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2016-September-29 15:43

China y cuba: un giro profundo en las relaciones

Pang Bing´an, llegó a Cuba en 1959 para trabajar como traductor de la agencia de noticias Xinhua.

 

Por ABEL ROSALES GINARTE

 

Desde que los primeros chinos llegaron a Cuba en 1847 en el vapor Oquendo, el nombre de la pequeña y lejana isla se vinculó al de China. La nostalgia y la pobreza no limitaron el espíritu de los nativos del sur de China que fueron poblando lentamente distintas regiones de la mayor isla del Caribe. Vaivenes económicos y políticos no obstaculizaron ese hilo invisible que une a las culturas.

 

La perseverancia abrió las puertas de la fortuna para muchos y el barrio chino de La Habana, junto al de Lima en Perú y el de San Francisco en Estados Unidos, se convirtió en uno de los más desarrollados de América Latina. El gran escritor, periodista y musicólogo cubano, Alejo Carpentier, en una crónica publicada en el diario venezolano El Nacional, sección Letra y Solfa el 3 de junio de 1958 así lo recuerda: “Cuando nuestra ciudad amarilla era rica, su público se permitía el lujo de contratar a grandes artistas de allá para actuar en un escenario que más bien parecía un ring de boxeo. Recuerdo que en el centro existía un banal reloj de pared, cuya seca numeración romana marcaba el tiempo, mientras personajes enmascarados, con mucho de dragón y de tarasca, animaban fabulosos dramas asiáticos, delicados como un dibujo a pluma, sangrientos como una tragedia de Shelley. En medio del estrado -¿cómo llamar a eso escenario?- una orquesta de gongs, de cántaros volcados, de guitarras redondas, violines cubiertos de piel de serpiente y trompetas estridentes, se entregaba a una increíble alquimia de sonidos”.

 

Un camino de más de medio siglo

 

Luego del triunfo de la Revolución Cubana, muchos descendientes emigraron a Perú o Estados Unidos. Pero Cuba no olvida la llegada de los primeros traductores y de delegaciones gubernamentales en la década de los 60 del siglo pasado. El periodista y traductor chino Pang Bing´an es uno de los más cercanos protagonistas del inicio de los vínculos entre Cuba y China. El 14 de abril de 1959 llegó a La Habana, ciudad de la que recuerda cada árbol con sus calles intensamente soleadas. Retazos de la historia cubana permanecen en su memoria fértil con una claridad estremecedora. Sus ojos resplandecen cuando recuerda la presencia de los chinos en la mayor isla del caribe. Pang fue vicepresidente de la Agencia de Noticias Xinhua y autor de varios libros y textos periodísticos relacionados con sus visitas a Cuba. Luego también arribaron los primeros estudiantes chinos ávidos por conocer el idioma español.

 

Cincuenta y seis años han pasado desde que los primeros líderes y delegaciones culturales cubanas llegaron a China. Unas veces lento, otras pausado los intercambios han crecido. La ideología une a la mayor isla del Caribe y al más grande país de Asia. Cada uno ha ajustado el sistema social a su contexto histórico. China vive en Cuba en sectores sociales tan indispensable como el transporte. La marca de ómnibus Yutong es la protagonista fundamental. Electrodomésticos y el mejoramiento de la recepción de la señal de televisión lideran los servicios tecnológicos. Pero cuando llegamos a China descubrimos que las oportunidades son infinitas. 

 

Este tercer milenio exige un vínculo más profundo entre los dos países a pesar de la enorme distancia geográfica que los separa. La apertura de Cuba hacia el exterior, el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos y la situación de los socios comerciales en América Latina advierten que es tiempo de afianzar aún más los lazos comerciales con China. La posición geográfica de Cuba en la región es la oportunidad que China ha estado buscando para tener una plataforma confiable en esa parte del mundo. Especialmente en momentos en los que Cuba se ha convertido en garante de la paz regional.

 

“Los amigos cubanos suelen decir que más sólida que la muralla es la amistad, mientras que en China tenemos también un antiguo dicho que reza: Infinita es la fuerza de los hermanos cuando se unen. Tenemos la determinación de profundizar incesantemente la amistad tradicional sino-cubana y la constancia de impulsar nuestra cooperación omnidireccional. Estamos dispuestos a seguir tratándonos con Cuba como íntimos compañeros de total sinceridad, grandes amigos de cooperación duradera y entrañables hermanos de confianza mutua, en pos de un mejor desenvolvimiento de nuestros vínculos y mayores beneficios tangibles para ambos pueblos”, escribió el primer ministro chino, Li Keqiang, en una carta que publicó el diario oficial Granma el 24 de septiembre, horas antes de llegar a La Habana.

 

Ganan la confianza mutua y la amistad duradera. La sinceridad y los beneficios comunes abren las puertas para los vínculos comerciales a un nivel superior. Una gran parte de las nuevas generaciones de chinos no conocen a Cuba, mucho menos, que fue el primer país de Occidente en reconocer a la Revolución China y el primero en establecer relaciones diplomáticas con China. Li, reconoce los avances de su país en ese sentido: “Los dos países han formado, el uno para el otro, un buen número de estudiantes, China ha abierto el Instituto Confucio en la Universidad de La Habana. Estamos dispuestos a reforzar nuestra cooperación con la parte cubana en materia cultural, educativa y turística para que la amistad sino-cubana se arraigue en el corazón de la gente”.

 

Metas compartidas por la paz y el bienestar del pueblo

 

El reforzamiento de los vínculos en sectores como la educación, la cultura y el turismo son necesarios en estos momentos. Avanzar con pasos firmes es lo más importante para que el desarrollo sea fuerte y duradero. Las buenas amistades como los frutos de alta calidad precisan de una buena selección de las semillas, de tierra fértil y atención constante. Los vínculos entre seres humanos y gobiernos exigen respeto mutuo, confianza y ganancias compartidas. Cuba y China apuestan por el mejoramiento del nivel de vida del pueblo y por la paz mundial.

 

Más de 20 acuerdos de cooperación económica, tecnológica, financiera, de capacidad de producción, telecomunicaciones, nuevas energías, inspección y cuarentena, entre otros, se firmaron en La Habana durante la visita de Li Keqiang. El comercio bilateral entre ambas naciones alcanzó en 2015, los 2.216 millones de dólares, lo que convierte a China en el segundo mayor socio comercial del país caribeño, destaca la agencia de noticias Xinhua.

 

La extensa travesía que realizaron los ancestros minimizada hoy gracias a las nuevas tecnologías, ofrece oportunidades ilimitadas que se deben aprovechar al máximo, especialmente en una época de crisis económica mundial. La inteligencia y la capacidad humana de mantener puentes que permitan una comunicación poderosa están a prueba. El hilo invisible que une a dos culturas se apresta a tejer una historia nueva en tiempos modernos.     

                                                                    

Banderas de Cuba y China junto a la edicion en mandarín del Diccionario de pensamientos de Fidel Castro.

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