Hacia el establecimiento de un mercado nacional de carbono
EL 28 de noviembre de 2013, Sinopec Beijing Yanshan Company compró, desde una planta termoeléctrica, bonos de carbono equivalentes a 20.000 toneladas al precio de 1 millón de yuanes, lo que marcó la puesta en marcha oficial del mercado de carbono de Beijing. El “ahorro de energía y la reducción de emisiones de carbono” ha dejado ya de ser un lema. Por el contrario, es un tema que debe ser considerado por las empresas, al igual que las ganancias, el flujo de caja y las inversiones.
Beijing es uno de los siete mercados piloto en China en el comercio de derechos de emisión de carbono. Shenzhen fue el primero en iniciar el funcionamiento del mercado, en junio de 2013. Shanghai, Beijing, Guangdong y Tianjin abrieron, sucesivamente, mercados de carbono, a finales del año pasado. Hubei y Chongqing también vienen preparando, activamente, la apertura. Los cinco mercados piloto ya iniciados han establecido sus sistemas de registro y plataformas de transacción, y han elaborado reglamentos complementarios detallados sobre el cálculo y la información de las emisiones de gases de efecto invernadero, la verificación hecha por una tercera parte y las reglas del comercio.
“Controlar las emisiones de gases de efecto invernadero a través del mecanismo de mercado y permitir que el mercado desempeñe un papel decisivo en la distribución de recursos tienen una gran importancia para bajar el costo en la reducción de las emisiones de carbono”, señaló Su Wei, director del Departamento de Cambio Climático de la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma (CEDR), en una entrevista con China Hoy.
23 de junio de 2013. Zona de exposición del comercio de carbono de Guangzhou, en la Expo Internacional de Finanzas de China (Guangzhou).
Las fuerzas del mercado
Según los cálculos, Sinopec Yanshan puede tener bonos de carbono equivalentes a 3,91 millones toneladas. Entre 2013 y 2015, la cuota se reducirá, anualmente, en un 2 %, es decir, entre 70.000 y 80.000 toneladas. Sin embargo, al ser una empresa de la industria pesada, Sinopec Yanshan necesita una ampliación y una renovación para aumentar la producción, lo que, sin duda, elevará el consumo de energía y las emisiones de carbono.
Con el establecimiento del mercado de carbono, la empresa tiene dos opciones: comprar cada año créditos de carbono o reducir el consumo energético a través de la tecnología de ahorro de energía.
La primera opción significa un gasto cada vez más elevado, mientras que la segunda exige que la empresa elimine la capacidad productiva obsoleta y renueve la tecnología, lo que supone un cierto costo a corto plazo, pero que, a largo plazo, puede aumentar la productividad y la obtención de mayores beneficios sociales. Después de conocer los mecanismos del mercado de carbono en los últimos dos años, Sinopec Yanshan ha tomado la iniciativa de examinar los sectores y equipamientos de alto consumo de energía, y ha reducido, rápidamente, el consumo mediante la transformación de la tecnología y el desarrollo de la informatización.
“La protección del medio ambiente no puede depender solo de los subsidios del Gobierno, ni de las órdenes ejecutivas, ni de las multas”, menciona Qian Guoqiang, director general de estrategia de Sino Carbon Innovation & Investment Co., Ltd. “Hay que establecer el mecanismo del mercado. Solamente con las fuerzas sostenibles del mercado se alentará a las empresas a proteger el medio ambiente”.
En la actualidad, la Unión Europea, Nueva Zelanda, Australia, Japón y California (EE. UU.) vienen aplicando el mecanismo del mercado de carbono. Qian Guoqiang cree que, en el futuro, las emisiones de dióxido de carbono van a ser un dato importante del producto, y un mercado extranjero maduro puede, incluso, establecer barreras comerciales según este dato.
30 de diciembre de 2013. Sala del Centro de Comercio de Carbono de la Bolsa de Medio Ambiente de Beijing. Fotos de CFP
Proceso básico del comercio de carbono
Más de 490 empresas participan en el mercado de carbono de Beijing y sus emisiones representan el 40 % del total de la capital china. Conforme a las disposiciones de Beijing, si la suma de las emisiones directas y no directas de carbono de una empresa rebasa las 10.000 toneladas durante un año, esta deberá cumplir con la obligación de controlarlas. Estas empresas son el cuerpo principal del comercio de carbono, también conocidas como entidades reguladas. Las empresas que consumen, anualmente, energía equivalente a más de 2000 toneladas de carbón estándar pueden participar en el comercio voluntariamente, y se les conoce como entidades voluntarias.
El proceso del comercio de derechos de emisión de carbono tiene cinco eslabones: información de los datos de emisión, verificación hecha por un tercero, distribución de los bonos, compraventa y cumplimiento del compromiso. Las empresas entregan, anualmente, la información de sus emisiones de carbono del año transcurrido a la Comisión Municipal de Desarrollo y Reforma de Beijing (CMDR) y se someten a la verificación de una tercera parte independiente. Luego, la CMDR distribuye entre las empresas bonos de carbono del año. Después de recibirlos en forma de certificados electrónicos, las empresas pueden comprar y vender bonos en el mercado de carbono. El inventario de los bonos se realiza cada año.
“Nuestra bolsa solo se encarga del eslabón de compraventa”, indica Wang Yang, director del Centro de Comercio de Carbono de la Bolsa de Medio Ambiente de Beijing (CBEEX, por sus siglas en inglés). En la sala de la bolsa, en una gran pantalla, se actualizan las informaciones de las transacciones concluidas. Los participantes solo necesitan una computadora en la que se haya instalado el programa de la plataforma electrónica de comercio. Ponen el precio y el número de toneladas de emisiones, y pueden así concluir, fácilmente, la transacción.
Detrás de este simple proceso de comercio está el respaldo de un gran y preciso sistema. Los datos reales, precisos y completos de emisiones de carbono son la base del establecimiento del mercado de carbono. Según la CEDR, la preparación de los cinco mercados piloto de carbono ha tomado varios años, pues primero hay que calcular, de forma precisa, la meta de control de emisiones de gases de efecto invernadero hasta el año 2015 y, en segundo lugar, el órgano independiente de verificación, seleccionado por licitación, tiene que realizar un inventario completo y profundo de las empresas participantes, y obtener una gran cantidad de datos confiables. La recolección de datos y la verificación de las emisiones tienen normas estandarizadas, lo que asegura la confianza de las empresas en el comercio.
En estos últimos cuatro meses, posteriores a la apertura del mercado, Wang Yang descubrió un fenómeno interesante: los participantes más activos en el mercado son las entidades voluntarias, y estas ganan beneficios aprovechando la fluctuación de precios.
“Una gran ventaja de la especulación se ha dado en la introducción de una gran cantidad de fondos. La otra ventaja consiste en compartir el riesgo, dividiéndolo entre más participantes”, considera Qian Guoqiang. “Mientras el capital y las empresas puedan ganar beneficios en el mercado de carbono, el comercio saldrá adelante. El mercado de carbono tiene la tarea de crear este entorno”.
Un mercado nacional de carbono
En la actualidad, los cinco mercados piloto de carbono son independientes y cada uno ha construido su propio sistema de registro y plataforma de comercio. Sin embargo, para poner en pleno juego los mecanismos del mercado, hay que romper el aislamiento entre ellos y establecer un mercado común de escala nacional. En el diálogo con China Hoy, Su Wei reveló que el Gobierno está considerando establecer un mercado nacional de carbono que tome como referencia las experiencias de los siete mercados piloto regionales. Se espera que la construcción del sistema del mercado nacional de carbono culmine durante el XIII Plan Quinquenal.
Según Su Wei, debido a los complicados problemas en las políticas y las técnicas, a corto plazo será difícil realizar una interconexión entre los mercados regionales. La aprobación de nuevos mercados piloto no ayudará a la construcción de un mercado unificado y causará, inevitablemente, la duplicación de labores y el desperdicio de recursos.
En la actualidad, la CEDR ha convocado a expertos para estudiar las metas de control de emisiones de carbono y se están conociendo las directrices sobre el cálculo e información de las emisiones de gases de efecto invernadero de las empresas de sectores importantes. La CEDR va a fortalecer también el trabajo de estadísticas básicas y a aplicar en el país el sistema de información de emisiones de gases de efecto invernadero de las empresas de sectores importantes, con el fin de conocer a fondo las emisiones de cada empresa y definir las normas de admisión de los participantes del comercio de carbono, así como elaborar un programa razonable de distribución de bonos. Además, la CEDR va a establecer un sistema estandarizado para el registro a nivel nacional y para el sistema de verificación hecha por un tercero, y elaborará los reglamentos de supervisión y medidas de prevención de riesgos. La CEDR también está estudiando la viabilidad de abrir el comercio de futuros de emisiones de carbono para considerar de antemano el desarrollo sostenible y saludable del mercado.
“Un mercado unificado puede dar vitalidad al comercio de carbono”, sostiene Wang Yang, quien ve con buenos ojos el mercado nacional de carbono. “Para nuestra bolsa, la adaptación a las nuevas normas no es un problema. Beijing tiene ya una experiencia de varios años y seguro que se adaptará a las nuevas normas más rápido que otras regiones”. El comercio de emisiones de carbono tiene un mercado grande, pero es también una medida innovadora que necesita de más práctica y experiencias para mantener un sano desarrollo.