El renminbi, una de las principales monedas a nivel global
Por JUAN CARLOS AGUILAR*
Diego Spannaus en la Torre HSBC de la Ciudad de México, durante la entrevista con China Hoy.
DESDE 2009 se pueden realizar en México transacciones directas entre renminbi y pesos mexicanos, sin tener que pasar por el dólar estadounidense. En México, el único banco que realiza este tipo de cambio, cada vez más utilizado, es el HSBC. Diego Spannaus, su director de Empresas Multinacionales en México y quien ha estado estrechamente ligado a China, nos detalla las grandes ventajas que trae su utilización para los empresarios de ambas naciones.
Spannaus responde sin titubeos: “Lo que tiene que hacer México es empezar a diversificar su mercado y China le ofrece una excelente oportunidad por su tamaño y relevancia mundial”.
En entrevista con China Hoy, el directivo considera que si México continúa abriéndose a diferentes mercados del mundo, cosa que ha hecho de manera persistente en las últimas décadas, podrá colocarse entre las diez economías más grandes a escala mundial en los próximos 20 años.
En otras palabras: hay un verdadero potencial de crecimiento y China lo sabe. “Que vengan a México no es una casualidad, realmente es parte de una estrategia. Ellos ven las grandes posibilidades que tiene este país, y nosotros como banco compartimos esa visión”, señala Spannaus, quien nos concede la entrevista en el mirador de la Torre HSBC, en el centro de la Ciudad de México.
La situación de México no deja de ser paradójica: por un lado, apunta Spannaus, la cercanía con Estados Unidos hace que la economía nacional esté muy atada a los vaivenes de la economía estadounidense –“si a Estados Unidos le va bien, a México también, y viceversa”– y, por el otro, su cercanía con esta nación es precisamente lo que la hace interesante a los ojos de las economías internacionales.
La clave, en todo caso, está en saber conciliar esta realidad para obtener el mejor beneficio posible. Por lo pronto, pronostica Spannaus, “veremos un incremento de las inversiones en ambas direcciones, sobre todo de las chinas en México, y eso brindará grandes oportunidades, como el que México tenga cercanía con otras economías relevantes del planeta”.
En opinión de Spannaus, lo que para China resulta atractivo de México son esencialmente dos aspectos: la alta calidad de su fuerza laboral y la cercanía con el mercado estadounidense, porque representa la puerta de entrada para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN): “Eso puede ofrecer grandes ventajas para las empresas chinas que vienen a establecer su base de producción en este país. Es un proceso natural que está ocurriendo”.
Reducción de costos
Y en esta creciente relación comercial, desde hace siete años se ha sumado un nuevo elemento que empresarios chinos y mexicanos están utilizando cada vez más: un tipo de cambio directo entre el renminbi y el peso mexicano, sin pasar por el dólar. Hasta ahora, los beneficios son innegables porque simplifican trámites y reducen costos.
“El proceso de la internacionalización de la moneda china comenzó en 2009, pero muy rápidamente se está imponiendo como una de las principales monedas a nivel global, desplazando a otras de Europa y de Asia”, dice Spannaus.
Y detalla: “Sabemos que China es un país donde existen regulaciones, que controlan el tipo de cambio, entonces el permitir hacer tanto importaciones como exportaciones en su propia moneda, simplifica bastante el tema regulatorio en China. Para los empresarios mexicanos también es una gran ventaja porque no tienen que correr con los costos de pasar por dos tipos de cambio: del peso al dólar y del dólar al renminbi o viceversa; al hacerlo directamente se ahorran costos y se simplifican algunos procesos”.
“El importador mexicano podría pedirle al exportador chino que la factura se la envíe en pesos mexicanos y en dólares estadounidenses, y después hacer una comparación. Tal vez descubra algunas ventajas, como que pueda haber de 2 a 8 % de ahorro por hacer esa facturación en pesos mexicanos”, agrega el directivo.
Si bien reconoce que el tipo de cambio directo aún no es aprovechado al 100 %, afirma que el HSBC se ha esforzado en su desarrollo al ser el único banco que lo ofrece en México.
“Aquellos clientes que empiezan a usar esta moneda, corren con ventaja porque le ofrecen a su proveedor en China una alternativa para operar y simplificar este comercio. Existen casos de éxito, aunque creo que esto es recién el comienzo. En los próximos meses y años veremos una aceleración del comercio en renminbi”, menciona Spannaus, quien recuerda que el HSBC es el banco internacional con mayor presencia en China con casi 200 sucursales en todo el país.
Actualmente hay dos bancos chinos operando en México: ICBC (Industrial and Commercial Bank of China) y Bank of China, que se encuentran entre los cinco bancos más grandes del mundo.
Al respecto, Spannaus expresa que la competencia siempre será bienvenida, pues les permitirá colaborar con algunas inversiones, además de que “muestra la importancia que tiene México en el concepto global”. Además, presagia que va a haber más inversión de China en México y recordó el principio con el que se creó en 1865 el HSBC: fomentar el comercio internacional. “Y eso es lo que hacemos: conectar los países, su cultura y facilitar los negocios. Siempre en cumplimiento de las normas y regulaciones de cada país”.
Ahora, el hecho de que México abra sus puertas a otras economías del mundo es apenas la mitad del camino que debe recorrer. La otra parte es que se convierta también en exportador.
“No es un proceso fácil porque obviamente hay mucha competencia. Depende de ir a conocer el mercado, visitarlo, recorrerlo. Hay empresarios mexicanos que llevan muchos años explorando China, pero sin duda tratándose del potencial de su economía, es necesario que ese proceso se acelere y que más empresarios tomen la delantera y, proactivamente, conozcan la India y el resto del Asia Pacífico, que en general ofrece grandes oportunidades.
“Como todo plan de negocios, no es fácil penetrar un nuevo mercado. Desde afuera uno piensa que China es un solo país, pero al conocerlo en detalle, nos damos cuenta de que hay distintas regiones que se comportan de manera diferente. Una cosa es el mercado en Beijing, otra cosa en Shanghai y una más en el oeste, que es la región menos desarrollada”.
“Depende de conocer las particularidades y las peculiaridades del consumidor chino o asiático, y también los temas logísticos y regulatorios. Las oportunidades existen y cada vez hay un flujo de negocios creciente. Es cuestión de ir y acelerarlo, apurarse y conocerlo”, finaliza.
*Juan Carlos Aguilar es periodista. Desde hace 12 años colabora en medios impresos y electrónicos en México. Se ha especializado en la cobertura de asuntos políticos, sociales y culturales.