Muy recomendado |
Un hito en la construcción del socialismo | |
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30 de abril de 2024. Dos voluntarias realizan labores de difusión jurídica entre los residentes del distrito de Cengong, en la prefectura autónoma de las etnias miao y dong de Qiandongnan, provincia de Guizhou.
4 de septiembre de 2024. Una garza en una zona de protección natural del distrito de Luqu, en la prefectura autónoma tibetana de Gannan, provincia de Gansu. 30 de mayo de 2024. Un trabajador en un taller del Parque Industrial de Nuevas Energías del Grupo Taizhong, ubicado en la Zona de Demostración de Transformación y Reforma Integral de Shanxi. Fotos de Xinhua LA celebración de la tercera Sesión Plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) marcó un hito importante en la construcción de un país socialista y moderno con peculiaridades chinas. El PCCh ha tomado la decisión de llevar adelante una mayor profundización integral de la reforma para impulsar el proceso de la modernización, debido a la necesidad de consolidar sus logros socioeconómicos internos, pero también de aportar a la construcción de un mundo multipolar más justo y democrático. Los logros del socialismo en China son muy importantes para el movimiento comunista internacional y para las fuerzas democráticas y progresistas, ya que destruyen el mito de la invencibilidad del capitalismo y su modelo actual, el neoliberalismo. Para los ideólogos del pensamiento único y del relato ultraliberal, los avances de la sociedad china son desconcertantes, pues, según su ideología, solo el capitalismo es capaz de crear riqueza, “libertad” y progreso. Por eso, el nuevo relato del ultraliberalismo está ahora dirigido a desvirtuar el carácter socialista de la revolución china porque es una economía productiva y competitiva, y articula diversas formas de gestión para lograr los objetivos del socialismo chino. Sin embargo, tanto el comunicado como la decisión en la tercera Sesión Plenaria del PCCh reafirman la adhesión al marxismo-leninismo, al pensamiento de Mao Zedong, a la teoría de Deng Xiaoping, al importante pensamiento de la triple representatividad y a la concepción científica del desarrollo, con comprensiva implementación del pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con peculiaridades chinas de la nueva era. Es decir, el Partido se mantiene fiel al marxismo-leninismo, y el socialismo sigue siendo la razón de ser del pueblo y el Estado chinos. Para los comunistas peruanos, es muy importante destacar el aspecto del socialismo con peculiaridades chinas de la nueva era porque nuestro fundador, José Carlos Mariátegui, postuló un “socialismo sin calco ni copia” y también la idea de “un Perú nuevo dentro de un mundo nuevo”, por lo cual consideramos que existen coincidencias muy importantes entre la visión del mundo de los comunistas chinos y peruanos. Planificación y socialismo de mercado En el relato clásico del liberalismo occidental, la planificación y el mercado eran incompatibles. Dentro del nuevo relato del pensamiento único, se sostiene la ideología de que el mercado solo se puede desarrollar si existe la denominada libre competencia y el libre mercado a nivel global. Sin embargo, el propio capitalismo, como lo señalara Lenin, nos conduce a economías monopólicas y transnacionales que producen la cancelación del libre mercado a favor del capitalismo monopólico de Estado. Por eso un Estado fuerte y planificador es la única garantía popular para la construcción de una economía justa y de un pueblo con derechos. Un Estado planificador y socialista es el único capaz de defender una verdadera libre competencia entre los productores, una verdadera emulación socialista que premia a los mejores, una meritocracia democrática construida sobre el principio de la igualdad de oportunidades y que proteja a los productores de las maniobras del capital financiero y de los poderes fácticos que deshumanizan la economía y la sociedad. China superó las dificultades en la construcción del socialismo de los primeros planes quinquenales y supo resistir e innovar con la reforma y apertura de Deng Xiaoping. A partir de allí, se ha abierto un nuevo periodo caracterizado por el crecimiento permanente de la economía china y sus logros en ciencia y tecnología de alta calidad. La planificación en China ha posibilitado no solo proyectarse a un corto y mediano plazo, sino trazarse metas económicas, políticas, sociales, culturales y ecológicas a largo plazo, las mismas que son importantísimas para el surgimiento de una nueva cultura que busque “un progreso basado en la estabilidad, como en la emancipación de la mente, la búsqueda de la verdad en los hechos, el avance con los tiempos y la adopción de una actitud realista y práctica, en la que se dé un paso más en la emancipación y desarrollo de las fuerzas productivas sociales y en la activación e incremento de la vitalidad social, en la que se coordinen la situación general nacional y la internacional, y en la que se promueva con visión de conjunto la disposición general de un todo compuesto por cinco elementos”, así como la construcción económica, la política, la cultural, la social y la de la civilización ecológica. Por ello, entre los elementos que se desprenden de esta visión económica y social está la creación de mayores vínculos entre la academia y la industria, con el fin de potenciar la innovación. A esto se suma la importancia de la ciencia para el desarrollo, al punto que el plan considera un gran aumento en el gasto público en ciencia, sobre todo en ciencia básica. Por eso, es interesante observar en los documentos de la tercera Sesión Plenaria cómo se plantean objetivos para 2029, referidos a las reformas políticas en el marco del 80.0 aniversario de la República Popular China. Pero estos objetivos están vinculados a otros a más largo plazo para 2035, cuando se debe haber constituido una economía de mercado socialista de alto nivel, alcanzándose la modernización de los sistemas y las capacidades de gobernación del país en términos de la modernización socialista. Como se explica en los documentos, este sistema de reformas y modernización está sustentado en los siguientes ejes: economía/sociedad, Gobierno/mercado, eficacia/equidad, vitalidad/orden, desarrollo/seguridad, entre otros, pero que en conjunto apuntan a fortalecer el socialismo sobre bases materiales y culturales sólidas. Como vemos, todos estos elementos están dirigidos a generar desarrollo económico y a dar un salto dialéctico hacia un nuevo orden social de una manera planificada, en la que el Estado, el Partido y la ideología marxista adaptada a las particularidades chinas son las fuerzas conductoras materiales e intelectuales del proceso, en contraposición al caos organizado por los monopolios en las sociedades capitalistas en donde el Estado, la economía y la sociedad son instrumentos de una minoría. Socialismo y modernización Sin embargo, en un mundo en permanente crecimiento y cambio, es necesario que estas reformas económicas, políticas y sociales sean parte de un todo orgánico y sistémico. Por eso es que las directrices políticas y los objetivos económicos deben estar vinculados a procesos de construcción de los elementos materiales que hagan posible el funcionamiento del sistema en el presente y su transformación dialéctica futura. En el documento se utiliza el término “compleción” para denominar los procesos de cambio que está desarrollando China, un proceso en el que los elementos materiales, científicos y culturales forman parte del proceso de surgimiento de una nueva sociedad en la que el ser humano, el Estado y la cultura se entienden a sí mismos como parte de un solo organismo vivo e interdependiente. Esto sería un aporte muy importante a la concepción socialista, pues se plantea una visión más humana, en donde no solo se trata de alcanzar logros materiales y tecnológicos, sino de mejorar dialécticamente las relaciones entre el ser humano y la sociedad, y entre el ser humano y la naturaleza. Por eso, cuando se habla de la compleción de los regímenes y mecanismos dirigidos al desarrollo de las fuerzas productivas de alta calidad, se pone énfasis en las condiciones humanas y del entorno natural en donde se desarrolla ese proceso, pues las personas forman parte de un ecosistema humano, en el que producen sus medios de subsistencia y autorrealización, pero como parte de la naturaleza. Cuando se plantea la compleción e integración profunda de la economía real y la digital se pone énfasis en señalar que la digitalización debe estar íntimamente ligada a la producción material y que, en un mundo socialista moderno, deben desaparecer las diferencias entre el trabajo manual y el intelectual, ya que el trabajo mismo debe ser entendido y desarrollado de manera científica y utilizando todos los recursos digitales y tecnológicos en este proceso. El perfeccionamiento de los regímenes y mecanismos de desarrollo del sector servicios está dirigido a utilizar todos los recursos en la agilización de los procesos administrativos y de la vida cotidiana, lo que generará la desburocratización de la vida política social y aumentará la capacidad de producción de los ciudadanos, pero también de disfrute de una vida de calidad. En lo referente a la compleción de los regímenes y mecanismos de construcción de las infraestructuras modernas, esto es estratégico porque plantea no solo el mejoramiento de la infraestructura necesaria para la producción, sino un cambio en los patrones tradicionales de concebirla y construirla. En ese sentido, no solo se trata de utilizar medios digitales aplicados a la construcción, sino que las construcciones deben ser planificadas pensando en una era de mayor uso de tecnologías. Es importante la compleción del sistema de aumento de la resiliencia y nivel de seguridad de las cadenas sectoriales y de suministro porque en el marco actual, los gobiernos socialistas no solo tienen que crear infraestructura moderna y capaz de hacer más eficiente el sistema productivo, sino que deben enfrentarse a amenazas a su seguridad por parte de los intereses geoestratégicos y militares externos, los desastres naturales generados por el calentamiento global y los fenómenos sanitarios. Por lo tanto, los organismos productivos deben ser autosuficientes, pero a la vez deben estar integrados mediante elementos tecnológicos y directrices políticas que hagan posible el desarrollo social, incluso en situaciones muy difíciles. *Domingo Cabrera Toro es secretario general del Partido Comunista Peruano. |
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