Los bordados de Suzhou, arte que ilustra dos mil años de historia
La ciudad de Suzhou, en la provincia de Jiangsu (al este de China), es la cuna de este maravilloso arte y su producción de seda es conocida desde la antigüedad, lo que le ha valido ser llamada también “paraíso en el mundo humano” y “ciudad acuática del Oriente”. El bordado de Suzhou es uno de los cuatro estilos más sobresalientes de China y su historia data de hace 2.600 años, cuando su técnica era empleada en la confección de vestidos y adornos. Los bordados hechos para los miembros imperiales eran verdaderas obras maestras.
El 20 de mayo de 2006, el Consejo de Estado incluyó los bordados de Suzhou en la primera Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de China, en vista de su carácter único y de la escasez de personas calificadas en esta técnica. El valor de estas obras se ha ido incrementando considerablemente en las subastas públicas.
“Pinturas” hechas con agujas e hilos
Los bordados de Suzhou se caracterizan por la vivacidad de sus dibujos, los cuales parecen haber sido “pintados”. Las artistas bordan con hilos de colores sobre la tela de algodón o de seda y, según el diseño, van tejiendo –puntada tras puntada– las imágenes o las letras.
Este arte requiere mucha paciencia y persistencia por parte de las bordadoras, quienes no sólo deben poseer una notable aptitud artística, sino también conocer algunas teorías básicas de pintura. Generalmente, una obra estándar de 30 centímetros demora medio mes en ser concluida, mientras que una obra de importancia toma un año e, incluso, varios años de trabajo.
