“La moda en China va encontrando su identidad”
Entrevista al español José Acosta, creador de la firma The Bauer Company.
Por DARÍO GUIJO
A dos pasos de la nueva sede de la Televisión Central de China, dentro del Chaowai Soho, un pequeño remanso de paz en el distrito financiero, se encuentra la tienda The Bauer Company, propiedad del español José Acosta. Él es un tinerfeño que lleva más de diez años en el mundo de la moda, primero como modelo, trabajando para Armani, Dolce & Gabbana, Gucci y otras grandes firmas internacionales y, hace ya unos cinco años, diseñando trajes a medida para hombres. Desde hace dos años y medio dispone de tienda propia. Ahora, The Bauer Company también vende en Rusia y Suiza, y es posible que en breve vendan en otras tiendas de China.
China Hoy (CH): ¿Qué te trajo a China? ¿Cuáles fueron tus primeras impresiones del país?
José Acosta (JA): La primera vez que vine a China, en concreto a Beijing, fue en 2005, con motivo de la Semana de la Moda de Beijing. Lo primero que vi, desde el avión, fueron unas sesenta grúas, alrededor del lugar donde estaba siendo construida la terminal número tres. Mi primera impresión fue la de haber llegado a un país en construcción. En 2006 volví y en 2007 ya me quedé aquí. En 2005 el panorama era un tanto desalentador, escaseaban las ideas, la creatividad, la moda china no tenía historia y en las colecciones había mucho de todo y poco de nada. Desde entonces he participado en doce ediciones. Todavía queda mucho por hacer, pero poco a poco la moda aquí va encontrando su camino, su identidad. De hecho ya ha tenido lugar un gran avance. En Beijing y en otras ciudades se han abierto muchas academias de diseño. Los diseñadores y los clientes chinos han viajado y han mejorado sus conocimientos. En cierto modo, la moda de un país es un reflejo de su nivel de desarrollo, y la moda china ha mejorado mucho, al igual que el país.
Interior de la tienda de The Bauer Company. Fotos cortesía de José Acosta
CH: ¿Qué característica destacarías de la China que has vivido?
JA: Las ganas que hay de aprender y de mejorar en China. Desde hace ya unos tres años tenemos un taller propio en el sur de la ciudad. Ahí confeccionamos nuestras prendas. Llevó tiempo lograr trabajar con los empleados chinos, ya que partimos de concepciones muy diferentes, pero el resultado siempre es excepcionalmente bueno. Es una experiencia que resulta enriquecedora para ambos.
CH: ¿Qué tipo de servicio ofrecéis y a quién os dirigís?
JA: Vendemos trajes de caballero, pero también ofrecemos asesoramiento, calidad y un trato directo y personal a nuestros clientes. Ahora en China las marcas de lujo están muy en boga. Al principio la gente siempre se orienta hacia ellas porque son un escudo protector. Nuestros clientes son hombres de negocios ya en la treintena, que viajan a menudo al extranjero, que ya han empezado a comprender la moda y han visto mundo. También hemos vestido a (José Antonio) Camacho (seleccionador de China), a Andy Lau (actor hongkonés) y a jugadores del Beijing Guo’an (club de fútbol). Nuestros clientes vienen aquí ya teniendo una idea bastante clara de qué es lo que quieren, aunque necesitan de bastante asesoramiento. Ellos quieren decidir, no simplemente vestirse del modo en que las grandes marcas les indican. Yo les ayudo a crear su imagen, a potenciar su estilo, a mejorar su confianza a través de su imagen. Cuando te ves bien, te sientes bien. No solo das una imagen mejor de ti mismo, también eres capaz de mejorar tu actitud en todos los campos de tu vida. Cuando nuestros clientes salen de la tienda lo hacen sabiendo que están en buenas manos, que van a vestir algo único, un producto de lujo y por una quinta parte del precio de las grandes marcas. Ahora estamos trabajando con un pintor venezolano. Él pinta telas que luego utilizamos en el forro de las chaquetas, en la parte interior de los cuellos. Esto no lo hace ninguna gran marca. En una chaqueta encuentras tela de primera calidad traída de Europa, la inspiración de un pintor venezolano y el trabajo manual de nuestros empleados chinos.
CH: ¿Qué tipo de telas empleáis y qué te inspira?
JA: El 90% de las telas que usamos son importadas desde Francia, Italia y Reino Unido, los tres países con más tradición en el traje a medida y con los mayores niveles de calidad. También de allí importamos telas del gusto de nuestros clientes, como tejidos con hilo de oro o platino, con polvo de diamante. También vendemos zapatos de piel españoles, principalmente fabricados en Almansa. Nuestros clientes saben que el cuero español es de los mejores del mundo y que el zapato italiano tiene el mismo nivel de calidad que el español. Así, vendemos una imagen que bebe de Europa. Sin embargo, China es también una fuente de inspiración. Una de nuestras últimas colecciones está inspirada en In the mood for love, la película de Wong Kar Wai, pero también me inspiran los colores, la gente, los viajes que he hecho por el país. Viajar es fundamental para crear, para crecer.
CH: ¿Qué crees que te ha aportado China?
JA: Primero, me ha dado la oportunidad de crear mi negocio, un negocio que en Europa habría sido muy difícil de iniciar, por lo que me ha facilitado un desarrollo personal y profesional. Eso sí, a cambio de trabajar mucho. Por otra parte, Beijing es una ciudad bastante cosmopolita, donde he conocido a gente venida de todas partes, que ejercen profesiones muy diferentes, como políticos, empresarios, embajadores. Eso es algo que no tengo en mi tierra, a la que echo mucho de menos. Además, aquí se vive de otra manera. Puedes pasar una tarde entera con un cliente, hablando de la vida, tratando de solucionar el mundo. Al final siempre se crea algún tipo de vínculo con tus clientes.