China busca una nueva gobernanza económica
LA globalización es un fenómeno cada día más fuerte, y la conexión e interdependencia entre los Estados están estrechándose. Ningún país puede estar apartado de la comunidad internacional. Por eso, la promoción de la cooperación en la gobernanza económica global ha sido un consenso mundial.
28 de febrero de 2015. Área de Qianhai & Shekou, de Shenzhen, en la zona piloto de libre comercio de Guangdong. CFP
Problemas en la gobernanza económica global
El sistema actual y las normas del mundo, formados hace más de medio siglo y bajo el dominio de los países desarrollados, ya no son adaptables en muchos aspectos al desarrollo y despegue de los países en desarrollo y economías emergentes.
En la actualidad, la estructura de la gobernanza global tiene un gran defecto: La voz de los países en desarrollo en los organismos económicos mundiales (FMI y Banco Mundial) vale menos.
Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la cuota del PIB de EE.UU. en el mundo, año 2013, representa el 16,45 %, la más alta entre todos los países y, por lo tanto, EE.UU. tiene proporción de voto más alta en FMI y BIRD (Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo), 16,75 % y 15,13 % respectivamente. El peso de los países desarrollados en las votaciones en los importantes organismos económicos mundiales corresponde, en general, a su cuota de economía integral en el mundo. Pero no ocurre lo mismo con los países emergentes. En el año 2013, la cuota del PIB de China en el mundo fue del 15,84 %, y su proporción de voto en el FMI solo representa el 3,81 %, más baja que Japón, Alemania, Francia y el Reino Unido, que pesan menos en la economía global. Siendo potencias emergentes, el poder de la voz de India y Brasil tampoco corresponde a su economía integral.
Además, desde el punto de vista de la supervisión, el foco de la supervisión macroeconómica mundial se centra en los países en desarrollo, mientras que a los países desarrollados les falta vigilancia. El estallido de la crisis financiera internacional revela las deficiencias del sistema financiero internacional, así como las de la gobernanza económica global.
En la economía mundial de hoy, varias monedas asumieron la función de monedas internacionales, pero el dólar estadounidense es dominante en el sistema monetario y las otras son muy débiles (Gráfico 1). La desequilibrada estructura monetaria internacional conlleva muchos efectos negativos para la economía mundial. Para cambiar esta situación, tenemos dos opciones: Una es la integración monetaria, a saber, el uso de la moneda única en el mundo. La otra es promover la influencia y poder de las otras monedas. Ambas significan caminos largos por recorrer y la opción más realista es construir un mecanismo de restricción bajo la actual estructura, fomentar la independencia del FMI y su derecho de supervisión en los asuntos financieros, y elevar la proporción de voto de los países en desarrollo.
9 de febrero de 2015. La ceremonia de lanzamiento del banco de compensación en Renminbi del Banco de China tuvo lugar en Sydney, Australia. Esto representa un progreso sustancial de la internacionalización de esta moneda en el Pacífico Sur. CFP
Los actuales organismos económicos internacionales, tales como el FMI, la OMC y el Banco Mundial, tienen programas complicados y de baja eficacia. Las medidas tomadas son atrasadas respecto a los acontecimientos. El estancamiento de las negociaciones de la Ronda Doha, el estallido y extensión de la crisis financiera, la falta de consenso en la supervisión del capital, el resurgimiento del proteccionismo comercial y la excesiva liquidez causada por la enorme expansión cuantitativa demuestran que el marco de la gobernanza económica global requiere una urgente reforma para adaptarse al nuevo entorno internacional y afrontar la crisis financiera.
La crisis financiera detonada por la crisis de las hipotecas de EE.UU. demuestra que, debido a la falta de coordinación internacional en la supervisión de las instituciones financieras, los riesgos potenciales del mercado de capital son fáciles de extenderse a la economía real y la economía mundial. Cómo fortalecer la supervisión al mercado financiero y evitar la crisis financiera y su extensión han sido problemas urgentes para la gobernanza económica global. Con el fin de resolver estos problemas, hay que hacer ajustes y reformas al sistema de la gobernanza económica mundial.
Propuestas de reforma y contribuciones de China en la gobernanza económica global
China es un promotor activo de la reforma de la gobernanza económica global.
Primero, como miembro fundador del G20, China siempre está promoviendo el perfeccionamiento del mecanismo de la gobernanza económica global con el G20 como su núcleo. En casi mil propuestas de reforma presentadas por los miembros del G20, el 15 % fueron lanzadas por china. En la Cumbre del G20 en Brisbane, el presidente chino, Xi Jinping, indicó que la innovación del modelo de desarrollo, la construcción de una economía mundial abierta y el perfeccionamiento de la gobernanza económica global son tres metas para el G20.
Segundo, China aboga por la reforma de los organismos financieros internacionales y promueve la diversificación del sistema monetario para cambiar el irracional peso del dólar estadounidense. En los últimos años, la internacionalización del yuan (Renminbi) está demostrando un fuerte desarrollo. Según datos de la Universidad Renmin de China, en el segundo trimestre de 2014, el índice de la internacionalización del yuan llegó al 1,96 %, una subida significativa en comparación con el 0,92 % de principios de 2013. El Informe de investigación de los negocios en yuanes transfronterizos de las empresas del mundo de 2014 también revela que el 32 % de las empresas encuestadas ya están haciendo negocios en yuanes y utilizando la carta de crédito en esta moneda, y el 19 % de ellas están expandiendo el negocio de préstamos transfronterizos en yuanes. Pero también debemos saber que la internacionalización del yuan todavía está en la etapa inicial y, en el mundo, los mercados offshore representan la mayor parte.
Tercero, como un miembro importante del sistema comercial del mundo, China es un promotor activo del libre comercio y protesta decididamente en contra del proteccionismo comercial de cualquier forma. Mientras China está impulsando activamente la reforma del sistema comercial del mundo, también está explorando nuevas rutas de la cooperación económica regional.
A partir del año 2001 en que se incorporó a la OMC, China viene cumpliendo sus obligaciones como miembro y ha dedicado grandes esfuerzos a la reducción de aranceles, apertura del mercado y perfección de la legislación. Después del estancamiento de las negociaciones de la Ronda de Doha, China ha promovido y participado activamente en la cooperación económica regional. La estrategia de establecer zonas de libre comercio es una ruta importante. Hasta la fecha, China ha firmado 12 tratados de libre comercio, concernientes a 20 países y regiones, con una tasa de cobertura del 26 % (Tabla 1). Entre ellos, el Acuerdo para una Asociación Económica más Estrecha (CEPA, Closer Economic Partnership Arrangement, por sus siglas en inglés), firmado con Hong Kong y Macao, y el Acuerdo Marco de Cooperación Económica (ECFA, Economic Cooperation Framework Agreement, por sus siglas en inglés) firmado con Taiwan, se categorizan como zonas de libre comercio a escala nacional.
Además, China también está aprovechando la plataforma de cooperación multilateral para impulsar la cooperación económica regional. En noviembre de 2014, se celebró en Beijing la XXII Reunión de Líderes de Economía del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Con el apoyo de China, la reunión decidió iniciar una “hoja de ruta” con miras a crear una zona de libre comercio en la región Asia Pacífico, la cual ayudará a resolver el problema de la fragmentación de la cooperación económica en dicha región, y dar un paso importante hacia la construcción de una estructura abierta de su economía. Cabe mencionar que la iniciativa del Gobierno chino de “Una franja y una ruta” no sólo va a promover el crecimiento económico del mundo y la cooperación económica regional, sino también tendrá una influencia profunda en la gobernanza económica mundial.
Por último, China ha defendido en varias ocasiones los intereses de los países en desarrollo y se ha dedicado a elevar su peso de representación y hacer escuchar su voz en la gobernanza global. Además, está promoviendo la creación de un marco de gobernanza justo y razonable de la economía mundial.
El G8, compuesto por las potencias industriales tradicionales, fue en el pasado el verdadero núcleo de los países occidentales para dominar el orden internacional. La crisis financiera asiática de 1998 demostró que para el G8 era cada vez más difícil dominar el mundo. En este contexto, en 1999, la reunión de los Ministros de Finanzas del G7, propuso el establecimiento de un nuevo foro de cooperación económica internacional – el Grupo del G20, que invitó a las economías emergentes a entablar diálogos no formales sobre la economía internacional y políticas monetarias, protegiendo la estabilidad del sistema financiero y monetario internacional. Asimismo, el Banco Mundial y el FMI aumentaron el poder de voto de los países en desarrollo en los dos organismos.
Aunque la proporción de votos de los países en desarrollo ha ido aumentando, la posición dominante de los Estados Unidos en los organismos internacionales no ha variado. Por eso, elevar la voz de los países en desarrollo y proteger eficazmente sus intereses, siguen siendo metas de China y otras economías emergentes.
China también contribuyó al establecimiento del mecanismo de los BRICS y al aumento del poder de voz e influencias de las economías emergentes en los asuntos internacionales. Las economías emergentes, incluyendo China, constituyen una fuerza indispensable para resolver los problemas internacionales.
*Li Gang, investigador asistente de la Oficina de Economía del Instituto de Europa de la Academia China de Ciencias Sociales, y doctor en economía.