China-México: Juntos por un mañana major
12 de abril de 2016. Stand de México en la XII Feria del Turismo Emisor de China, en Beijing. CFP
Por QIU XIAOQI*
Las campanas de Año Nuevo de 2017 han sonado, y llegó el momento de festejar el 45º aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y México. Este suceso ocurrió el 14 de febrero de 1972, y marcó un hito en el que dos antiguas civilizaciones tendieron un puente de amistad totalmente nuevo por encima del vasto océano Pacífico. Durante los últimos 45 años, estas dos importantes economías emergentes y países en desarrollo se han ayudado y han avanzado juntos contra viento y marea. La tradicional amistad entre ambos países ha permitido inyectar constantemente nuevos impulsos a la relación bilateral, añadir nuevos contenidos y trazar nuevos proyectos.
Buenos amigos de confianza mutua
Desde los líderes de la vieja generación que sembraron las semillas de la amistad para las relaciones China-México, hasta los nuevos dirigentes que impulsaron el florecimiento y los resultados de tales relaciones, la confianza política mutua ha sido siempre un principio fundamental.
Desde 2013, el presidente Xi Jinping y su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, han realizado visitas estatales en tres ocasiones y se han reunido seis veces, elevando conjuntamente el nivel de las relaciones bilaterales al de asociación estratégica integral, y abriendo una nueva era de desarrollo amplio y rápido en la historia de las relaciones. En septiembre del año pasado, durante la Cumbre del G20 en Hangzhou, los dos jefes de Estado llevaron a cabo reuniones bilaterales, y llegaron a un nuevo e importante consenso sobre el futuro desarrollo de las relaciones sino-mexicanas.
Bajo la dirección de los dos líderes se han emprendido intercambios profundos entre los Gobiernos, parlamentos, partidos políticos, y a nivel local entre los dos países. Los mecanismos de diálogo, incluidos la Comisión Binacional Permanente México-China y el Diálogo Estratégico (China-México) y el Foro (Permanente) Parlamentario (China-México), han proporcionado una garantía institucional para un alto nivel de operación de las relaciones bilaterales y han consolidado la confianza política mutua. Como miembros de la Organización de las Naciones Unidas, el G20, APEC y otros escenarios multilaterales internacionales, ambos países han mantenido una estrecha coordinación y cooperación en la gobernanza global, el cambio climático, la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cooperación regional en Asia-Pacífico y otras cuestiones importantes, con lo que se ha profundizado constantemente la confianza estratégica mutua. Los dos países también han hecho contribuciones activas a la salvaguardia de los intereses de los países en desarrollo y a la construcción de la comunidad de destino común de la humanidad.
28 de junio de 2016. Línea de montaje de hormigoneras para clientes de México en la fábrica de Xuanhua de Foton. Cnsphoto
Buenos socios de ganancia compartida
La cooperación económica y comercial se ha desarrollado desde cero, y ha servido como impulsor de las relaciones entre los dos países.
En los últimos años, la cooperación pragmática ha traído beneficios reales para ambos pueblos, siendo la cooperación financiera el motor, la cooperación comercial y de inversión la línea principal, y la cooperación en infraestructura, energía y alta tecnología el campo principal.
China ha sido el segundo mayor socio comercial de México durante catorce años consecutivos y, a su vez, México se ha convertido en el segundo mayor socio comercial de China en América Latina durante siete años seguidos. Se espera que en 2016 el volumen comercial bilateral haya superado los 50.000 millones de dólares y que, además de mantener un crecimiento estable, logre añadir un toque de color al comercio mundial en recesión.
Productos mexicanos de alta calidad, como el tequila, el aguacate, el arándano, entre otros, han ingresado al mercado chino y son considerados como manjares en la mesa del pueblo chino. Por su parte, artículos electrónicos chinos, como teléfonos móviles, ordenadores, entre otros, se han vuelto indispensables para los mexicanos.
Al mismo tiempo, la cooperación en inversión ha entrado en la “vía rápida”. Empresas chinas estatales o privadas, como CNOOC, Lenovo, BAIC Motor y Huawei, han explorado activamente el mercado mexicano, mientras que Bimbo y otras marcas conocidas del país azteca también han penetrado en el mercado chino. Estas empresas, como vanguardias de la cooperación bilateral, han contribuido al desarrollo de ambos países mediante la creación de empleos y el impulso del crecimiento económico. En el sector financiero, no solo el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) abrió una sucursal en México, sino que otras instituciones financieras de capital chino continúan aumentando las operaciones en México. El fondo de inversión chino-mexicano funciona bien. Todo esto indica que el apoyo financiero para la cooperación pragmática bilateral se ha vuelto más notorio.
10 de enero de 2016. Una agrupación mexicana presenta un espectáculo en el centro comercial Global Go de Yujiapu, en Tianjin. Cnsphoto
Buen ejemplo de aprendizaje mutuo
Tanto China como México son civilizaciones antiguas. A pesar de que los dos pueblos están muy separados geográficamente, tienen una larga historia de intercambios amistosos y disfrutan de sentimientos sinceros el uno al otro. Desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas, los intercambios en diversos campos, como cultura, educación, ciencia y tecnología, prensa y turismo, han resultado fructíferos, contribuyendo así a la consolidación de la base popular de las relaciones bilaterales.
A finales de 2015, el número de intercambios de estudiantes becados fue cercano a 3000, y para entonces China había establecido cinco Institutos Confucio y un Aula Confucio en México. El país se precia de ser una de las naciones latinoamericanas con más frecuentes intercambios culturales con China.
En 2016, bajo el marco del “Año de Intercambio Cultural China-América Latina y el Caribe”, se llevó a cabo una gran variedad de actividades o una serie de actividades diversas y de rico contenido en ambos países, con más de 300 funciones y actuaciones chinas en más de 20 estados, incluida la Ciudad de México. Tanto la obra de la Ópera de Beijing “La Leyenda de la Serpiente Blanca” como la música mariachi de México causaron fuertes resonancias entre los dos pueblos.
En 2015 fueron casi 100.000 los turistas chinos que viajaron a México, mientras que los visitantes mexicanos a China superaron los 60.000. El crecimiento es alentador y revela un gran potencial, lo cual ha desempeñado un papel importante en la promoción del conocimiento mutuo.
Después de 45 años, las relaciones China-México han cobrado cada vez más vitalidad. En la actualidad, la situación internacional está experimentando cambios profundos y la recuperación económica mundial se hace difícil, con crecientes desafíos globales. Tanto China como México se encuentran en un período crítico de desarrollo y un período crucial de reformas. Precisamente, es el momento adecuado para profundizar la amistad y expandir la cooperación. Los diversos sectores de ambas partes deben tomar esta celebración como un nuevo punto de partida histórico para el progreso, y una oportunidad para consolidar aún más su base política de confianza, los lazos de beneficio mutuo y de ganancia compartida, el fomento del entendimiento pueblo a pueblo y el trabajo conjunto con miras a un mañana mejor.
*Qiu Xiaoqi es embajador de China en México.