CHINAHOY

HOME

2014-June-20 15:24

Un ganbei con tequila

Un ganbei con tequila

Por RAFAEL VALDEZ

Aníbal Zottele, director del Centro.

EL Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China (Cicir) y la Universidad Veracruzana de México organizaron un seminario para analizar la relación sino-mexicana. La entrada del tequila mexicano a China es un caso de éxito de esta relación bilateral donde no todos los momentos han sido para brindar.

En China, al momento de brindar se dice ganbei (干杯); en México, salud. Pero más allá del idioma, el momento del brindis en ambos países significa algo parecido: acuerdo, satisfacción, alegría. Y, particularmente, en China hacer ganbei puede ser el momento de clímax en la negociación de los proyectos porque en el país de Confucio los grandes temas se discuten durante la cena.

A fines de abril, el Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China (Cicir) y la Universidad Veracruzana de México organizaron un seminario para analizar a profundidad y, desde diversas aristas, la relación sino-mexicana. La entrada del tequila mexicano en 2013 y de la carne de cerdo a China son casos de éxito de esta relación bilateral.

El contexto

América Latina, el Caribe y China estrecharon sus lazos comerciales, sobre todo, en la última década. Y no fue solo por una cuestión de amistad, sino por una coyuntura específica: la crisis de 2008. Ese momento de recesión mundial golpeó, especialmente, a las economías desarrolladas y constriñó el panorama crediticio. Los prestamistas tradicionales como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial no cubrían las necesidades de financiamiento de algunos países. Al mismo tiempo, otra coyuntura fue determinante: el acelerado crecimiento de la economía china que demanda de materias primas, en especial hidrocarburos y minerales, para desarrollarse. Esa alta demanda favoreció a los precios de los commodities y, por ende, a los países latinoamericanos que son ricos en recursos naturales. En ese contexto mundial, los productores de petróleo y gas natural buscaron fuentes alternativas de financiamiento para apoyar sus programas de inversión. El resultado: una década dorada de crecimiento para Latinoamérica, empujada por el dragón asiático.

Sin embargo, esta relación no ha sido siempre color de rosa. De ahí que ya hayan ocurrido disputas comerciales por prácticas desleales (dumping) y que se hable de la “maldición” de las materias primas. Por otro lado, un error común cuando se analiza la relación sino-latinoamericana es pensar en Latinoamérica como un solo bloque homogéneo, cuando lo cierto es que ni siquiera todos los países hablan español, su clima de negocios no es el mismo y las políticas económicas de algunos gobiernos están claramente polarizadas: unos a favor del libre comercio y otros, del proteccionismo. A esto se suma que la relación de todos los países latinoamericanos y caribeños con China no es uniforme. Cuba y Venezuela, por ejemplo, forjaron sus lazos hace más de cuatro décadas con el país asiático, mientras que Costa Rica lo hizo hace solo siete. El director del Centro de Estudios China-Veracruz, de la Universidad Veracruzana de México, Aníbal Zottele, subrayó las diferencias que existen entre la relación comercial entre China y América del Sur con respecto a México, América Central y el Caribe. “América del Sur mantiene con mucho esfuerzo una balanza comercial relativamente equilibrada con China, ya que compensan las importaciones de productos industriales con recursos naturales y productos agropecuarios. En cambio, México, América Central y el Caribe tienen un déficit sustantivo, pero exportan un grupo de productos donde aparecen algunos de origen industrial”.

El caso de México

La académica de la Universidad Veracruzana de México, Liliana Avendaño, explicó que la expansión de las ventas mexicanas de vehículos terrestres y sus partes a China tiene su explicación en cambios importantes que se han evidenciado en México en el primer decenio del siglo XXI, como por ejemplo, el escalamiento tecnológico en la maquila, sobre todo el mejoramiento de la productividad en el sector automovilístico, así como de la gestión empresarial y de recursos humanos.

Otro factor importante es la preferencia de las empresas multinacionales que toman a México como plataforma para abastecer al continente americano, convirtiéndolo en su centro de fabricación. De ahí que algunos medios occidentales hayan llamado a México como “la China de América”. Al respecto, Zhao Xuemei, directora del Centro de Estudios Latinoamericanos, de la Universidad de Economía y Negocios de Beijing, advierte que el aumento de los costos de mano de obra en China puede restarle competitividad a sus empresas, mientras que en México, dicho costo no ha aumentado tanto como en China.

Por otro lado, “en un futuro no muy lejano, México se verá obligado a competir con China en el mercado mundial del maíz”, vaticina Sun Yanfeng, director adjunto del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China (Cicir).

Presentación de tequila de México en la zona libre de impuestos Xiangyu en 2012.

El Departamento de Agricultura de EE. UU., el 23 de abril informó que China, actualmente, importa 5 millones de toneladas de maíz por año. Si durante los próximos años, China mantiene una tasa de crecimiento promedio anual del 30%, en 2017 superará a Corea del Sur (tercer mayor importador de maíz); en 2019 superará a México (segundo mayor importador), y en 2020 reemplazará a Japón como el mayor importador de maíz del mundo.

La clase media china

Otro de los puntos analizados en este seminario fue el rol determinante de la clase media china y la oportunidad que significa. De acuerdo al criterio aplicado por las instituciones chinas, las familias cuyo ingreso per cápita está entre los 10.000 y 100.000 dólares, pertenecen a la clase media. Según este criterio, en el año 2000, solo el 4 % de los hogares chinos pertenecían a la clase media. Hasta el 2012, esta proporción aumentó a 68 %, esto significa que la cifra alcanzó los 300 millones de personas, más que la población total de los Estados Unidos.

La perspectiva para el año 2022 es que esa cifra alcance los 630 millones, es decir el 76 % de los hogares urbanos totales y el 45 % de la población total del país. Para el 2022, además, los bienes y servicios de China consumidos por la clase media alcanzarán los 3,4 trillones de dólares, equivalente al 24 % del PIB total de China.

“¿Por qué debería importarle esto a Latinoamérica?”, se preguntó el investigador Sun Yanfeng. “Porque esto significa una oportunidad gigante. Significa más demanda de carne, de minerales y materias primas, de autos, la demanda de servicios de mejor calidad, y más viajes al extranjero. El turismo chino pasará por etapas de auge. En esta primera etapa, Hong Kong y el sudeste asiático son los destinos preferidos. En la segunda etapa, que ya estamos viendo, Europa, Estados Unidos y Australia estarán en apogeo. Y, después, América Latina y África se convertirán en el mayor mercado turístico”.

Por eso hay que pensar seriamente en esa poderosa clase media y las oportunidades comerciales que representa. Entonces, para que más chinos lleguen a esa clase media, ¡ganbei!

 

Comercio China-Iberoamérica

  • El sueño chino,ml sueño
  • Sesiones de la APN y la CCPPCh en 2012
  • Cumbre sobre el cambio climático de Durban
  • Serpiente emplumada americana y dragón chino
  • Guizhou Mirando hacia el futuro