Las relaciones económicas internacionales contemporáneas ofrecen una serie de desafíos y oportunidades, como reflejo de la globalización e interdependencia en los vínculos entre estados. Cada miembro de la comunidad internacional asume estas condiciones de acuerdo con sus posibilidades y objetivos. La estructura y funcionamiento de estas relaciones a nivel bilateral y global giran en torno a sus propias dimensiones económicas y sociales, como el comercio, las finanzas, la industrialización, el turismo, la innovación, la conectividad, la educación y la salud, entre otras. Los planes y programas nacionales de cada país buscan ajustarse a esta realidad a partir de enfoques multidisciplinarios y de largo plazo.