“Por MICHAEL ZÁRATE
El objetivo es eliminar la visa para los chinos” Entrevista a Diego Guelar, embajador de Argentina en China
EL nuevo embajador de Argentina, Diego Guelar, está estudiando chino. El idioma le parece fascinante por dos razones: porque quien lo escribe es un “dibujante excepcional”, porque quien lo habla es un “cantante maravilloso”. Y mucho se ha hablado de la relación China-Argentina a raíz de la llegada al poder del presidente Mauricio Macri. Esta es la postura del país sudamericano.
El embajador Diego Guelar durante la entrevista con China Hoy. Dong Ning
China Hoy (CH): Embajador Guelar, usted ha sido embajador de Argentina ante la Unión Europea, Brasil y Estados Unidos, todos ellos socios importantes de su país. ¿Cuáles serán los lineamientos que caracterizarán ahora su gestión en China?
Diego Guelar (DG): El primer dato que doy es que ahora soy el embajador ante el socio más importante de Argentina. Hoy el volumen de negocios que tenemos entre China y Argentina triplica el que tenemos con EE. UU. y con la UE juntos. Creemos, por ejemplo, que la relación tiene un campo de desarrollo extraordinario en el turismo. De los cien millones de ciudadanos chinos que hoy están visitando el mundo, nosotros solo hemos expedido 32.000 visas el último año. Por ello, estamos proponiendo un paquete de cambios para agilizar el tema de visas, de tal forma que cuando un chino presente una visa chilena, brasilera o uruguaya –los países que generalmente forman el itinerario común– nosotros se la demos de forma automática.
CH: ¿Ello ameritaría también una coordinación con los demás países?
DG: Nosotros, desde la Embajada, estamos proponiendo en una primera etapa hacerlo de forma automática. Es decir, nosotros hemos propuesto a nuestra Cancillería que si un ciudadano chino viene con la visa ya emitida por EE. UU., Canadá, la UE, Brasil, Chile o Uruguay, nosotros le sellemos automáticamente el pasaporte.
CH: Tenemos el antecedente reciente de Ecuador, que permite ya el ingreso sin visa a los chinos.
DG: Yo, personalmente, pienso que el objetivo es la eliminación de las visas para los chinos. Ese debe ser el objetivo, pero hay que ir paulatinamente. Hemos propuesto ante la Cancillería de Argentina un paquete que incluye visas de 5 años para turistas, con ingresos múltiples. Hoy se las damos por 90 días. Lo mismo para la visa de negocios. Vamos a generar un proceso de agilización. Hoy damos 32.000 visas al año, pero tenemos que dar el salto a 100.000 visas en un año.
CH: Hubo mucha expectativa por el encuentro entre los presidentes Xi Jinping y Mauricio Macri el 1 de abril pasado en Washington. ¿Qué significado tuvo para usted esta reunión?
DG: Yo diría que fue la bandera verde de la nueva largada. Es decir, si había alguna duda respecto de cómo iba a seguir la relación, este encuentro entre los dos presidentes, más las visitas oficiales de la canciller en mayo y del presidente Macri en septiembre, son claras señales de que queremos una mejor y mayor relación con China. Ese es el objetivo.
Tren fabricado para Argentina por CRRC Sifang Co., Ltd.
CH: Usted habla de una mayor profundización de la relación. ¿Qué se espera alcanzar con la visita del presidente Mauricio Macri a China?
DG: Yo pienso que de aquí a septiembre se va a definir con mucha claridad la continuidad de proyectos en marcha. La fotografía hoy de la relación bilateral es la de un comercio con superávit chino y de aprovisionamiento chino hacia Argentina de productos industriales. Por supuesto, vamos a seguir vendiendo alimentos y productos importantes para nosotros, como la soja o el hierro, pero creemos que tenemos que ir hacia una relación mucho más basada en la competitividad, es decir, en la presencia de empresas chinas presentándose a licitaciones y no en acuerdos de Estado a Estado. Creemos que por tecnología, por capacidad financiera y por todo lo que hoy implica su capacidad, China es un socio competitivo que no debe guarnecerse detrás de relaciones de Estado a Estado. Queremos que China compita y queremos que China gane. El incremento del turismo, el incremento de la competitividad y el incremento de la inversión serán los tres rasgos centrales de esta nueva etapa.
CH: Se ha hablado mucho sobre la obra hidroeléctrica en Santa Cruz, que viene siendo construida por empresas de ambos países. Se decía que el nuevo Gobierno argentino quería cancelar el contrato o detener la construcción. ¿Cuál es la posición del Gobierno que usted representa?
DG: En primer lugar, la obra se va a hacer. En segundo lugar, están en plena renegociación algunos aspectos del contrato, pero se llegará a un acuerdo. Yo, además, soy abogado. A veces la letra del contrato expresa el espíritu de este, y otras veces, cuando deja de expresarlo, las partes modifican algunos aspectos y eso no es violación del contrato, si ambas partes están de acuerdo. Estamos en esa etapa. Yo creo que todo esto habrá terminado en mayo y tendremos el tema totalmente claro y en sentido positivo.
CH: Otro asunto muy comentado es la construcción de una estación espacial china en Neuquén, decisión tomada en el anterior régimen argentino. ¿Aquí, cuál es la postura del Gobierno del presidente Macri?
DG: Esto también va a quedar claro. Esta es una base civil, un observatorio del espacio lejano. Es una zona de paz. Argentina tiene un programa espacial muy importante, quizá el más importante de los países emergentes, y por lo tanto tenemos que dar la bienvenida a un incremento en la cooperación con China. Argentina tiene cinco satélites de producción nacional en el espacio y somos socios de la NASA, de la agencia europea, de la agencia china, de la agencia japonesa, de la canadiense. Entonces, tenemos corresponsabilidad en mantener el espacio lejano en paz porque el día que deje de serlo, estamos todos muertos.
CH: Si hablamos de la relación comercial, esta presenta hoy, según cifras argentinas, un superávit favorable a China de alrededor de 6000 millones de dólares. ¿De qué manera piensa actuar su gestión para reducir esta brecha?
DG: Hay dos visiones. Hay quienes dicen que cerremos las fronteras y evitemos que entren los productos. Nosotros no creemos en ello. Lo que debemos hacer es exportar más nosotros y no evitar que China exporte. Tenemos que trabajar en la oferta argentina. Si cerramos fronteras, no viene inversión. Entonces, tenemos que entender que por un periodo de tiempo habrá superávit chino. Tenemos que lograr revertir esa tendencia y ello tiene que ver indudablemente con la inversión. Están dadas las condiciones para un camino de equilibrio y de incremento de la relación comercial, o sea, que no vayamos a un menor comercio, sino a uno mayor y más equilibrado. Y esto tenemos que ponerlo en la mente de los argentinos. Se dice que el mercado chino está cerrado, pero uno va acá a los supermercados y ve productos de todo el mundo, de los más exóticos, de los más sofisticados y carísimos.
CH: Hay una clase media en expansión, que demanda estos productos.
DG: Eso requiere que Argentina se dé cuenta, primero, de que el mercado chino no es un mercado cerrado; segundo, de que tenemos las condiciones para competir; y tercero, de que tenemos que dirigir las inversiones. Nuestro principal producto de exportación es la soja, que va como alimento central a los cerdos que crían los chinos. Nosotros tenemos que llegar directo a los chinos. Ahora llegamos indirectamente a través del cerdo, pero a las góndolas del supermercado no llegamos directamente. Yo lo que quiero es que haya productos nuestros allí. Ese es el desafío.
Una camiseta firmada por Diego Maradona en la sede de la Embajada de Argentina. Dong Ning
CH: En 2013 usted publicó el libro El desembarco chino en América del Sur. ¿Cómo evalúa hoy el papel de China en Sudamérica?
DG: Mi diagnóstico, escrito en el último capítulo del libro, es que nosotros estamos en falta por no tener una estrategia de la región hacia China. Hoy hay una estrategia de China en la región que me parece extraordinariamente positiva.
CH: ¿Cómo definiría esa estrategia?
DG: Por primera vez vemos la presencia de una superpotencia que no opera como un imperio ni como una potencia colonial. Argentina y toda la región vivieron el origen colonial español, la influencia inglesa y el imperio estadounidense. Hoy aparece una superpotencia en lo financiero, lo económico y lo militar, pero que no opera con un modelo colonial, o sea, no llega a nuestra región ni a nuestro país con un sistema ideológico a imponer. Ese no es el objetivo del Partido Comunista de China, que es una dirigencia extraordinariamente capaz. En la pirámide trunca del poder hoy hay tres superpotencias: China, EE. UU. y Alemania. Y esto es bueno para todos.