Sabor latino en el G20
Por MICHAEL ZÁRATE
21 de abril de 2016. Artistas chinos y extranjeros bailan salsa en el Festival de Cultura y Turismo de América Latina y El Caribe. Cnsphoto
UN evento importante en un año fundamental para la economía mundial. La ciudad china de Hangzhou se prepara para albergar la Cumbre del G20, una cita de alto nivel en la que participarán también tres países latinoamericanos: México, Argentina y Brasil. Si bien cada uno de ellos llevará su propia agenda a Hangzhou, resulta interesante darle una mirada a las expectativas que tienen respecto a una Cumbre que volverá a colocar a China ante los ojos del mundo.
Superar el estancamiento
La XI Cumbre del G20 tiene un lema que no es únicamente un mensaje de buenas intenciones: “Construir una economía mundial innovadora, revitalizada, interconectada e incluyente”. Aquí el desafío es claro: superar el estancamiento en el que se encuentra la economía mundial es el gran tema de discusión. En ese sentido, para Jorge Castro, presidente del Instituto de Planeamiento Estratégico de Argentina, la reunión del G20 mostrará la iniciativa china de enfocarse en la innovación y en el aumento de la coordinación entre los países para superar esta crisis estructural. “La economía mundial está estancada desde hace tres años”, recordó.
Su compatriota, el economista Gustavo Girado, director de la consultora Asia & Argentina, considera que la recuperación de la economía mundial es un tema muy delicado, pues en el G20 existen intereses contrapuestos. “Por un lado, algunos miembros del G20 padecen la caída en los precios internacionales de sus productos de exportación (materias primas agroalimenticias e insumos energéticos), entre los que se encuentran países en vías de desarrollo. Mientras que, por otro lado, están aquellos países que demandan estos productos y que ven aliviadas sus situaciones extremas frente a la menor salida de divisas por los precios bajos de sus insumos”.
En diálogo con la Agencia Xinhua, Girado se refirió también al rol de China de cara a impulsar un nuevo orden financiero mundial, el cual es otro tema crucial de la Cumbre de Hangzhou. Girado consideró que China puede y debe proteger ante el G20 los intereses de los países emergentes, “ya que su propio progreso está ligado al devenir de las naciones en vías de desarrollo”.
Sin embargo, Eugenio Anguiano, el primer embajador que tuvo México en la República Popular China (1972-1975), ve difícil que se dé un cambio en el orden financiero global. “Estados Unidos lo domina desde los Acuerdos de Bretton Woods (de 1944) y no perderá así de fácil su participación en el Banco Mundial. Más aún, debido al tamaño de su economía, China ya debería tener en el FMI una cuota que fuera de, al menos, el 12 %. Ojalá me equivoque y haya algún avance en un intento de calendario para modificar la arquitectura financiera”, mencionó Anguiano a China Hoy.
La presencia de México
Frente a todos estos temas de discusión, México tiene mucho que decir. El embajador de este país en China, Julián Ventura, señaló que México le da la más alta importancia al G20 como foro privilegiado para la coordinación de políticas públicas en los ámbitos económico y financiero, y que ha demostrado su utilidad para identificar acciones y estrategias que contribuyan a mejorar la gobernanza económica global, a generar mayor crecimiento y estabilidad financiera, y a impulsar el desarrollo sostenible.
Ventura recordó que México presidió este mecanismo en 2012 y fue sede de la VII Cumbre del G20, realizada ese año en Los Cabos. Bajo el liderazgo mexicano, entre otras iniciativas, se celebró la Primera Reunión de Ministros de Comercio del G20 y se creó el llamado “Think-20”, que congrega a destacados centros de pensamiento (think tanks) de los países miembros. “México fue uno de los primeros países que apoyó que China ocupara la Presidencia del G20 en 2016 y que fuera sede de la XI Cumbre. Las prioridades articuladas por China permiten avanzar en la consolidación de acuerdos para retomar la senda del crecimiento y desarrollo económico global, así como enfrentar retos comunes en ámbitos como el cambio climático”, sostuvo Ventura en entrevista con China Hoy.
En cuanto a los dos países, el embajador Ventura asegura que el diálogo entre México y China trasciende los asuntos estrictamente bilaterales. “Nuestra relación incluye un diálogo muy intenso en los principales foros y mecanismos de gobernanza internacional, incluyendo el G20”, añadió. Hasta la fecha, los presidentes de ambos países, Enrique Peña Nieto y Xi Jinping, han sostenido cinco encuentros, dos de los cuales se realizaron en el marco de las Cumbres del G20 en San Petersburgo (Rusia) en 2013 y en Antalya (Turquía) en 2015. “La próxima Cumbre representa una oportunidad idónea para seguir profundizando la Asociación Estratégica Integral que México y China establecieron en 2013”.
28 de junio de 2016. Línea de montaje de mezcladores diseñados para clientes mexicanos en la Fábrica LOXA de Xuanhua, en Hebei. Cnsphoto
Argentina rumbo al 2018
El caso de Argentina resulta especial, pues se espera que en la cita de Hangzhou se anuncie oficialmente que el país del tango asumirá la Presidencia del G20 en 2018 y albergará la XIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno. Será la primera vez que una cita de esta magnitud se realice en Sudamérica. “Es un honor que mi país ha recibido con gran satisfacción y por el cual me encuentro agradecido con todos los países del grupo en general, y con China en particular”, mencionó Diego Guelar, embajador de Argentina en China.
Pero la Cumbre será también una oportunidad para que China y Argentina den un paso más en cuanto al relanzamiento de su relación bilateral. En conversación con China Hoy, el embajador Guelar hizo especial énfasis en la nueva reunión que sostendrán los presidentes Mauricio Macri y Xi Jinping. “En esa ocasión reafirmarán la relación estratégica entre ambos países y anunciarán el desarrollo de grandes obras públicas en Argentina, por valores en torno a los 20 billones de dólares”, mencionó. De hecho, la prensa argentina habla de la construcción de dos centrales nucleares, dos represas hidroeléctricas, así como de un ambicioso plan de energía renovable y de la ampliación del comercio de alimentos argentinos.
Pero en la conversación entre los dos presidentes se tratará también la política de flexibilización de visas para ciudadanos chinos, una de las banderas de la gestión del embajador Guelar. “La medida está orientada a facilitar el turismo en Argentina, que debería llegar a los 100.000 turistas chinos en 2017”. Finalmente, en cuanto al comercio bilateral, se continuarán analizando medidas para que Argentina pueda agregar valor a los bienes que exporta a China, y logre así un mayor equilibrio en la balanza comercial, que actualmente es deficitaria para el país sudamericano.
30 de julio de 2016. Termina la construcción de la línea 4 del metro de Río de Janeiro. CFP
Brasil en un momento clave
El 29 de julio pasado, el presidente interino de Brasil, Michel Temer, afirmó que su país busca mejorar su imagen ante el mundo (afectada por el largo proceso político contra la presidenta suspendida Dilma Rousseff) y que, por ello, tomará como una gran oportunidad su participación en la Cumbre del G20 en Hangzhou. Hasta el cierre de esta edición, aún no se definía la complicada situación política en Brasil.
Sin embargo, para el gigante sudamericano es una prioridad la profundización de su relación con China. “En los últimos años, China se ha convertido en nuestro principal socio comercial, una fuente muy importante de inversiones y financiamiento, y un aliado en diversos foros e iniciativas, como los BRICS y el G20”, ha dicho el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, José Serra. “Tenemos sectores para desarrollar y pretendemos atraer capitales chinos sobre todo en infraestructura, rutas, energía, puertos y aeropuertos”.
Un punto de vista interesante tiene Marcos Cordeiro, profesor asociado del Departamento de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad del Estado de Sao Paulo y miembro del Consejo del Instituto Confucio de dicha universidad. El profesor Cordeiro considera un “golpe de Estado” la actual crisis política en Brasil y apunta que, por ello, la actuación del Gobierno brasileño se caracterizará en el G20 muy probablemente por un perfil bajo, buscando obtener el apoyo de líderes internacionales todavía reacios a respaldar el cambio de gobierno en Brasil. “La Cumbre del G20 será un momento en el que Michel Temer buscará el reconocimiento internacional y no mostrará grandes compromisos distintos a aquellos ya consensuados”, mencionó.
En entrevista con China Hoy, Marcos Cordeiro señaló que es importante tener en cuenta que uno de los sectores brasileños que ha respaldado el cambio de gobierno ha sido el agroindustrial, que depende en gran medida del mercado chino para la venta de soja, azúcar, maíz y proteínas de origen animal. Asimismo, Temer -añadió Cordeiro- está bastante familiarizado con la relación bilateral con Beijing, pues fue el coordinador brasileño del Comité de Coordinación y Cooperación de Alto Nivel China-Brasil (COSBAN).
“China ha continuado invirtiendo en Brasil, a pesar de la inestabilidad política, no solo en inversiones en el sector petrolero, sino también con una mayor presencia en el sector eléctrico, donde la Corporación Tres Gargantas de China adquirió la tercera planta hidroeléctrica más grande del país (Ilha Solteira e Jupiá) en diciembre de 2015, y donde en junio pasado compró, a través de State Grid Corporation of China, el 23 % de acciones de CPFL, el mayor distribuidor en electricidad privado de Brasil, con casi 20 millones de clientes”, puntualizó el profesor Cordeiro.
Luego de ver los casos de México, Argentina y Brasil, la Cumbre del G20 podría ser también un buen momento para impulsar no solo una nueva ola de inversiones chinas en América Latina, sino una mejora en la calidad del comercio entre ambas partes. Las condiciones están dadas.