El Tercer Puente de Bamako en Malí, construido por la empresa China Gezhouba Group Co., Ltd. (CGGC).
Al mismo tiempo, la demanda global de la inversión en infraestructura y su construcción es muy fuerte. Muchos países en desarrollo presentan, en general, una infraestructura relativamente atrasada, por lo que demandan de manera urgente una mejoría en este sector. Mientras tanto, los países europeos y Estados Unidos, entre otros países desarrollados, están intensificando la construcción, el mantenimiento y la transformación de su infraestructura, debido al paso del tiempo en sus instalaciones existentes. McKinsey estima que, entre los años 2013 y 2030, se requerirá en el ámbito mundial una inversión total de 57 billones de dólares en este campo, lo que corresponde con el crecimiento del PIB mundial. A partir de ahora y hasta 2025, el gasto en proyectos de infraestructura se duplicará, lo que significa una inversión anual de 9 billones de dólares.
En este contexto, China viene participando cada vez más en la inversión y la construcción de infraestructura a nivel internacional, lo que le permite generar ganancias compartidas. Sobre todo en circunstancias en las que el mercado internacional carece de fondos, se ve con mayor claridad el papel de promoción del capital chino.