 29 de junio de 2016, el presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, se inmiscuyó nuevamente en los asuntos de Venezuela al instar al Gobierno Bolivariano “a respetar los esfuerzos de la oposición para realizar el referendo revocatorio, así como la liberación de dirigentes políticos”. Paralelamente, el 29 de junio de 2016, el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Tom Shannon, acusó a China de sus movimientos en ese espacio insular, diciendo que China tiene la intención de entrar en el océano Índico.

En tal sentido, advertimos las funestas consecuencias de las políticas de hostigamiento imperial, a través del uso de países vecinos para instalar bases militares por parte de Estados Unidos, las cuales son empleadas para hostigar, sabotear y amenazar a naciones soberanas. ¡China y Venezuela somos objeto de las mismas estrategias de presión imperial!

Incluso quienes por alguna circunstancia especial pudieran avalar una injerencia militar extranjera en sus países deberían reflexionar sobre este tema. Pueblos de diversas naciones han conocido las consecuencias de la presencia militar estadounidense en su territorio; los abusos y vejámenes de efectivos castrenses norteamericanos contra civiles inocentes, incluyendo la violación de derechos humanos a su población, vejámenes y otros hechos que quedan impunes por la naturaleza de los acuerdos que rigen la presencia de Fuerzas Armadas estadounidenses en ese país, sólo por mencionar un elemento que ha sido públicamente conocido.

Desde la Venezuela bolivariana, esperamos y hacemos votos por que prime el espíritu de confraternidad entre pueblos asiáticos, manteniendo el diálogo y la paz para que pueda prevalecer siempre el bien sobre el mal, y que las provocaciones infames azuzadas por factores externos no tengan los efectos que buscan sus instigadores.

*Iván Zerpa es embajador de la República Bolivariana de Venezuela en China.

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