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2016-April-11 16:20

La mala pasada de EE. UU. en el Mar Meridional de China

PARA responder al envío estadounidense de buques de guerra y cazas a aguas territoriales de las islas chinas en el Mar Meridional de China, y a alguna opinión pública sobre la militarización de la zona, Global Times publicó el pasado 24 de febrero un comentario titulado “China no puede defender sus islas en el Mar Meridional de China con (las artes marciales del) qigong”.

“Antes de la visita de tres días a EE. UU. del ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, el pasado 23 de febrero, se especuló sobre la “militarización” de las islas y arrecifes del Mar Meridional de China. El día 22, The Washington Post reveló que existían sospechas de que China estaba construyendo un “radar de alta frecuencia” en el arrecife Huayang. Aunque reconoció que se trataría de un radar de doble uso, militar y civil, el reportaje lo describió como una amenaza para la paz regional.

China no ha confirmado esta información; si bien el país instalase un radar para uso militar, su objetivo sería descubrir y rastrear posibles amenazas a su seguridad. China está en su derecho de defender su territorio y esto nada tiene que ver con la “militarización”.

¿Qué es la militarización? Veamos, por ejemplo, los casos de Okinawa y Guam: grandes bases militares construidas para intimidar en un radio de 1000 km o más y que sirven de puntos de apoyo a EE. UU. en el mantenimiento de su hegemonía militar. Lo que ha hecho China en las islas y arrecifes del Mar Meridional de China es algo totalmente distinto: una acción enfocada a la defensa, como sustituir una ametralladora antiaérea por un misil antiaéreo Bandera-9 y un telescopio por un radar.

Si esta moderada acción militar es señalada por EE. UU., ¿acaso pretende Washington que China se siente al borde del Pacífico Occidental a ver pasar los buques de guerra estadounidenses y que se defienda a base de qigong como un buda vegetariano?

Estados Unidos debe respetar a China como país soberano y reconocer su derecho básico a reforzar su poderío nacional. La superpotencia necesita cambiar de gafas y de reglas para medir a China; de lo contrario, aunque esta solo respire sentada, aquella sentirá que su respiración no es tranquila, sino más bien un desafiante rugido.

Varios países han realizado construcciones en las islas Nansha, por ejemplo Vietnam, que construyó un radar. Por su parte, China ha construido islas de arena y roca. Una vez instalada una estación de radar, podremos ver más lejos, lo que refleja normalmente el poderío estatal de China. En fin, China no es el primer país en ampliar islas y hacer disposiciones de defensa militar.

Si Estados Unidos, como gran potencia, reconociese que China necesita cierto espacio para funcionar como país soberano, podría percibir su afabilidad y sería menos propenso a la crítica.

Para China es casi una humillación que se le censure por haber desplegado misiles antiaéreos o por planear construir una estación de radar. Así pues, ¿qué podemos hacer? Por supuesto, no podemos tomarnos demasiado en serio todo lo que diga EE. UU. y nuestra única opción es esperar a que ese país se acostumbre a nuestras decisiones.

Ante todo, Estados Unidos ha aumentado su presión militar en el Mar Meridional de China, describiendo con hipocresía su demostración de fuerza como una “salvaguarda de la libertad de navegación”. En realidad, la amenaza de EE. UU. incrementa nuestras necesidades defensivas, lo que implica transportar más equipos militares a dichas islas.

Al parecer de China, Washington especula sobre la “militarización china” en islas del Mar Meridional de China, con el objetivo de colocarle al país la etiqueta de destructor de la paz y la estabilidad regionales.

Cabe señalar que, a través de su potente opinión pública, Estados Unidos siempre tiene algo que decir para buscarle defectos a China. Sin embargo, la verdad no necesita de muchas palabras. El hecho de que se haya mantenido la paz en el Mar Meridional de China hasta la fecha se debe a que China, el país más fuerte de la zona, se porta moderadamente, respeta el Derecho Internacional y es justo. A pesar de que algunos países vecinos, para maximizar sus beneficios, provocan disputas con China, entienden claramente que esta no abusa de su posición.

Estados Unidos le ha jugado una mala pasada a China tratando de intensificar las divergencias en el Mar Meridional de China al instigar a los países de la ANSEA a que tomen una postura dura frente a China. Su intención es promover juegos de estrategia con una China en despegue”.

Comentario del Global Times