La posición china en el caso del Mar Meridional
Por LIN MINWANG*
En enero de 2013, Filipinas presentó unilateralmente en el Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya una denuncia contra China en torno a las disputas en el Mar Meridional de China. Su acción violó el acuerdo firmado por ambos países para resolver las diferencias a través de negociaciones bilaterales, ha infringido el derecho de China como firmante de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) a elegir independientemente el modo de solución de disputas, y ha abusado del mecanismo de arbitraje internacional al tergiversar los hechos y malinterpretar la ley, con el fin de negar la soberanía territorial y los derechos e intereses marítimos de China en el Mar Meridional de China.
El 12 de julio, un tribunal de arbitraje sobre la disputa entre China y Filipinas dio a conocer el fallo de la demanda interpuesta por Filipinas. Los líderes chinos han expresado la postura del Estado, el Gobierno de la República Popular China ha emitido una declaración sobre su soberanía territorial y sus derechos e intereses marítimos en el Mar Meridional de China, y el Ministerio de Relaciones Exteriores ha publicado un comunicado sobre el laudo arbitral del tribunal para el caso del Mar Meridional de China, establecido en la solicitud de la República de Filipinas. El comunicado señala que la sentencia es nula y no tiene fuerza vinculante. China no la acepta ni la reconoce.

13 de julio de 2016. El Consejo de Estado publica el libro blanco sobre las disputas en el Mar Meridional de China. Cnsphoto
Conforme al principio jurídico internacional
China tiene plena razón, legal y justa, para no haber aceptado el arbitraje. En cuanto a su soberanía territorial y sus derechos e intereses marítimos, China no aceptará ningún recurso unilateral que busque la solución de controversias a cargo de una tercera parte.
La razón por la que el Gobierno chino no aceptó el arbitraje reside, desde el punto de vista del derecho internacional, en los siguientes aspectos. En primer lugar, China y Filipinas optaron por resolver la disputa a través de negociaciones entre ambas partes, y lo confirmaron mediante una declaración conjunta, un comunicado conjunto y otros acuerdos bilaterales. En segundo lugar, China y los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSEA) –incluyendo Filipinas– firmaron la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China (DOC) en 2002, en la que el artículo 4 estipula claramente que las disputas relevantes deben ser solucionadas mediante negociaciones y consultas por los países directamente involucrados.
En tercer lugar, en 2006 el Gobierno chino declaró, de conformidad con la CONVEMAR, que excluye las disputas relacionadas con la delimitación marítima, los títulos o derechos históricos, las actividades militares, la administración y aplicación de la ley, entre otras cuestiones, de los procedimientos obligatorios para la solución de disputas. Y como el caso, en esencia, está relacionado con la soberanía territorial y la delimitación marítima dentro del marco de la aclaración de exclusión, China no aceptará ni participará en el arbitraje, lo que corresponde al derecho internacional, y a un tratado como la CONVEMAR.
En cuarto lugar, los artículos 280, 281 y 282 de la CONVEMAR estipulan que se debe respetar el derecho de los Estados firmantes de la Convención a elegir independientemente la forma de resolver las disputas. China y Filipinas han acordado también resolver las disputas relevantes a través de negociaciones y consultas. Por lo tanto, según la ley internacional, el derecho de China debe ser respetado. Es una mentira absoluta de Filipinas cuando dice que “todas las herramientas bilaterales han sido agotadas”. En realidad, desde el Incidente de la Isla Huangyan, Filipinas no solo se ha negado a participar en diálogos serios con China –para no hablar de las negociaciones–, sino que tampoco se comunicó con China ni discutió con los Estados miembros de la DOC antes de reclamar ante la corte de arbitraje esta disputa con China.
Con base en lo anterior, China cree que el arbitraje del Mar Meridional de China es ilegal en su origen y contrario al acuerdo bilateral entre Filipinas y China, así como a las disposiciones de la CONVEMAR.
La posición china corresponde al “modelo asiático”
A juzgar por la realidad, la conducta de Filipinas se desvía de la cultura política y la tradición de los países del Asia Oriental. Estos países prestan atención al “modelo asiático” en el tratamiento de sus diferencias sobre territorio y soberanía, basado en “el respeto mutuo, el consenso y el beneficio para todos”. La iniciativa de los países de la ANSEA de seguir “el estilo de la ANSEA” está estrechamente relacionada con la cultura del Asia Oriental, que valora mucho el honor. Los países asiáticos rara vez adoptan medidas jurídicas y sistemáticas para resolver sus diferencias serias, ni mucho menos toman acciones unilaterales antes de realizar consultas bilaterales.
Filipinas no solo ha afectado las relaciones entre China y los países de la ANSEA, sino que también ha desestabilizado la situación en esta región. Si las partes involucradas en la disputa del Mar Meridional de China toman a Filipinas como ejemplo, llevan a las partes a los procedimientos de solución de controversias según la CONVEMAR y los utilizan para resolver sus conflictos, el resultado será que las partes implicadas se provocarán entre sí y el buen ambiente que se necesita para resolver la disputa territorial y de aguas jurisdiccionales será afectado irremediablemente.
China es el país con más vecinos de Asia y el que ha alcanzado mayores logros en la solución de disputas fronterizas, territoriales y de aguas jurisdiccionales. Desde 1949, China ha delimitado sus fronteras terrestres con 12 de los 14 países vecinos, y ha demarcado la frontera marítima del Golfo de Beibu con Vietnam. La demarcación de la frontera entre China y los países vecinos requiere primero la creación de un buen ambiente para las relaciones bilaterales, y nunca se ha sentado un precedente de hacer concesiones bajo presión externa.

12 de julio de 2016. Ceremonia de presentación del misil destructor Yinchuan, el más moderno de China. Cnsphoto
La política china es firme
China fue el primer país en descubrir y nombrar los archipiélagos del Mar Meridional de China, y ha venido ejerciendo la soberanía sobre ellos. De hecho, antes de la década de 1950, la comunidad internacional no puso en discusión la soberanía de China sobre el Mar Meridional. A finales de la década de 1960, debido al hallazgo de una gran cantidad de petróleo en dicho Mar, junto con la publicación de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Plataforma Continental, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y las otras referidas a la plataforma continental y la zona económica exclusiva, Vietnam, Filipinas y Malasia comenzaron a apoderarse de las islas y arrecifes. Este proceso continuó hasta finales de 1990. China, basada en la necesidad de garantizar la estabilidad de la región, insistió, por una parte, en su soberanía indiscutible sobre las islas Nansha y, por otra, formuló ante los países de la ANSEA la propuesta de “dejar a un lado las disputas y buscar el desarrollo común”.
En 2002, las partes involucradas firmaron la DOC, moderando así las controversias y estabilizando la situación regional. Diez años después de la firma de la DOC, solo China ha cumplido básicamente con sus disposiciones y principios, sin explorar petróleo y gas en las islas Nansha, ni tomar alguna acción controversial que intensifique la disputa, promoviendo activamente la cooperación pacífica y el desarrollo conjunto en alta mar. Vietnam, Malasia y Filipinas han llevado a cabo, desde el principio, reconstrucciones y ampliaciones de las islas y arrecifes ocupados por ellos, han fortalecido la administración, han intensificado la explotación de los recursos de petróleo y gas, y han consolidado los beneficios de la ocupación ilegal. Niegan la existencia de la controversia, en lugar de “dejar a un lado las disputas”, y tratan con poca sinceridad la idea china de “buscar el desarrollo común”. China, Vietnam y Filipinas hicieron una exploración sísmica conjunta entre 2005 y 2008, pero a causa de Filipinas, la cooperación tripartita no pudo continuar.
Desde el año 2009, debido al ajuste de la política de Estados Unidos en Asia y el Pacífico, la situación del Mar Meridional de China ha tendido a ser tensa y complicada. Dados los cambios en la situación general de dicho Mar, al cierre de 2013 la parte china inició el proyecto de ampliación de las islas y arrecifes bajo su control, con el objetivo principal de mejorar sus funciones correspondientes, mejorar las condiciones de trabajo y de vida del personal estacionado, proteger mejor la soberanía territorial de la nación y sus derechos e intereses marítimos, y cumplir mejor con las responsabilidades y obligaciones internacionales, como la búsqueda y salvamento en el mar, la prevención y mitigación de desastres, la investigación científica marina, la observación meteorológica, la protección del medio ambiente, la seguridad de la navegación, la pesca y los servicios. La situación actual en el Mar Meridional de China sigue siendo inestable, las partes involucradas se siguen provocando mutuamente y existe la posibilidad de intensificar las diferencias e, incluso, de provocar conflictos. El arbitraje de Filipinas y sus resultados conducirán probablemente a agravar aún más la situación. Asimismo, cada vez más países piden controlar y estabilizar la situación y volver a la ruta del diálogo. La postura china de una solución de “doble vía” también ha obtenido apoyo y respuesta por parte de muchos países.
La política fundamental de China no ha cambiado, es decir, la de seguir adhiriéndose al principio de “dejar de lado las disputas y buscar el desarrollo común”, y resolver pacíficamente las disputas por medio de consultas y negociaciones; construir activamente una regla efectiva en el Mar Meridional de China mediante el acuerdo del Código de Conducta (COC) en el Mar Meridional de China con los países de la ANSEA. Al mismo tiempo, China y Estados Unidos deben fortalecer su diálogo, y entender claramente que los dos países no tienen disputas en la cuestión del Mar Meridional de China y que necesitan trabajar conjuntamente en dicha cuestión.
*Lin Minwang es profesor adjunto del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Asuntos Exteriores, e investigador del Centro de China de Estudios Colaborativos del Mar Meridional de China de la Universidad de Nanjing.