CHINAHOY

HOME

2014-January-8 15:12

China y Asia Central: gran perspectiva en la cooperación comercial

Por LU RUCAI

1 de julio de 2013. Gran Bazar Internacional celebrado en Urumqi, Xinjiang. Yu Xiangjun

 

EN el año 138 a.e.c., la corte de la dinastía Han del Oeste envió a Occidente al mensajero Zhang Qian y, de esta manera, abrió la famosa Ruta de la Seda, por la cual los comerciantes iban y venían entre China, Asia Central, Asia Occidental e, incluso, Europa y África. A través de dicha ruta, Occidente adquirió los conocimientos sobre el papel, la imprenta, la brújula y la pólvora (cuatro inventos chinos), la seda, el té y la porcelana, mientras que China introdujo valiosas especies, piedras preciosas y caballos.

Los estados de Asia Central dominaban sitios estratégicos en la Ruta de la Seda y mantenían el comercio con China, iniciado desde hacía mucho tiempo. El comercio entre China y los actuales países de la región ha experimentado, en los últimos años, un rápido aumento y ascendió a 45.940 millones de dólares, en 2012. La idea de construir la franja económica de la Ruta de la Seda, planteada por el presidente Xi Jinping, en septiembre de 2013, sin duda alguna, ofrecerá un enérgico impulso para estrechar aún más los lazos comerciales entre ambas partes.

Incremento del comercio desde cero

Después de la disolución de la Unión Soviética, la delegación del Gobierno chino, encabezada por Li Lanqing, ministro de Comercio Exterior, y Tian Zengpei, viceministro de Relaciones Exteriores, realizó una visita oficial, entre el 2 y 7 de enero de 1992, a Uzbekistán, Kazajistán, Tayikistán, Kirguizistán y Turkmenistán, con los cuales se decidió establecer relaciones diplomáticas.

Ese mismo año, el volumen del comercio entre China y esos cinco países alcanzó los 460 millones de dólares, un 0,27 % del comercio exterior chino. En 1995, el comercio casi se duplicó a los 847 millones de dólares; sin embargo, ocupó una menor proporción respecto al comercio exterior chino.

Por aquel entonces, China exportaba a Asia Central artículos de consumo diario, como textiles, ropas, alimentos, etc. Los cinco países exportaban a China abono, acero, algodón, metal no férrico y materiales químicos.

La inversión china estaba inactiva en Asia Central. En 1995, las empresas chinas que operaban en Kazajistán sumaban apenas unas 300, 130 en Kirguizistán y 80 en Uzbekistán, con gestiones centradas en sectores de baja gama, como restaurantes, comercio exterior, fabricación de artículos de uso diario, alimentos, etc.

La Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), fundada en 2001, priorizó la acción conjunta contra el terrorismo y el mantenimiento de la estabilidad y la seguridad regional. Sin embargo, ha venido contribuyendo también en estrechar la cooperación entre los países miembros en sectores como el comercio y la economía, la protección ambiental, la cultura, la tecnología, la enseñanza, la energía, el transporte, las finanzas, entre otros; así como en impulsar, en todos los sentidos, un equilibrado desarrollo regional en la economía, la sociedad y la cultura.

Dentro del marco de la OCS, los intercambios comerciales entre China y los países de Asia Central han logrado un veloz desarrollo. China importa de estos países recursos energéticos y materia prima, mientras que exporta ropa, productos textiles, artículos de uso diario de la industria ligera y productos mecánicos de alta tecnología. Actualmente, China es el primer país inversor en Uzbekistán y Kirguizistán, el primer socio comercial de Kazajistán y Turkmenistán, y el segundo socio comercial de Uzbekistán y Kirguizistán.

14 de junio de 2010. Un tren cargado de 45 toneladas de gas licuado de petróleo, procedente de Kazajistán, entra lentamente en Xinjiang de China. CNSPHOTO

 

Una cooperación más profunda y diversa

Según el Informe de Desarrollo de los Países de Asia Central de 2013, emitido por la Academia China de Ciencias Sociales, la cooperación entre China y estos países se ha intensificado en los terrenos económico, comercial, financiero y de inversión, y ha venido creciendo, gradualmente, en áreas como agricultura, manufactura, tecnología de punta, energía renovable, entre otros.

Los recursos energéticos constituyen un punto clave de la cooperación entre ambas partes. Por el oleoducto de Kazajistán a China, que mide unos 1200 km de largo y entró en funcionamiento en 2006, se han transportado más de 50 millones de toneladas de petróleo a la nación asiática. Un gasoducto de 10.000 km de largo, que se inicia en la frontera entre Turkmenistán y Uzbekistán, y atraviesa el centro del segundo y el sur de Kazajistán, entró en funcionamiento en 2009 y ha suministrado a China más de 50.000 millones de m³ de gas natural. De esta manera, Turkmenistán se ha convertido en el primer proveedor de gas natural de China y representa el 51 % de toda la importación china de gas.

“La cooperación entre China y Asia Central desempeña un importante papel en cuanto al abastecimiento de recursos energéticos para China”, reconoce Xing Guangcheng, director del Centro de Investigación de Historia y Geografía de la Frontera China, subordinado a la Academia China de Ciencias Sociales. “El gasoducto Turkmenistán-China beneficia a todos los países por los que recorre, pues Uzbekistán y Kazajistán cobran un flete de tránsito”.

Durante la visita oficial de Xi Jinping a Turkmenistán, ambos países acordaron acelerar la construcción del gasoducto línea C y empezar cuanto antes la línea D, la cual se espera que finalice en 2016. Se prevé que, en 2020, Turkmenistán suministre a China más de 65.000 millones de m³ de gas natural al año.

En 2012, la OCS señaló, en un programa de desarrollo a mediano plazo, que impulsará la cooperación económica en finanzas, recursos energéticos, intercambios y comunicación, entre otros sectores, con el fin de construir un efectivo sistema de respaldo para la financiación y aumentar la capacidad de transporte entre los países miembros.

Actualmente, China impulsa, enérgicamente, la construcción de una red de transporte ferroviario, terrestre y aéreo, las telecomunicaciones, las redes eléctricas, un viaducto de petróleo y gas, así como la colaboración en logística, mano de obra, capital e información.

Según Wu Hongwei, director de la Oficina de Investigación de Rusia, Europa Oriental y Asia Central de la Academia China de Ciencias Sociales, las carreteras, los ferrocarriles y los viaductos conforman, hoy en día, una moderna y dimensional Ruta de la Seda, que ha reemplazado a la antigua, la cual empleaba camellos y caballos como medios de transporte.

La cooperación en el terreno financiero es cada vez más demandada por los países de Asia Central. El volumen de la inversión china en Kazajistán ya sobrepasó los 20.000 millones de dólares. Asimismo, los diversos préstamos suman ya más de 30.000 millones de dólares. Además, en 2012, China ofreció a los países de Asia Central un apoyo gratuito cuantificado en 560 millones de yuanes.

Chen Yurong, directora del Departamento de Investigación de Asia Central del Instituto de Estudios Internacionales de China, agrega que se debe llevar a cabo, cuanto antes, la liquidación y el cambio de las monedas de cada país en cuentas corrientes y cuentas de capital, a fin de disminuir los trámites, las pérdidas ocasionadas por los tipos de cambio y el costo de la operación. “La reducción de los trámites bancarios facilitará, en gran medida, la inversión y el comercio”, asegura la investigadora. El 26 de septiembre de 2013, en un foro celebrado en la ciudad de Xi’an, capital de la provincia de Shaanxi, se discutió la fundación del Banco de Desarrollo de la OCS para inyectar una mayor y sostenible energía a la factible cooperación regional.

Un anhelo común

Reconstruir la Ruta de la Seda es un sueño que muchos países abrigan.

A comienzos de noviembre de 2007, la VI Reunión Ministerial de la Cooperación Económica Regional de Asia Central, celebrada en Dusambé, capital de Tayikistán, aprobó un plan estratégico de 18.000 millones de dólares, dedicado a mejorar la red de transporte regional, incluidos carreteras, aeropuertos, ferrocarriles y puertos marítimos, a fin de convertir a Asia Central en una importante línea de comunicación entre Europa y Asia, y reabrir así una actual Ruta de la Seda.

Sin embargo, la concepción de la franja económica de la Ruta de la Seda no se ha planteado solo sobre la base de un sueño, afirma Wu Hongwei. “Turkmenistán también aspira a recuperar la prosperidad de la antigua ruta comercial”, indica. En marzo de 2013, en el país se celebró el foro internacional Diplomacia de la Ruta de la Seda: De la historia al futuro, en el que participó Yin Songling, segundo embajador chino en Turkmenistán.

“El resurgimiento de la Ruta de la Seda es un anhelo común de los países de Asia Central de muchos años. Luego de la independencia de dichos estados, estos se percataron de su posición ventajosa al situarse en la parte central de Eurasia y desean mejorar su desarrollo económico”, explica Wu. Esta aspiración coincide con el planteamiento del presidente chino.

La economía china y la de los países de Asia Central son muy complementarias, lo que es una condición esencial para que ambas partes profundicen su cooperación comercial.

Chen Yurong recuerda que el desarrollo económico no es equilibrado entre los países de la región y, por ello, cada uno abriga demandas y exigencias diferentes para la cooperación económica internacional. No obstante, la investigadora confía mucho en el futuro de la colaboración entre China y Asia Central.