Vivian Mansour y el arte de cautivar a los niños

 Por MICHAEL ZÁRATE

Pocos oficios son tan placenteros como el de contarles una historia a los niños. La fantasía, la creatividad, el humor, todo debe considerarse a la hora de atraer la atención de los más pequeños, y para ello hay que tener mucho talento. “Los niños son los lectores más honestos porque no les interesa quién eres, sino que logres cautivarlos con tus historias”, dice la escritora mexicana de literatura infantil y juvenil Vivian Mansour.

Mansour llegó a la capital china para participar en la 23ª edición de la Feria del Libro de Beijing, una de las más grandes de Asia y en la que América Latina presenta numerosos pabellones, entre ellos uno elaborado conjuntamente por las universidades de Buenos Aires, de Sao Paulo y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El 24 de agosto pasado, en el Instituto Cervantes de la capital, Mansour ofreció un recital literario titulado “Narrando historias”, en el que llamó mucho la atención la presencia de medio centenar de niños chinos, en el marco de la iniciativa “Jóvenes embajadores culturales”. Algunos de ellos esperan viajar a México a inicios del próximo año.

Mansour tuvo la paciencia y el carisma para explicarle a su joven auditorio cómo surgen las historias de sus libros, e incluso se dio el tiempo de leer dos de sus cuentos: “El peinado de la tía Chofi” y “El príncipe valiente”, que cuentan con ilustraciones de Martha Avilés.

Entre los asistentes al recital estuvo el embajador de México en China, Julián Ventura, quien sostuvo que Mansour es una de las más conocidas y respetadas escritoras de literatura infantil del mundo hispanohablante. Ventura expresó su deseo y confianza de que en un futuro cercano las obras de Mansour puedan ser traducidas al chino.

De peinados, escarabajos y otros cuentos

“El peinado de la tía Chofi” es un cuento hilarante y amenamente absurdo sobre un inquieto escarabajo que decide permanecer dentro de ese “edificio de varios pisos” que es el peinado que la tía Chofi se hace para asistir a una boda. La historia está inspirada en la niñez de Mansour, quien solía acompañar a su madre al salón de belleza. “Un lugar aburrido”, dice ella.

“Un día íbamos a ir a una boda y a mi mamá se le paró un insecto rojo en su cabello rojo. Se lo pudimos quitar y no fuimos a la fiesta con el bicho, pero me pareció una graciosa historia de mi niñez. Así que quise crear un cuento completo con ello”, mencionó Mansour, quien ha ganado el Premio FILIJ de Cuentos para Niños, el Premio A la Orilla del Viento y el Premio Castillo de Literatura Infantil.

Mansour recordó que de niña leía muchos cuentos infantiles. “No me gustaban los príncipes que eran perfectos, rubios; ni tampoco las princesas que eran así. Por eso, decidí escribir una historia donde los personajes no fueran tan perfectos”, mencionó antes de leer su cuento “El príncipe valiente”, que es el breve relato de un valeroso príncipe que termina llorando la muerte de su caballo.

Mansour señaló que en su país, México, aún no es muy frecuente manifestar los sentimientos en público. “Por eso, me pareció importante mostrar una historia que le expresara a los niños que pueden permitirse llorar sin que por ello dejen de ser valientes”, dijo la escritora mexicana, quien al final dejó un mensaje a los más pequeños: “No viví grandes aventuras en mi niñez, pero gracias a los libros es como si las hubiera vivido”.

 

 

Mansour lee uno de sus cuentos en el Instituto Cervantes, que apagó sus luces para la ocasión. Michael Zárate

 

 

 

 

Los niños chinos pugnan por una de las mariposas de papel que trajo Vivian Mansour. Michael Zárate