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2017-June-8 14:30

La ancestral riqueza de la Ruta de la Seda

 

Por ZHOU LIN

El corazón del mundo:

Una nueva historia

universal

Autor: Peter Frankopan

Precio: US $17,85

Portada dura

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El corazón del mundo: Una nueva historia universal no se dedica a narrar los detalles específicos de la Ruta de la Seda. La novedad del libro de Peter Frankopan es que cuenta la historia mundial en función de la antigua Ruta de la Seda.

La más antigua historia del mundo es la sumatoria de los anales de cada nación. Cuando los historiadores empezaron a tratar de superar las fronteras de los países y las etnias, introdujeron el concepto de “civilización” y escribieron una historia mundial que incluye a diferentes civilizaciones, sus vínculos y conflictos. ¿Qué relación tienen las diferentes civilizaciones de la humanidad? ¿Qué tipo de normalidad deben mantener? Tales interrogantes no están relacionadas con una sola civilización ni pueden ser entendidas sobre la base de conflictos.

Peter Frankopan, historiador de la Universidad de Oxford (Reino Unido), escogió hábilmente la Ruta de la Seda, un paso que ha conectado a diferentes civilizaciones, como punto de referencia para narrar los contactos entre ellas y la evolución de las mismas, evitando tomar como centro a una en específico.

En el prefacio del libro, Frankopan recuerda que uno de los mayores tesoros de su infancia fue un gigantesco mapamundi, el cual pegó en la pared al lado de su cama. Todas las noches, antes de acostarse, fijaba los ojos en él y fue así como llegó a memorizar los nombres de todos los países y su ubicación geográfica. A los diez años de edad, Frankopan empezó a sentirse insatisfecho por los repetidos y limitados conocimientos que le enseñaban en la clase de geografía, porque se enfocaban solamente en Europa Occidental y EE. UU., y casi no mencionaban otras partes del mundo. Mientras cursaba la escuela secundaria, sus padres le regalaron un libro del antropólogo Eric Wolf, lo que le encendió el interés por la geografía. Descubrió que si ponía al mar Caspio en el centro del mapa, el corazón del mundo no estaba en Europa Occidental ni EE. UU.

“Muchos relatos me ayudaron a observar la historia mundial desde otros ángulos, uno de los cuales es muy particular. Según la mitología griega, Zeus, el Padre de los Dioses, soltó dos águilas desde los dos extremos del mundo para situar el punto central de la Tierra. La piedra de Omphalos (en griego significa ‘ombligo’) fue puesta en el lugar donde se reunieron las dos aves”, cuenta Peter Frankopan. “Al escuchar la leyenda, observé mi mapa para saber dónde podrían haberse reunido las dos águilas. Imaginé que una partía de la orilla occidental del Atlántico y la otra, de la costa china del Pacífico, y volaban hacia el interior del continente. No llegué a definir el probable lugar de la reunión porque eso depende de cómo medían el punto medio entre Oriente y Occidente. Sin embargo, no importa cómo lo hicieran, estaría entre el mar Negro y la cordillera del Himalaya”.

Este lugar que miles de veces hizo soñar a Peter Frankopan es por donde pasa la Ruta de la Seda que menciona en su libro. El geógrafo alemán Ferdinand von Richthofen diseñó un mapa que mostraba una vía comercial que atravesaba Asia y Europa, basada en los registros sobre el comercio entre China y Occidente de los historiadores de ambos continentes, y la bautizó con el nombre de “Ruta de la Seda” en 1877. En inglés, Silk Road (Ruta de la Seda) es singular, pero en el libro de Peter Frankopan es plural, porque no cree que fuese una simple vía comercial de la seda, ni tampoco una vía solamente comercial, idea que está bien argumentada en los 25 capítulos del libro. De ahí que hubiese la Ruta de la Seda, la Ruta de la Creencia, la Ruta de la Piel, la Ruta de los Siervos, la Ruta de la Hegemonía, entre otras.

La mayor influencia que tuvo la Ruta de la Seda en la civilización humana no fue la circulación de mercancías, sino los intercambios culturales a lo largo del camino, como si sus tradiciones fueran semillas de las cuales germinaron ideologías, creencias, técnicas y objetos materiales. La Ruta de la Seda fue una vía por donde se difundieron y realizaron intercambios diferentes civilizaciones de la humanidad.

Las civilizaciones antiguas más importantes de la historia humana coincidieron en la Ruta de la Seda, como la de Babilonia, Egipto, India, China, Grecia y Roma. Después de los descubrimientos geográficos del siglo XV y XVI, las culturas de Norteamérica y Sudamérica también tomaron parte en el flujo de personas y mercancías por la Ruta de la Seda. Ubicados en el centro de Eurasia, los países de Asia Central, Asia Occidental y Europa Oriental formaron parte principal de la ruta. Las antiguas civilizaciones se encontraron aquí, se renovaron y crecieron. Hoy en día, la ruta presenta centros financieros y metrópolis de primer nivel mundial, aunque es también uno de los lugares con mayor turbulencia del mundo.

La Ruta de la Seda fue una vía de intercambios persona a persona, de materiales y de pensamientos, y un escenario donde competían las diferentes civilizaciones. Alrededor de esta importante ruta que unía a Oriente y Occidente, Peter Frankopan ha escrito una crónica que muestra lugares del mundo con más de 2000 años. Según el autor, antes del surgimiento de Occidente en el siglo XVI, la Ruta de la Seda había sido siempre el “centro del mundo”. La primera ciudad y el primer imperio de la humanidad aparecieron aquí, las religiones más importantes del mundo se difundieron y crecieron en esta zona, el comercio de aquí hizo realidad la globalización económica hace más de 2000 años, y los estudiosos de la antigüedad se reunían aquí para inspirarse e intercambiar arte y sabiduría.

La Ruta de la Seda fue el escenario común de diferentes civilizaciones humanas y también una vía donde estas obtuvieron recursos y nutrientes culturales. Durante la larga historia de la humanidad y después de desvanecerse los humos de la guerra desatada por la ocupación de la Ruta de la Seda, constituyeron una normalidad el relevo de las diferentes civilizaciones y la compartición de intereses. Su historia es también la historia del mundo. La Ruta de la Seda es uno de los escenarios más deslumbrantes de la civilización humana. No solo modeló el pasado del ser humano, sino que también configurará el futuro del mundo. En virtud de este épico pasado, el valor de la iniciativa china de la Franja y la Ruta salta a la vista.

Refiriéndose al libro El corazón del mundo: Una nueva historia universal, la revista The New Yorker comentó: “La descripción de esta historia es un reto frente a Occidente, donde se ha favorecido principalmente la cultura griega y la romana. El catedrático Frankopan citó toda clase de ejemplos para demostrar los vínculos entre las diferentes culturas, y cuenta con detalles vívidos el impacto que tuvo el comercio de la seda y de esclavos en la economía y la sociedad, así como la influencia del budismo para el cristianismo”.

El diario The Guardian lo ha calificado como una obra épica deslumbrante.

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